El teletrabajo, el aire acondicionado y las consolas aumentan la demanda eléctrica en los hogares

En medio de la crisis energética que enfrentan diversas regiones, entre ellas Bogotá y la región Caribe, el incremento en el consumo de energía en los hogares se ha convertido en un tema de relevante preocupación. Actividades como el teletrabajo y el entretenimiento a través de series y videojuegos han mostrado un significativo impacto en las cifras de consumo energético residencial, especialmente bajo el contexto actual donde se busca promover el ahorro de recursos. La situación se agudiza con el llamado del presidente Gustavo Petro a abandonar las ciudades para disminuir la presión sobre los embalses, una medida que ha encontrado eco parcial en la decisión de algunas entidades de permitir el trabajo desde casa.

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La empresa A-ire, dedicada a la prestación de servicios domiciliarios proporcionó datos que ilustran con claridad este fenómeno. Un computador portátil que permanezca encendido durante ocho horas diarias consume aproximadamente 24 kwh al mes, mientras que el uso de un bombillo led de 18w durante cinco horas diarias eleva el consumo a 3 kwh mensuales. Este escenario se complica en áreas como la región Caribe, donde el uso de aire acondicionado tipo mini-split de 12.000 btu durante ocho horas diarias, implica un consumo de 210 kwh al mes.

“El incremento en el consumo de energía por actividades domésticas como el teletrabajo, refleja la necesidad de implementar estrategias más efectivas de ahorro”, indican desde A-ire. Asimismo, señalan la importancia de considerar el denominado consumo “vampiro”, aquel generado por electrodomésticos que, aun sin estar en uso, permanecen conectados, sumando un gasto energético no visible que incrementa el total mensual.

Esta situación se ve reflejada también en el ámbito del ocio doméstico. Por ejemplo, los estudiantes que no asisten a clases presenciales y optan por jugar con consolas de videojuegos durante dos horas al día, terminan consumiendo hasta 8 kwh al mes. De manera similar, dedicar seis horas diarias al mes a ver series puede representar un consumo de 21 kwh.

En medio de especulaciones sobre una crisis energética en el país, expertos y directivos de proveedores de energía urgen a la población a adoptar medidas serias de ahorro energético. La situación se agrava con el reporte de los niveles críticos de los embalses, que para el 18 de abril se ubicaron en un preocupante 28,56%. Este contexto pone en evidencia la necesidad de un cambio en los patrones de consumo, tanto de energía como de agua, principalmente en los hogares.

Víctor de Luque, gerente de Valor Social de Air-e, recalca la importancia de esta transición, especialmente aprovechando días cívicos para modificar las actividades habituales que implican un alto consumo, como el visionado de series o el uso de videojuegos.

Una de las claves para mitigar el consumo excesivo recae en el manejo eficiente de electrodomésticos dentro del hogar. De acuerdo con autoridades en la materia, los aparatos más modernos resultan ser aliados del ahorro, ya que están diseñados para ser más eficientes en su consumo de energía. Esta revalorización de modelos implica una inversión inicial que se traduce en beneficios a largo plazo para el consumo energético de las familias. Además, se subraya la importancia de regular el uso de aires acondicionados, que en regiones como el Caribe, pueden llegar a triplicar el consumo energético del hogar con un promedio de 244,73 kwh al mes, en contraste con el estrato 1 del resto del país que registra un consumo de 98,14 kwh/mes.

La eficiencia energética no solo es un tema de ahorro económico, sino también una necesidad urgente para la sostenibilidad ambiental. El consumo de agua en Bogotá, que alcanza los 15,34 metros cúbicos por segundo, se sitúa apenas por encima de la meta estimada de 15 metros cúbicos por segundo, subrayando la importancia de aplicar medidas de ahorro similares también en el consumo de agua. “Si las personas permanecen en casa en días de ahorro, lo único que cambia es la fuente de consumo. Se cambia de dónde proviene el gasto de agua o energía”, indica de Luque, enfatizando que el cambio de comportamiento es esencial para afrontar de manera efectiva la crisis.

El llamado al ahorro por parte de los prestadores de energía se podría interpretar como una medida preventiva ante situaciones más graves, como cortes o racionamientos. La implementación de estrategias para reducir el consumo no solo es una responsabilidad individual de los consumidores, es también una acción colectiva necesaria para asegurar el bienestar general de la población y la preservación de los recursos naturales.