Una fotógrafa argentina retrata los ecosistemas patagónicos: “Los humedales son vitales contra el cambio climático”

Luján Agusti es reportera de National Geographic y narra la importancia de las turberas a través de sus imágenes. En diálogo con Infobae contó cuál es el rol de estos humedales y cómo evolucionó el proyecto que pretende mostrar a la fotografía como un puente entre la ciencia y la comunidad

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Luján Agusti comenzó a documentar las turberas en 2018, y hoy continúa con su proyecto (Florence Goupil/National Geographic)
Luján Agusti comenzó a documentar las turberas en 2018, y hoy continúa con su proyecto (Florence Goupil/National Geographic)

“Si tengo cierta voz, o hay alguien prestando atención a lo que yo voy a decir a través de las imágenes, creo que está bueno ser responsable y hablar de cosas importantes”. La que habla es Luján Agusti, fotógrafa argentina, quien comenzó a documentar las turberas de Tierra del Fuego en 2018.

Pero, ¿qué son las turberas? Se trata de humedales con gran capacidad de absorción de nutrientes y carbono que no muchas personas conocen. “Me pone contenta cada vez que hablo con alguien y me dice, ´no conocía las turberas´”, dice a Infobae Agusti. El objetivo principal por el cual hoy en día continúa narrándolas a través del lente de su cámara es el de “poder acercar un tipo de ecosistema que en general es bastante desconocido”.

Agusti descubrió estos pantanos gracias a las visitas que realizó cuando era chica a la provincia austral, y relató que el contacto que las personas tienen con las turberas puede no ser placentero en una primera instancia, como es el caso del trayecto hasta la Laguna Esmeralda: “Hay un sendero que es el más conocido, la Laguna Esmeralda. Es una laguna hermosa rodeada de montañas. El tema es que para llegar a la laguna, hay que pasar por un montón de turbales. A medida que la gente avanza sobre el turbal, lo deteriora y se vuelve algo pantanoso. Terminas todo sucio, es incómodo para caminar. Entonces, siempre estaba esta idea de que para llegar a la maravillosa laguna, había que atravesar un turbal asqueroso”.

Ante esto, la fotógrafa reflexionó que existe una profunda desinformación con respecto a las tuberas y su importancia: “¿Qué imaginario hemos construido sobre las turberas? Básicamente ninguno”. En comparación con las montañas, los ríos, los bosques y otros paisajes más reconocidos, estos humedales quedan relegados. “Fueron siempre destratadas. Hay poca información al respecto. Es difícil trabajar en esas zonas porque, bueno, son zonas pantanosas”, explica.

Las turberas son grandes reguladoras hídricas, y absorben el carbono presente en la materia orgánica (Luján Agusti)
Las turberas son grandes reguladoras hídricas, y absorben el carbono presente en la materia orgánica (Luján Agusti)

En “el fin del mundo” se encuentran el 90% de las turberas existentes en la Argentina, pero para muchos de los habitantes de la Patagonia no eran más que simples pantanos. “Más allá de que los pueblos originarios vivieron sobre las turberas y las consideran sus ancestros, en la comunidad propia falta o solía faltar información. Hay algo este proceso que obviamente fue cambiando. Faltaba información, faltaba registro, faltaba forma de identificar”, dice.

Esto fue, precisamente, lo que despertó su interés: “Me sentí como un poco identificada con ese humedal. Me gustaría que más gente lo conozca”. Incluso cuenta que hacen falta estudios científicos al respecto, y que hasta hace poco tiempo no se conocía la existencia de turberas tropicales. “Es como un ecosistema un poco misterioso”.

Antes de comenzar a narrar la naturaleza a través de imágenes, recorrió un camino profesional en el cual pudo unir sus dos pasiones: el arte y el fotoperiodismo.

Su camino en la fotografía

“Me enamoré del medio”, manifesta Agusti sobre la fotografía. Inició su trayectoria en el ámbito de la narración visual por curiosidad, al seguir los pasos de una de sus hermanas que se había anotado en un taller. Pudo saciar su interés a pesar de su timidez, ya que se encontraba “protegida por la cámara”.

“En ese proceso se volvió mi lenguaje. A partir de ahí empecé a usar la fotografía como una forma de entender el mundo que me rodea y de conectar”, dice. Su amor por la expresión artística fue el que motivó sus primeros proyectos, pero no eclipsó su interés por el contar historias. Considera que “ambos caminos fueron en paralelo”.

Mientras continuaba con el proyecto de las turberas, encontró a personas que también se interesaron en documentar estos ecosistemas (Isadora Romero/National Geographic)
Mientras continuaba con el proyecto de las turberas, encontró a personas que también se interesaron en documentar estos ecosistemas (Isadora Romero/National Geographic)

Eventualmente, logró conectar estas dos líneas de estudio en una disciplina que continúa en expansión: “Trato de reflexionar sobre los límites de la práctica documental, buscar nuevas maneras de contar historias. Ahí se da una fusión de ambas formas de contar el mundo”.

En sus años de estudio, viajó a países como México y Estados Unidos donde consiguió que su arte sea más visibilizado. Su voz y su visión se comenzaron a publicar en los medios de comunicación, y esto despertó en ella el deseo de mostrarle al mundo las historias que se desarrollan en su país natal, más específicamente en la Patagonia.

Entre las cantidades de noticias sobre el sur de la Argentina, Agusti nota una particularidad: se enfocan en una mirada turística, “¿de qué manera el hemisferio norte viene a disfrutar de todos estos paisajes?”, se pregunta. Sin embargo, en todo el territorio surgen problemáticas constantemente que tienen que ver tanto con lo social como con las crisis medioambientales. “A mí me parecía que había un montón de cosas sucediendo en el medio, un gris entre estos 2 extremos que tienen que ver con revalorizar nuestro patrimonio cultural y natural”, comentó al explicar por qué volvió al país para vivir y trabajar en Tierra del Fuego.

Los desafíos de narrar las turberas

Debido a la falta de información sobre estos ecosistemas, el elegir una forma de narrarlos significó un reto para la exploradora de National Geographic. “El hecho de no tener imaginario construido en torno a la turbera, también dificultaba mi forma de relacionarme con ella”, cuenta.

A la fotógrafa le fue difícil captar la esencia de estos humedales debido a la poca información que existía sobre ellos (Luján Agusti)
A la fotógrafa le fue difícil captar la esencia de estos humedales debido a la poca información que existía sobre ellos (Luján Agusti)

Si bien la fauna autóctona, sobre todo las aves, interactúan con estos humedales, no se genera mucho movimiento ni acción en el lugar. “Me encontraba queriendo generar narrativa sobre un ecosistema con el que me costaba construir imagen”, remarcó la fotógrafa. Este mismo obstáculo fue una fuente de reflexión, y aumentó su interés en mostrar e informar sobre las turberas que “están siempre corridas en la periferia de lo que son los paisajes”.

Otro desafío que logró superar fue el miedo a lo desconocido. Agusti se describió como “un ser de ciudad”, y explicó que por esa razón le fue difícil adentrarse en las profundidades de la naturaleza. Los posibles peligros que presentaban los insectos y la condición pantanosa de las turberas fueron también una preocupación.

La importancia ecológica de las turberas

En sus años de trabajo estuvo en contacto con varios científicos. Uno de ellos fue Hinsby Cadillo-Quiroz, quien considera que “dentro de todas las posibles soluciones que hay para regular el cambio climático, las turberas se presentan como una supersolución”.

En su proceso de formación, que llevó miles de años, la materia orgánica se fue acumulando en capas. Gracias a esto, se produjo un ambiente que absorbe el carbono y produce una descomposición lenta. La capacidad de retención de este mineral ayuda a regular la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero. Pero si se disturba ese sistema, todo el carbono que no haya sido incorporado por el sustrato sería liberado al aire.

Entre sus capas, las turberas guardan información sobre las condiciones climáticas que existieron hace miles de años (Luján Agusti)
Entre sus capas, las turberas guardan información sobre las condiciones climáticas que existieron hace miles de años (Luján Agusti)

Al ser humedales, son grandes reguladoras hídricas. Esto significa que, debido a la composición de su terreno, actúan como esponjas y absorben agua cuando hay lluvias intensas, fenómeno que aumentó su incidencia en los últimos años. Pero también liberan parte del caudal de agua que contienen si ocurre una sequía, lo que le facilita el acceso tanto a los animales como a las comunidades cercanas. Son imprescindibles para el equilibrio medioambiental de muchas regiones.

A todos estos beneficios se les suma su riqueza de información paleoambiental. “De alguna forma son archivos del pasado, porque al tener procesos de lenta descomposición, sobre todo en las turberas del hemisferio norte, se han encontrado personas que no terminaron de descomponerse de hace 12.000 años”, analiza la fotógrafa. En otras turberas en Finlandia se hallaron objetos como puntas de flecha que podrían ayudar a los expertos a reconstruir la historia de civilizaciones antiguas.

Otro elemento que se encuentra almacenado en los estratos de estos ecosistemas es el polen. Estos pequeños granos, cruciales para la reproducción de las plantas, pueden ser estudiados para develar cómo era el clima hace miles de años.

Estas son algunas de las razones por las cuales las turberas son vitales para el buen funcionamiento de los ecosistemas, el balance climático de todo el planeta, y el progreso de la ciencia. “Es importantísimo protegerlas porque si destruimos la turbera, destruimos todos los beneficios vitales que tiene y, por otro lado, todo el trabajo que hizo durante miles y miles de años”, destacó la fotógrafa.

Agusti y su equipo visitaron turberas en los 4 puntos cardinales con el fin de documentar al ecosistema en todas sus variantes (Isadora Romero/National Geographic)
Agusti y su equipo visitaron turberas en los 4 puntos cardinales con el fin de documentar al ecosistema en todas sus variantes (Isadora Romero/National Geographic)

Para preservarlas es necesario informar a la sociedad sobre su existencia, su composición, y su valor. Mediante el proyecto iniciado en 2018, Luján Agusti continúa con la concientización y difusión de estos ecosistemas tan importantes. Ella ve a la fotografía como un “puente entre la ciencia y la comunidad” que tiene el fin de acercarles a las personas los avances y descubrimientos científicos. Cree que, una vez que la sociedad logra informarse sobre una situación de estas características, comienza a exigir que haya una protección desde los gobiernos provinciales para que se evite su destrucción.

La evolución del proyecto sobre las turberas y su nueva propuesta transmedia

“¿Por qué ponemos a la naturaleza como algo ajeno a nosotros y no a nosotros como parte de la naturaleza’”, es una de las preguntas que se hace a sí misma, a modo de reflexión. La narración de las turberas, que empezó gracias a su curiosidad innata, sembró la semilla de lo que próximamente será un lanzamiento de contenido en múltiples formatos y plataformas apoyado por National Geographic. Recibirá el nombre de “Agua Negra”.

Su disparador inicial fue “entender a nivel cultural el impacto que había tenido sobre las turberas la forma en la que narramos la naturaleza o nos relacionamos con ella”. Luego, al pasar los años, fue encontrando a más personas que se interesaron por la propuesta: “Fue como un descubrimiento, para mí y para un montón de gente. Viene acompañando un proceso de cambio de paradigma a nivel científico. Me ha pasado, incluso hoy en día, conversar con científicos que no saben que hay turberas tropicales. Entonces todavía hay un montón para contar”.

El proyecto "Agua Negra" contará con varios formatos que se adaptarán a distintas plataformas para abarcar la mayor cantidad de canales de información posible (Joshua Irwandi/National Geographic)
El proyecto "Agua Negra" contará con varios formatos que se adaptarán a distintas plataformas para abarcar la mayor cantidad de canales de información posible (Joshua Irwandi/National Geographic)

El abordaje de las turberas se dará, por un lado, desde la fotografía, especialidad de Luján Agusti. También contará con una página web que reunirá todos los contenidos, un libro escrito por Guadalupe Arriegue que aportará una visión poética de estos humedales, y un documental audiovisual dirigido por Nicolás Deluca. Contaron con la colaboración de científicos y expertos para brindar información fidedigna, además de las imágenes y textos narrados.

No relatarán solamente la historia de las turberas de la Patagonia argentina. El equipo de exploradores viajó a los 4 puntos cardinales para investigar y exponer las distintas formas que puede tomar este ecosistema.

Estuvimos en el Amazonas, en los países nórdicos, en Indonesia y en Tierra del Fuego”, explicó. Y agregó: “En cada uno de estos lugares trabajamos sobre el vínculo que tienen las comunidades con las turberas. En particular en Indonesia, llegamos a una comunidad cuya identidad depende de la turbera. Tienen un vínculo con la turbera muy estrecho. Y si la turbera desaparece, desaparece directamente la identidad del pueblo”.

Luján Agusti logró mostrar este ecosistema oculto que, desde las sombras, beneficia a todos los seres vivos. Sus esfuerzos alrededor de encontrar una narrativa, informar y visibilizar las turberas generó que un proyecto que comenzó siendo “chico”, como lo define ella, se haya convertido en una propuesta audiovisual en múltiples plataformas y formatos. Sin dudas, pudo utilizar su voz para mostrarle al mundo esos humedales que tanto le marcaron su forma de “conectar con la fotografía”.