Por primera vez desde que se implementaron medidas para enfrentar la escasez de agua, los embalses del Sistema Chingaza registraron un ingreso de agua superior al consumo.
Este hito se produjo el pasado 19 de abril, el nivel de embalses está en 15,04%, aumentó 0,14 puntos con respecto al día anterior, cuando estaba en 14,9%; pero aún no llega a la meta de terminar abril en 20% de la capacidad.
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Mientras tanto, el consumo el 19 de abril fue de 15,43 metros cúbicos por segundo, ligeramente por encima de la meta establecida de 15 metros cúbicos por segundo. Pero revirtió la tendencia la baja.
A pesar de este progreso, las autoridades advierten que la situación aún es crítica y se debe seguir reduciendo el consumo de agua. “Debemos bajar todavía más nuestro consumo y esperar que las lluvias continúen, pues la situación aún es crítica”, expresó el alcalde Carlos Fernando Galán.
Este ha sido el comportamiento del consumo y los embalses en Bogotá
La zona ocho experimentó el nivel más bajo de consumo durante el reciente racionamiento. El 18 de abril, llegó a 15,34 metros cúbicos por segundo, según el reporte del Acueducto de Bogotá. Esto es, sin duda, un motivo de alivio; sin embargo, la crisis sigue presente.
Desde marzo, el Acueducto de Bogotá lanzó la campaña de ahorro de #PilasConElNiño y con esta se redujo un metro cúbico por segundo. Sin embargo, no hubo mayor alerta al respecto; sobre todo teniendo en cuenta la amenaza de El Niño, que se conocía desde el 2023 y que ya había hecho sentir sus consecuencias con los incendios forestales en Bogotá en los primeros dos meses del año.
Desde octubre del 2023 el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) alertó sobre la llegada del fenómeno de El Niño. La entidad estimó un 20% menos de precipitaciones para la región andina en el primer trimestre del año, con respecto a los patrones históricos establecidos entre 1991 y 2020.
La capacidad del Sistema Chingaza se encontraba en 32% para febrero y ha seguido disminuyendo desde entonces. Este sistema, compuesto por los embalses de San Rafael y Chuza, es el más golpeado por la crisis del agua. En apenas un mes, desde el 4 de marzo hasta el 9 de abril, experimentó una reducción alarmante en su capacidad, pasando del 22,75% al 18,78%. Esta disminución drástica de casi seis puntos porcentuales (5,97%) en un lapso tan corto ha confirmado las advertencias sobre una “crisis anunciada”.
Según los datos proporcionados por el Acueducto, el volumen de agua consumida en el primer trimestre de 2024 ha aumentado en comparación con el año anterior. Esta mayor demanda ha llevado a la distribución diaria de 86 millones de litros adicionales para satisfacer las necesidades de la población.
Por lo pronto se espera un fin de semana de lluvias en todo el país y el Ideam señala que para los próximos meses las temperaturas se estabilizarán.
Bogotá necesita cambiar el sistema de abastecimiento de agua, alertan expertos
A pesar de que se espera que sigan las lluvias en Bogotá, lo que preocupa a expertos es que no se tomen medidas en el futuro; pues el 2025 podría venir nuevamente con fenómeno de El Niño y sequías peores que las experimentadas este 2024.
Por eso, Infobae Colombia consultó con expertos. El meteorólogo Máx Henriquez y el ingeniero civil de la Universidad Nacional Leonardo Donado sugirieron estas recomendaciones para no pasar por crisis similares:
- Implementar las medidas del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, incluyendo el saneamiento del río Bogotá y el desarrollo de plantas de tratamiento de aguas residuales.
- Realizar estudios de agua subterránea para comprender mejor esta fuente subdiagnosticada y desarrollar estrategias para que complemente el suministro, junto con aguas superficiales.
- Construir embalses adicionales en la parte alta de los alrededores de la ciudad para diversificar las fuentes de suministro, además del Sistema Chingaza, que se encarga del 70% del abastecimiento de la ciudad.
- Educar a la población sobre la importancia de consumir menos agua y considerar el racionamiento como una medida semi-continua, incluso cuando la alerta disminuya.