El Vaticano respondió a las críticas y aclaró que no cambió su doctrina pese al anuncio de bendiciones a parejas homosexuales

En un documento publicado el 18 de diciembre y aprobado por el papa Francisco, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe autorizó la bendición de parejas “irregulares” a los ojos de la Iglesia

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Imagen de Archivo del papa Francisco.
EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI
Imagen de Archivo del papa Francisco. EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI

El Vaticano respondió este jueves a las críticas internas tras haber autorizado la bendición de parejas del mismo sexo en la Iglesia Católica y aseguró que su doctrina no cambió.

En un documento publicado el 18 de diciembre y aprobado por el papa Francisco, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe autorizó la bendición de parejas “irregulares” a los ojos de la Iglesia, incluidas las parejas que se volvieron a casar y las parejas del mismo sexo, siempre que esa bendición se llevara a cabo fuera de los rituales litúrgicos.

La nota, llamada “Fiducia suplicans” (“La confianza suplicante”) fue considerada un cambio doctrinal importante en la Iglesia pero provocó la protesta de muchos obispos, especialmente en países de África como Malaui, Nigeria, Zambia y República Democrática del Congo (RDC).

En reacción el Dicasterio dijo este jueves en un comunicado de cinco páginas que quiere “aclarar” el texto publicado en diciembre y lamentó la “confusión” sobre el sacramento del matrimonio, que sigue estrictamente reservado a las parejas heterosexuales.

El prefecto (máximo responsable) del Dicasterio, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, indicó que pese a que se mantiene la doctrina hay que tener en cuenta “la delicada situación de ciertos países” donde la homosexualidad es rechazada o castigada con prisión, o incluso con la pena de muerte.

El Vaticano también aclara en el comunicado que las bendiciones a los homosexuales “no son ritualizadas” y que se caracterizan por “la simplicidad y brevedad de su forma” porque “no pretenden justificar algo que no es moralmente aceptable”.

AP
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La Iglesia sigue condenando las relaciones homosexuales que califica de pecado.

Desde su elección en 2013, el papa Francisco ha insistido en la importancia de abrir la Iglesia y en particular a los fieles LGTB+, pero sus esfuerzos han encontrado una fuerte resistencia.

Qué dice “Fiducia suplicans”

Fiducia suplicans comienza con una introducción del prefecto del Dicasterio, quien explica que la declaración profundiza en el “significado pastoral de las bendiciones”, permitiendo “ampliar y enriquecer su comprensión clásica” a través de una reflexión teológica “basada en la visión pastoral del Papa Francisco”.

Una reflexión que, según explica, “supone un verdadero desarrollo respecto a lo dicho hasta ahora sobre las bendiciones”, llegando a incluir la posibilidad “de bendecir a parejas en situación irregular y a parejas del mismo sexo, sin validar oficialmente su estatus ni modificar en nada la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio”.

Esta posibilidad supone un cambio de postura respecto a la que la Congregación publicó en marzo de 2021, dirigida entonces por el español Luis Ladaria Ferrer, y que dijo que la Iglesia católica no podía impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo.

El documento es un largo texto en el que se analiza el origen y sentido teológico del acto de la bendición, repasándolo desde el Antiguo Testamento y en las Escrituras.

“En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios al ser humano y otorgada por estos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento”, se lee en el texto.

“No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”, sentencia la Doctrina de la Fe en su “Declaración”.

El nuevo documento reafirma que el matrimonio es un sacramento para toda la vida entre un hombre y una mujer. Además, se reitera que, según la “perenne doctrina católica”, solo se consideran lícitas las relaciones sexuales dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer.

También se aclara que, para evitar “cualquier forma de confusión y escándalo”, cuando una pareja del mismo sexo pida la bendición, “nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos”. “Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”. Así, se plantea que este tipo de bendición “puede encontrar su lugar en otros contextos, como la visita a un santuario, el encuentro con un sacerdote, la oración recitada en un grupo o durante una peregrinación”.

La bendición a parejas homosexuales o “irregulares”, es decir, que no estén canónicamente casadas por la Iglesia, puede estar precedida por una “oración breve” en la que el cura puede pedir para los bendecidos “la paz, salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua”.

(Con información de AFP)