Las autoridades rusas arrestaron a un décimo sospechoso implicado en el atentado terrorista de Moscú

De acuerdo a la investigación, el detenido a transfirió dinero a través de su cuenta bancaria a un cómplice para que proporcionó alojamiento a los hombres que asesinaron a al menos 144 personas en la capital rusa

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Imagen de archivo de un policía ruso en el lugar del atentado al Crocus City Hall. EFE/EPA/YURI KOCHETKOV
Imagen de archivo de un policía ruso en el lugar del atentado al Crocus City Hall. EFE/EPA/YURI KOCHETKOV

El Tribunal Basmanni de Moscú decretó hoy prisión preventiva para un décimo sospechoso de implicación en el brutal atentado del 22 de marzo en una sala de conciertos a las afueras de Moscú, que dejó al menos 144 muertos.

La medida responde a la respectiva solicitud del Comité de Instrucción Ruso, hecha horas antes.

“La investigación ha pedido ante el tribunal el arresto de otro sospechoso del caso penal por el atentado en Crocus City Hall, Yakubjoni Yusufzodi”, decía la nota oficial.

Según los investigadores, el detenido “unos días antes del ataque terrorista transfirió dinero a través de su cuenta bancaria a un cómplice para que proporcionara alojamiento a los terroristas”.

Yusufzodi, de 25 años, es un ciudadano tayiko, que trabajaba ilegalmente en unas obras de construcción en Moscú, según la acusación.

El arrestado, que no habla ruso, está casado y tiene tres hijos menores.

El pasado viernes, la Justicia rusa envió a prisión preventiva por dos meses a una novena persona presuntamente vinculada con el atentado del 22 de marzo, que ha dejado más de medio millar de heridos.

A los sospechosos del atentado, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico o ISIS-K, se les imputan cargos de terrorismo y podrían ser condenados a cadena perpetua.

Un sospechoso del ataque a tiros contra la sala de conciertos Crocus City Hall se sienta dentro del recinto de un acusado durante una audiencia sobre restricciones previas al juicio en el tribunal de distrito de Basmanny, en Moscú, Rusia, 24 de marzo de 2024 (Terrorista, Atentado terrorista, Rusia, Moscú) EFE/EPA/SERGEI ILNITSKY
Un sospechoso del ataque a tiros contra la sala de conciertos Crocus City Hall se sienta dentro del recinto de un acusado durante una audiencia sobre restricciones previas al juicio en el tribunal de distrito de Basmanny, en Moscú, Rusia, 24 de marzo de 2024 (Terrorista, Atentado terrorista, Rusia, Moscú) EFE/EPA/SERGEI ILNITSKY

En total, quince personas han sido detenidas hasta ahora en relación con el atentado, cuatro de ellas por su participación directa en el tiroteo y las explosiones que se produjeron en la sala de conciertos.

El Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia vinculó hoy los ataques fronterizos ucranianos de los últimos meses con el ataque.

Moscú acusa además a Kiev de invertir “importantes cantidades de dinero y criptomonedas desde Ucrania” para preparar el crimen, cargos que han sido rechazados por las autoridades ucranianas.

El Kremlin ha dirigido gran parte de su ira contra su archienemigo Ucrania, insistiendo en que Kiev estuvo íntimamente involucrado en el ataque, sin proporcionar pruebas. Kiev y sus aliados occidentales han desestimado las acusaciones por considerarlas absurdas.

Estados Unidos ha señalado que semanas antes del ataque había emitido una advertencia de que los extremistas planeaban atacar reuniones masivas, incluidos conciertos, en Rusia.

Sin embargo, el Kremlin ha expresado plena confianza en sus servicios de seguridad, a pesar de las críticas por su incapacidad para frustrar el ataque.

El Comité de Investigación de Rusia ha dicho que tiene pruebas de que “nacionalistas ucranianos” estaban detrás del ataque y habían financiado a los pistoleros con pagos en criptomonedas desde Ucrania.

Foto de archivo del Crocus City Hall tras el atentado de la semana pasada 
Mar 26, 2024. REUTERS/Evgenia Novozhenina
Foto de archivo del Crocus City Hall tras el atentado de la semana pasada Mar 26, 2024. REUTERS/Evgenia Novozhenina

Qué es y cómo opera ISIS-K

ISIS-K, una facción “halcón” del Estado Islámico, se adjudicó la responsabilidad la responsabilidad dela atentado terrorista en Moscú. El grupo se encargó de publicitar la matanza: emitió un comunicado por Telegram el mismo día, y luego subió fotos de sus yihadistas y difundió un escalofriante video en el que, versionando la brutales decapitaciones a rehenes por-occidentales en Siria o Irak de sus comienzo allí por 2014, muestra cómo masacraron a los rusos que asistían a un espectáculo en la sala de conciertos Crocus City Hall.

Si bien el grupo ya había atacado fuera de Afganistán, donde tiene su base de operaciones, el ataque en Moscú es su irrupción global.

ISIS-K emergió en 2015, creado por terroristas disidentes que adoptaron una interpretación más extrema del Islam. Son sunnitas, la rama mayoritaria del Islam, y desprecian explícitamente a los shiitas, mayoría en Irán. La versión anterior de ISIS buscaba formar un Califato independiente con partes de Siria e Irak, la reconstrucción de la provincia milenaria del Khorasan, por eso sumaron la “K” a sus siglas.

Según explican expertos del Willson Center, por aquel entonces, los objetivos del grupo y la geografía declarada de sus operaciones eran muy amplios. Abogando por atentados con víctimas masivas contra civiles y Estados, el grupo pretendía derrocar al Gobierno paquistaní, castigar al Gobierno iraní por ser “vanguardia” de los chiíes y “purificar” Afganistán, tanto desbancando a los talibanes afganos como principal movimiento yihadista en Afganistán como castigando a grupos minoritarios, como los hazaras.