Cuánto tiempo tiene Israel para terminar con Hamas antes de que se cierre la “ventana de legitimidad”

Está presionado por la catástrofe humanitaria que se está registrando en Gaza. Estados Unidos comienza a calibrar su apoyo. Las manifestaciones en Europa pidiendo un cese al fuego son cada vez más multitudinarias

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Esta mujer palestina, Um Hussein, tiene en sus brazos a su nieta nacida ese mismo día, el viernes pasado, mientras se producía el éxodo de civiles desde el centro de Gaza hacia el sur. Hay reportes de que los milicianos de Hamas dispararon contra los civiles para impedirles que escapen de los bombardeos. (REUTERS/Ibraheem Abu Mustafa)
Esta mujer palestina, Um Hussein, tiene en sus brazos a su nieta nacida ese mismo día, el viernes pasado, mientras se producía el éxodo de civiles desde el centro de Gaza hacia el sur. Hay reportes de que los milicianos de Hamas dispararon contra los civiles para impedirles que escapen de los bombardeos. (REUTERS/Ibraheem Abu Mustafa)

El reloj es implacable. Israel corre tras los objetivos que su propio gobierno se impuso de destruir a Hamas, liberar a los rehenes y hacer que la organización terrorista no pueda nunca más gobernar Gaza. Pero la llamada “ventana de legitimidad” que tiene para hacerlo tras el brutal ataque del 7 de octubre que dejó 1.400 israelíes muertos y 240 rehenes se está cerrando con cada bomba que lanza sobre la población civil gazatí. ¿Cuánto más tiempo tendrá el ejército israelí para cumplir con la misión que le encomendaron? Mucho dependerá de la paciencia que tenga el gobierno de Estados Unidos y hasta dónde pueda aguantar el presidente Joe Biden las múltiples presiones para que se decrete un alto al fuego. Y, sobre todo, hasta dónde se pueda tolerar a nivel global la magnitud de la crisis humanitaria que se creó en Gaza.

Israel perdió, de acuerdo a sus propios intereses, un tiempo precioso cuando esperó casi tres semanas para iniciar la ofensiva terrestre contra Hamas. Las tropas estaban listas, pero el Gabinete de Guerra prefirió esperar. Dejaron que los bombardeos destruyeran prácticamente toda la estructura del centro de la ciudad y que se extendieran en el tiempo. Esto es una enorme contradicción con respecto a lo que anunció esta semana Netanyahu de que Israel se convertirá en el garante de la seguridad de Gaza, abriendo las puertas a una reocupación de la Franja como la que existió hasta 2005. Es muy difícil transformarse en una fuerza de ocupación de un territorio devastado y una población sedienta de venganza por sus muertos.

Las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) montaron un enorme campamento militar sobre la costa de Gaza y lo está alimentando permanentemente, en una compleja operación, con pertrechos que acarrea desde el mar. Al mismo tiempo, el resto de las tropas avanza lentamente detrás de los tanques y bulldozers. Mientras la aviación continúa los bombardeos en forma casi permanente. Todo esto evidencia que Israel se prepara para una larga campaña en Gaza y que no parece estar apurado por entrar a los túneles y enfrentar directamente a los milicianos de Hamas. Tampoco a intentar una liberación rápida de los rehenes.

Las tropas israelíes siguen avanzando lentamente con sus tanques y bulldozers en la destruida zona central de Gaza. (Israeli Defense Forces/Handout via REUTERS)
Las tropas israelíes siguen avanzando lentamente con sus tanques y bulldozers en la destruida zona central de Gaza. (Israeli Defense Forces/Handout via REUTERS)

Por ahora, el gobierno de Netanyahu no parece tener como “absoluta prioridad” la liberación de las 240 personas secuestradas por los terroristas y que mantienen en la extensa red de túneles que cruzan Gaza. Hubo una negociación esta semana en la que intervino Qatar y Estados Unidos por la que Hamas ofrecía liberar a 50 rehenes, especialmente niños, mujeres y ancianos, a cambio de un cese al fuego de cinco días. Netanyahu dijo que sólo estaba dispuesto a dar una tregua de cuatro horas por día para facilitar la evacuación de civiles y así lo acordó con la Casa Blanca. La negociación se rompió y comenzó una tragedia aún más grande. Cuando unos 100.000 civiles gazatíes comenzaron una marcha de 20 kilómetros con banderas blancas en la mano para abandonar el centro de Gaza y dirigirse hacia el sur, los propios milicianos de Hamas fueron los que dispararon sobre ellos.

Otro elemento que nos habla de que Israel piensa en una campaña prolongada, es su estrategia de ahogar a la población de Gaza y, por ende, a los milicianos que se ocultan entre ella, por todos los flancos. La inteligencia israelí sabe que Hamas acumuló grandes cantidades de alimentos, agua y combustible en sus túneles. Pero esos recursos podrían terminarse muy pronto si el férreo bloqueo impuesto por Israel continúa “unas dos o tres semanas más”, según el analista militar del Jerusalen Post. Esto podría obligar a los terroristas “asomar sus cabezas de los túneles”, pero al mismo tiempo también afecta a los civiles. El bloqueo castiga en forma cruel a los 2,2 millones de gazatíes. Los hospitales (o lo que queda de ellos) no tienen combustible para hacer funcionar las incubadoras en la sala de recién nacidos o iluminar los quirófanos, enfermeras extranjeras aseguran que se realizan operaciones sin anestesia, la falta de agua es fatal en esa zona de desierto, ya no hay harina para hornear el jubz, el pan árabe.

Los organismos de derechos humanos le están diciendo a los líderes de todo el mundo que “ya es suficiente…no se puede continuar así”. La subsecretaria de Estado norteamericana, Barbara Leaf, admitió ante un grupo de congresistas en Washington que “es muy posible que los números de víctimas sean más altos”. El ministerio de Salud de Gaza dominado por Hamas asegura que son más de 11.000 muertos, 4.500 de ellos niños. La Cruz Roja Internacional dice que “el sistema sanitario está destruido” y la situación en los hospitales que aún permanecen abiertos “es cada vez más insoportable”. La Organización Mundial de la Salud denunció 250 ataques contra instalaciones sanitarias. Y el Alto Comisionado de la ONU para los DD.HH., Volker Türk, denunció “las graves consecuencias de los bombardeos indiscriminados en las zonas más densamente pobladas”.

Protestas en solidaridad con los palestinos y pidiendo el cese al fuego se desarrollan en toda Europa. Esta manifestación fue en Glasgow, Escocia. (Jane Barlow/PA vía AP)
Protestas en solidaridad con los palestinos y pidiendo el cese al fuego se desarrollan en toda Europa. Esta manifestación fue en Glasgow, Escocia. (Jane Barlow/PA vía AP)

Esto se tradujo en enormes manifestaciones pidiendo una alto al fuego y en favor de los palestinos en casi todas las grandes ciudades de Europa. En Londres, particularmente, coincidiendo con el Remembrance Day, el Día del Recuerdo, en memoria de los caídos en las guerras. Y, como siempre, todo esto es aprovechado por organizaciones como Samidoun, creada hace años por el Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP), considerado un grupo terrorista en varios países, y que es investigado desde hace tiempo por el BfV, el servicio de inteligencia interno alemán. Esto trajo presiones parlamentarias sobre el canciller Olaf Scholz que seguramente las transmitirá hacia Washington y Tel Aviv. Samidoun tiene filiales y está agitando las manifestaciones en Suecia, España, Francia, Grecia, Bélgica y Países Bajos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, fue aún más allá en una entrevista que le dio a la BBC el viernes. “No hay justificación para este bombardeo…Estos bebés, mujeres y personas mayores están siendo bombardeadas y asesinadas. No hay razón para eso y no es legítimo hacerlo. Por eso, urgimos a Israel a que detenga los bombardeos”. Cuando le preguntaron si esperaba que otros líderes globales como el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el presidente estadounidense Biden se unieran a este pedido del cese al fuego, Macron dijo “espero que lo hagan”.

En Estados Unidos, si bien se registraron grandes marchas en Washington y en Nueva York, la controversia se hizo muy visible dentro de los campus de las grandes universidades. “Me hace acordar al clima del 68, cuando nos plantábamos acá de un lado los que protestábamos contra la Guerra de Vietnam y del otro, los que apoyaban al gobierno de Nixon y la Guardia Nacional que nos atacaba con saña”, recordó en una entrevista Jack Rompaglioli, un viejo profesor californiano.

El presidente francés, Emmanuel Macron, hablando ante la conferencia internacional humanitaria por los civiles de Gaza. Dijo que los bombardeos israelíes no son legítimos. (Ludovic Marin/Pool via REUTERS)
El presidente francés, Emmanuel Macron, hablando ante la conferencia internacional humanitaria por los civiles de Gaza. Dijo que los bombardeos israelíes no son legítimos. (Ludovic Marin/Pool via REUTERS)

Todo esto va poniendo presión en los aliados de Israel y comienza un lento pero seguro aislacionismo si la guerra se extiende. No será la primera vez que sucede. “Cada guerra israelí se libra contrarreloj, a medida que crece la condena internacional y finalmente Estados Unidos matiza su apoyo”, explica un analista británico citado en The Economist. En 1973, Estados Unidos instó a un alto el fuego que pusiera fin a la Guerra del Yom Kippur a pesar de que las fuerzas israelíes estaban avanzando. En 2006, impuso un alto el fuego antes de que Israel pudiera alcanzar sus objetivos en El Líbano. Ya entonces, los funcionarios israelíes decían que “nuestra ventana de legitimidad internacional es limitada”. Eso suele apuntar hacia el uso de la máxima fuerza para infligir daños punitivos y restablecer la disuasión rápidamente antes de que se cierre la ventana.

Un general israelí implicado afirma que “para eliminar por completo la capacidad de Hamás de lanzar cohetes hay que eliminar a los operadores de cohetes”, que a menudo disparan desde edificios civiles. Los israelíes siguen pidiendo tiempo y paciencia. Y les recuerdan a sus críticos que en 2016-17, Irak, con la ayuda de una coalición, tardó nueve meses en destruir al ISIS en Mosul, una ciudad de dos millones de habitantes como Gaza, antes de ser ocupada.

Pero no parece haber en este momento en Washington la paciencia que se tuvo en ese momento en Irak. No tiene la misma repercusión en los medios y las redes sociales la catástrofe humanitaria de Gaza que la que tuvo lo que entonces sucedía en Mosul, donde los terroristas del ISIS asesinaron a miles de civiles cuando intentaban huir de los bombardeos. Congresistas de los dos partidos están acusando a Biden de violar una orden que él mismo firmó en febrero y que endurece las normas que prohíben las transferencias de armas a gobiernos o regímenes que violen los derechos humanos. “Dada la muerte y la destrucción documentadas en Gaza, y los abusos también muy bien documentados en Cisjordania, es cada vez más difícil ver cómo la administración Biden puede seguir proporcionando armas sin violar su propia política de transferencia de armas convencionales”, explicó, Seth Binder, director del Proyecto sobre Democracia en Oriente Medio, un centro de estudios independiente de Washington.

Los soldados israelíes se preparan en la destruida ciudad de Gaza se preparan para una larga campaña a pesar de que se les cierra la llamada "ventana de legitimidad". (REUTERS/Ronen Zvulun)
Los soldados israelíes se preparan en la destruida ciudad de Gaza se preparan para una larga campaña a pesar de que se les cierra la llamada "ventana de legitimidad". (REUTERS/Ronen Zvulun)

Legisladores demócratas acusan al presidente de su propio partido también de violar la Ley Leahy, una norma de 1997 que prohíbe la venta de armas a quienes violen los derechos de sus pueblos. “Me preocupa mucho que el dinero de nuestros contribuyentes se utilice para violar los derechos humanos”, dijo el representante Andre Carson, de Indiana, un aliado hasta ahora de Biden. “El año pasado voté a favor de proporcionar 3.000 millones de dólares de ayuda estratégica y de seguridad a Israel. Pero debemos asegurarnos absolutamente de que ninguno de esos fondos se utiliza de forma inapropiada, en violación de la legislación estadounidense como la Ley Leahy, o en violación del derecho internacional.”

No existe una solución inmediata al dilema de Israel, y sus dirigentes lucharán por mantener el apoyo internacional mientras el ejército avanza hacia su objetivo de derrotar a Hamás. Pero las presiones globales seguramente aumentarán en los próximos días y el reloj sigue corriendo. Será muy difícil que la ventana de legitimidad permanezca abierta hasta fin de año como se había previsto, en principio, en Tel Aviv.