Estos son los vínculos del dueño del Hotel Gotham con los descendientes de un socio de Pablo Escobar

Desde el 28 de marzo estalló una polémica por el caso de explotación sexual a dos niñas por parte de un ciudadano norteamericano, de 36 años, en un prestigioso hotel de una lujosa zona de Medellín.

La situación que ha levantado una serie de cuestionamientos alrededor de la protección infantil en la capital paisa tuvo como consecuencia el cierre definitivo de Gotham, las residencias turísticas donde Timothy Alan Livingston, señalado pederasta, habría sometido a las menores de 12 y 13 años.

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Bradley Hinkelman, un empresario canadiense reconocido por su influencia en el sector hotelero de Medellín, es el dueño de Gotham y en quien se pusieron los reflectores de la prensa tras el cierre definitivo de la lujosa residencia turística.

Hinkelman arribó a Colombia en 2014 y a lo largo del tiempo ha sido reconocido como un pionero en la inversión hotelera, especialmente en la capital paisa, posicionando a Casacol SAS como una firma líder en el sector.

Su estrategia, basada en la adquisición de apartamentos y su posterior oferta en plataformas como Airbnb, lo ha consolidado como un referente en el ámbito de las viviendas turísticas, pero tras el escándalo de Livingston han salido nuevos detalles que lo conectan con un pasado oscuro.

De acuerdo con una investigación realizada por El Colombiano el empresario canadiense, a través de su firma Epic Investments, asumió en octubre de 2018 el cargo de representante legal y accionista único de Cingular Sorellanza, fundada en marzo de 2016 por Jonathan Moncada, descendiente de Gerardo “Kiko” Moncada, un narcotraficante asociado a Pablo Escobar.

Este hecho adquiere relevancia considerando que la familia Moncada ha enfrentado procesos judiciales enfocados en determinar la legalidad de su patrimonio, implicando propiedades en proceso de extinción de dominio.

A pesar de los procedimientos legales en contra de los descendientes de Moncada y de las investigaciones por acaparamiento de mercado de licores a David Esteban Giraldo Parra, Epic Investments, dirigida por Hinkelman, procedió a realizar negociaciones con estas figuras cuestionables.

“Desde el inicio de operaciones en Colombia se han hecho cientos de transacciones de adquisición de activos”, resaltó al medio citado uno de los representante de Hinkelman, defendiendo la legalidad y la asesoría jurídica de sus operaciones.

“Todas las operaciones han estado asesoradas por abogados propios de la empresa”, afirmó la misma fuente a El Colombiano, insistiendo en la diligencia ejercida durante estas transacciones. Esta situación subraya la importancia de una escrupulosa selección de socios comerciales y de un riguroso análisis previo a la inversión en un país con un historial tan complejo como Colombia.

Gerardo ‘Kiko’ Moncada fue una figura prominente en el mundo del narcotráfico colombiano durante las últimas décadas del siglo XX. Conocido por ser uno de los principales socios de Pablo Escobar, Moncada jugó un rol clave en el Cartel de Medellín, una de las organizaciones criminales más poderosas y temidas en la historia de Colombia. Su influencia se extendió por diversas facetas del narcotráfico, desde la producción y tráfico de drogas hasta operaciones de lavado de dinero.

La asociación de Moncada con Pablo Escobar y su participación en el Cartel de Medellín lo ubicaron en el centro de un vasto imperio criminal que no solo desafió al Estado colombiano sino que también provocó innumerables conflictos y una oleada de violencia en el país y más allá de sus fronteras. Sin embargo, esta alianza no duraría para siempre; las tensiones dentro del cartel se intensificaron, particularmente por desacuerdos sobre la dirección y las operaciones de la organización.

El destino de Moncada tomó un giro fatal a principios de julio de 1992, cuando fue asesinado junto con su socio Fernando Galeano en la cárcel La Catedral. Este hecho marcó uno de los episodios más infames en la despiadada historia del Cartel de Medellín, evidenciando las brutales medidas que Escobar estaba dispuesto a tomar contra sus propios aliados para mantener su dominio. El asesinato de Moncada y Galeano no solo fue una muestra de la violencia interna que carcomía al cartel, sino también un presagio del declive de Escobar y su imperio criminal.

*Esta nota fue hecha con ayuda de I.A.