La OPAQ confirmó el uso de gas cloro en un bombardeo contra opositores a Bashar al Assad en Siria

El equipo de investigación del organismo halló rastros de esta arma química en dos cilindros encontrados en la región de Idlib. En el ataque ocurrido en febrero fue y atribuido al régimen. Otro grupo de expertos se encuentra realizando pesquisas en Duma, donde en abril murieron al menos 70 personas

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Víctima de un reciente ataque químico en Siria
Víctima de un reciente ataque químico en Siria

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmó este miércoles el uso de gas cloro como arma química en el ataque contra la ciudad de Saraqeb, en la provincia siria de Idlib, controlada por rebeldes, el pasado 4 de febrero.

En un comunicado, el organismo con sede en La Haya recordó que la misión de la OPAQ es determinar "si se han utilizado armas químicas", y que sus labores "no incluyen identificar quién es el responsable" de los presuntos ataques, según informes de la agencia EFE.

Pero el informe de la misión enviada a Idlib determinó que "el cloro fue dispersado desde cilindros que se abrieron al impactar en el barrio de Saraqeb, en Al Talil", un tipo de arma comúnmente utilizada por el régimen sirio de Bashar al Assad y lanzada desde helicópteros, que la oposición rebelde no posee.

Las conclusiones fueron obtenidas tras determinar que los dos cilindros analizados "contenían previamente cloro".

Una “bomba barril”, cilindros cargados de gases tóxicos que son lanzados desde helicópteros y se rompen al golpear contra el suelo, liberando el arma química en el ambiente
Una “bomba barril”, cilindros cargados de gases tóxicos que son lanzados desde helicópteros y se rompen al golpear contra el suelo, liberando el arma química en el ambiente

También se tomaron muestras en los alrededores que "demostraron una presencia inusual de color en los alrededores", dijo la OPAQ dede La Haya.

En el ataque del 4 de febrero sobre Saraqeb 11 personas fueron tratadas por asfixia luego de una serie de ataques del régimen sirio, que busca capturar el pueblo, según reportó en ese momento el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Esta información fue confirmada también por la agencia AFP, en base al testmionio del médico Mohammad Ghaleb Tannari, apostado en un pueblo cercano de Idlib.

"Todos los casos que recibimos tenían síntomas consistentes con la inhalación de gas cloro, incluyendo cansancio extremo, dificultad para respirar y tos", dijo.

El dictador Bashar al Assad junto a sus tropas
El dictador Bashar al Assad junto a sus tropas

Además de sus estudios técnicos sobre la zona, la OPAQ también entrevistó a diferentes testigos, recolectando evidencias de "un número de pacientes en hospitales luego del incidente que mostraban señales y síntomas consistentes con la exposición al cloro".

Ahmet Uzumcu, director del organismo, condenó "enérgicamente" el uso de armas químicas "por cualquier razón y circunstancia", según informó la AFP. "Estos actos contradicen inequívocamente la prohibición de uso de armas químicas", agregó.

Afortunadamente, en el ataque sobre Idlib de febrero no se produjeron víctimas fatales, pero la OPAQ se encuentra en este momento cursando otra misión de investigación en el pueblo de Duma, también en poder de los rebeldes, donde un presunto ataque con armas químicas produjo en abril al menos 70 muertos, incluyendo familias enteras que habrían muerto por asfixia.

Inspectores de la OPAQ en Siria
Inspectores de la OPAQ en Siria

El equipo tardó varias semanas en llegar a la zona del ataque debido a las negativas y retrasos del régimen sirio y sus aliados rusos, que niegan el uso de armas químicas e incluso acusan a los rebeldes de "montar" un ataque con falsos muertos, por lo que los resultados de la investigación podrían estar comprometidos.

De cualquier manera los técnicos han exhumado cadáveres muertos en el bombardeo y han tomado más de 100 muestras medioambientales que están siendo analizadas en los laboratorios de la OPAQ.

La OPAQ es un organismo de control de armas químicas que se encarga de la aplicación de la Convención de Armas Químicas, firmada por la mayoría de los países del mundo en 1993 y entrada en vigor en 1997.

Desde el inicio en 2011 de la cruenta guerra civil en Siria, que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de refugiados, el régimen de Al Assad no dudó en usar sus grandes arsenales de gases tóxicos como el cloro y el mostaza y agentes nerviosos como el sarín contra las poblaciones civiles levantadas en su contra.

Presionado por la comunidad internacional, Siria acabó firmando la Convención de Armas Químicas en 2012 y se comprometió a deshacerse de estas armas, lo que dijo haber cumplido en 2014.

Pero años después, y en especial luego de la entrada de Rusia en la guerra y en apoyo de Damasco, aumentaron los reportes del uso de estas armas, especialmente el cloro y el sarín, en los rápidos avances del régimen, que ha reconquistado varias zonas anteriormente en manos rebeldes.

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