¿Por qué 'Baby Reindeer' es un éxito? La clave está en el final

Reportajes Especiales - Lifestyle

Compartir
Compartir articulo
infobae

TelevisionBaby Reindeer (TV Program)Gadd, RichardGunning, JessicaNetflix Inc

La miniserie sobre acoso combina el atractivo de una historia de suspense con un profundo sentido de la empatía. El final ilustra por qué se ha convertido en una de las series más comentadas del año.

Este artículo incluye spoilers de todo Baby Reindeer.

La miniserie Baby Reindeer llegó a Netflix el 11 de abril sin mucho bombo previo, pero rápidamente se convirtió en una de las series más comentadas de 2024.

No es difícil entender por qué. Basada en el premiado espectáculo del comediante escocés Richard Gadd en 2019, Baby Reindeer lanza el anzuelo desde el primer episodio, en el que se presenta a Martha (Jessica Gunning), una mujer de mediana edad emocionalmente frágil que aprecia la amabilidad que le muestra Donny (Gadd), un comediante en apuros que le ofrece una bebida gratis en el bar donde trabaja.

Al final del primer episodio, la necesidad de Martha empieza a tornarse espeluznante. Y para cuando Donny descubre que su nueva amiga tiene un historial de acoso, ella ya ha iniciado lo que acabará convirtiéndose en un torrente de abusos, pues inunda el correo electrónico y las redes sociales de él con mensajes mal escritos que insultan su carácter y a veces lo amenazan con violencia sexual.

Lo que hace que Baby Reindeer sea tan eficaz es que, a medida que Martha se inmiscuye más y más en la vida personal de Donny --asiste a sus espectáculos de comedia, se hace amiga de su casera, llama a sus padres--, el público comparte sus crecientes sentimientos de impotencia y frustración, entremezclados con destellos de compasión por la mujer que le está arruinando la vida. La serie tiene el atractivo de la "catástrofe en cámara lenta", propio de un retorcido documental de crímenes reales, pero equilibrado con la empatía por dos personas profundamente rotas.

Sin embargo, una historia tan oscura e inquietante como esta necesita un final adecuado. Baby Reindeer tiene un final satisfactorio en sus detalles, aunque inquietante en sus implicaciones.

Gadd (quien escribió todos los episodios) planta las semillas para el final en el penúltimo episodio, el sexto, que termina con Donny sufriendo un colapso que altera su carrera mientras compite en un concurso de comedia en vivo. El estilo cómico de Donny es muy conceptual, con utilería ridícula y chistes incómodos, creados para dejar a su público con la pregunta de si se supone que deben reírse. Donny es como una versión escocesa (y mucho menos eficaz) de Steve Martin en la época de su álbum Wild and Crazy Guy. (O, como dice Donny: "Soy un comediante cuando se ríen, un intérprete serio cuando no").

Cuando el público no engancha con su propuesta durante la competición, Donny se deshace de sus accesorios y se limita a hablar, compartiendo con un público atónito la historia que hemos estado viendo durante los cinco episodios anteriores. Les cuenta cómo, cuando era un joven e inexperto comediante, aceptó un trabajo no remunerado para Darrien O'Connor (Tom Goodman-Hill), un respetado guionista de televisión quien lo drogó y agredió sexualmente en repetidas ocasiones. Les habla de su novia transgénero, Teri (Nava Mau), a la que le da vergüenza besar en público.

Y, por supuesto, les habla de Martha, el ángel y el demonio que lleva sobre sus hombros: a veces le dice lo dulce, divertido y guapo que es, y a veces lo llama degenerado sin talento y débil de voluntad.

Cuando comienza el séptimo y último episodio de la serie, un video de la fallida actuación de Donny ha llegado a YouTube (con el título "Comediante sufre un épico colapso"), dándole una fama viral y nuevas oportunidades. La presión de esa mayor notoriedad, unida a la incesante retahíla de mensajes de voz amenazadores de Martha, lleva a Donny a confesar a sus padres, inesperadamente comprensivos, que ha sido violado. Todas estas confesiones resultan liberadoras.

Poco después, una de las amenazas de Martha es lo suficientemente grave como para que la detengan y, eventualmente, la encarcelen. Gadd lleva el conflicto entre Donny y Martha a una conclusión lógica, en la que Martha finalmente reconoce el daño que ha hecho al declararse culpable.

Así que Donny vive feliz… pero no para siempre. Más bien por un día o dos.

Las inquietantes ambigüedades del epílogo de Baby Reindeer --el verdadero final, que llega después de que Martha está finalmente encerrada-- son gran parte de lo que ha hecho de la serie un éxito de boca en boca.

En primer lugar, Donny se encuentra repasando los antiguos mensajes de Martha y convirtiendo cada una de sus interacciones pasadas en piezas de un rompecabezas que luego cuelga en la pared, como un detective que intenta resolver un caso complicado. Su investigación lo lleva incluso a la puerta del hombre que abusó de él, donde Donny cae en un viejo patrón de deferencia y afán de complacer.

Luego, en la impactante escena final de la serie, un camarero le da a Donny, con los ojos llorosos, una bebida gratis, haciendo eco de lo que Donny hizo una vez por Martha. ¿Por qué Donny está tan disgustado? Tú elige: aún está procesando lo que Martha y Darrien le han hecho. Está furioso consigo mismo por no enfrentarse a su abusador. Alcanzó la fama que siempre anheló y descubrió que eso no resolvía sus problemas.

El desencadenante final llega cuando, al escuchar uno de los antiguos mensajes de Martha, la oye explicar que siempre lo llama "reno" porque le recuerda al peluche que la consoló durante una dura infancia. Por un momento, esta antigua molestia aterradora vuelve a ser una persona digna de comprensión e incluso de gracia. O quizá, de nuevo, se trate en realidad de empatía: Donny termina la historia en el mismo estado en el que se encontró por primera vez con Martha, lo que pone de manifiesto el vínculo que los une.

Parte de la popularidad mundial de Baby Reindeer se debe sin duda a la dimensión de detective web: la carrera en internet por identificar a las verdaderas figuras detrás de Martha y Darrien. Gadd ha desalentado tales especulaciones, y personas inocentes han sido acusadas.

Pero gran parte del atractivo distintivo de la serie radica en que, en una época en la que los relatos de traumas casi se han convertido en clichés de las series de televisión de alto nivel, Baby Reindeer presenta una versión más matizada de los mismos. Describe con autenticidad el trauma y la enfermedad mental como algo confuso, impredecible y profundamente personal, todo ello subrayado por la ambivalencia emocional de su final.

Baby Reindeer se basa en gran medida en su punto de vista subjetivo. La voz en off de Donny domina cada episodio, relatando con vívido detalle su disgusto consigo mismo. Las dos directoras de la serie, Weronika Tofilska y Josephine Bornebusch, mantienen a menudo la cámara fija en el rostro de Donny, captando sus sentimientos de desorientación cuando incluso sus mejores momentos se ven interrumpidos por las constantes intrusiones de Martha. Los espectadores se sumergen en las neurosis de Donny, que incluyen --él y nosotros empezamos a comprender-- una adicción a ser el objeto de la obsesión de una mujer.

Pero aunque esta serie se aferra a la perspectiva de Donny, en cierto modo también ve el mundo a través de los ojos de Martha, o al menos en la medida en que Donny se identifica con ella. Ella sale de su vida al final del episodio, pero él sigue teniendo que vivir con esa parte de sí mismo que siente exactamente lo mismo que ella.

A lo largo de Baby Reindeer, Donny se esfuerza por explicar por qué no es más proactivo cuando se trata de Martha. ¿Por qué no advierte a sus amigos sobre ella? ¿Por qué tarda tanto en llamar a la policía? ¿Por qué no la rechaza la primera vez que se pone rara?

La respuesta es que, en cierto modo, entiende por qué no lo hizo. Él también se siente perdido, solo y torpe la mayor parte del tiempo. Por eso es que no encuentra un verdadero no triunfo en vencer a Martha. Para Donny, es como vencerse a sí mismo, algo que ya hace casi todos los días.