Qué esconde la investigación judicial de Michael Flynn por sus presuntas conexiones con Rusia

Un artículo publicado por el periódico The New York Times detalla los negocios que mantuvo con diferentes compañías el ex asesor de seguridad de Donald Trump antes de asumir el cargo, que también están siendo objetivo de investigación por el Departamento de Justicia

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Michael Flynn fue hasta el 13 de febrero el asesor en Seguridad Nacional (AP)
Michael Flynn fue hasta el 13 de febrero el asesor en Seguridad Nacional (AP)

El 13 de febrero de este año, Michael Flynn renunció como asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos Donald Trump luego de las acusaciones en su contra que señalaban que había informado erróneamente al vicepresidente Mike Pence sobre sus conversaciones con el embajador de Rusia en el país, Sergey Kislyak.

Desde entonces, el Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación por los nexos de Flynn con el gobierno de Vladimir Putin y la  presunta intervención del Kremlin en las elecciones presidenciales norteamericanas del año pasado.

En ese contexto, el ex director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Robert S. Mueller III, fue designado para supervisar las investigaciones. 

Previo a su desembarco en la política de la mano de Trump, Flynn disfrutaba de una larga carrera militar como Director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). En 2014, fue despedido del cargo luego de enfrentarse con varias autoridades por no advertir el creciente poder de militantes islamitas en el Medio Oriente. 

Tras su destitución, el ex asesor decidió utilizar sus contactos, conocimiento y experiencia en el Ejército estadounidense para formar una consultora que asesoraba a empresas de ciberseguridad y otros contratistas gubernamentales. Rápidamente se transformó en un negocio exitoso, y fue contratado en los siguientes dos años por casi una docena de compañías. 

Robert S. Mueller III
Robert S. Mueller III

En un artículo publicado este domingo, el periódico The New York Times señaló que Flynn consiguió hacer en el mundo empresarial lo que la burocracia gubernamental y las limitaciones institucionales no le permitían hacer libremente desde el sector público.

"Siempre he tenido ese espíritu emprendedor", dijo Flynn en una entrevista en octubre de 2015. El ahora ex asesor del presidente norteamericano, quien se negó a hacer declaraciones al NYT para su artículo, también reconoció en ese entonces ser un "capitalista de corazón" y "un buen hombre de negocios".

Según su información financiera, en 2016 llegó a ganar entre 1,37 y 1,57 millones de dólares. No obstante, esa misma negligencia por los límites al poder que causó su despido de la DIA en 2014 es la misma razón por la cual hoy se investiga la conducta del ex asesor de seguridad como empresario. 

Para Flynn, Estados Unidos estaba involucrado en una "guerra mundial" contra el terrorismo islámico, y tenía una mirada crítica sobre los servicios de inteligencia, a los que consideraba que estaban "politizados". Asimismo, exigía que Washington tomara una postura más firme contra el Estado Islámico. Ante este panorama, Flynn no veía con malos ojos una alianza con Rusia, de tirantes relaciones con la Casa Blanca durante la gestión de Barack Obama. 

Michael Flynn (derecha) junto a Bijan R. Kian (centro-derecha) en 2014 (AP)
Michael Flynn (derecha) junto a Bijan R. Kian (centro-derecha) en 2014 (AP)

A Flynn se lo investiga por los lazos que sostuvo su empresa consultora, Flynn Intel Group, con varios clientes controversiales. Entre ellos se encuentra la empresa OSY Technologies, cuyo software fue utilizado para hackear a activistas mexicanos y a un líder opositor en el Medio Oriente. 

Uno de sus primeros clientes fue GreenZone Systems, presidida por un empresario iraní-estadounidense llamado Bijan R. Kian, que fue director del Banco de Exportación e Importación de EEUU hasta 2011. Mientras Flynn ocupaba la mayor parte de su tiempo asesorando la campaña presidencial de Trump en 2016, Kian le presentó a otro cliente: el empresario turco Ekim Aptekin, quien tenía conexiones con el presidente de su país, Recep Tayyip Erdogan.

Ekim Alptekin (Getty)
Ekim Alptekin (Getty)

Alptekin luego admitió que contrató a Flynn para organizar una campaña contra Fethullah Gulen, el clérigo turco acusado por Erdogan de haber orquestado el fallido golpe de Estado de julio de 2016. Para ello, su empresa acordó pagarle 600.000 dólares para producir un documental que convenciera al Congreso de Estados Unidos de que Gulen, que vive en Pensilvania desde 1999, fuera extraditado. Este presunto nexo con el régimen turco también es investigado por el Departamento de Justicia.

Por su parte, Mueller también tiene en carpeta los lazos entre la consultora de Flynn y tres clientes rusos a los cual proveyó sus servicios. En 2015, Flynn Intel Group. recibió 11.250 dólares de Kaspersky Lab, una firma de investigación rusa que intentaba descubrir el software de espionaje de gobiernos occidentales y cuyo fundador ha sido sospechado de tener vínculos con los servicios de inteligencia rusos. El mismo año, recibió la misma cifra de Volga-Dnepr Airlines, una aerolínea rusa que ha sido investigada por Naciones Unidas por acusaciones de sobornos.

Michael Flynn con el presidente ruso Vladimir Putin en un evento del canal oficialista ruso “Russia Today”
Michael Flynn con el presidente ruso Vladimir Putin en un evento del canal oficialista ruso “Russia Today”

En diciembre de 2015, por su parte, Flynn viajó a Moscú para dar una charla para RT, el medio de comunicación ruso financiado por el Kremlin y que la inteligencia estadounidense acusa de funcionar como propaganda del estado.

En esa ocasión, recibió 45.000 dólares por el viaje, que incluía una invitación a una cena por el aniversario de la cadena de noticias rusa, donde fue fotografiado sentado a la derecha del presidente Vladimir Putin. 

Pese a su corto éxito como empresario, hoy Flynn enfrenta batallas legales que le han costado montos por encima de las seis figuras.

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