Rigoberto Urán y la vez que le dio a Colombia la primera medalla en ciclismo de ruta en una olimpiadas

En los Juegos Olímpicos de Londres, contra todo pronóstico, Rigoberto Urán quedó segundo luego de un esprín mano a mano con Alexandr Vinokúrov frente al Palacio de Buckingham.

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De izquierda a derecha en el podio, Rigoberto Urán, Alexandr Vinokúrov y Alexander Kristoff.
De izquierda a derecha en el podio, Rigoberto Urán, Alexandr Vinokúrov y Alexander Kristoff.

Que las selecciones de Bélgica y Eslovenia son las favoritas a ganar la prueba de ciclismo de ruta en los Juegos Olímpicos de Tokio para nadie es un secreto. Como tampoco lo es que los equipos de España e Italia pueden dar la batalla, al igual que el de Colombia, integrado por Rigoberto Urán, Nairo Quintana, Esteban Chaves y Sergio Andrés Higuita.

Batir a un ‘monstruo’ como Tadej Pogacar, vigente campeón del Tour de Francia, es difícil, pero no imposible. Lo mismo pasa con Wout Van Aert, que en la ronda gala ganó la contrarreloj final, la etapa reina del tour y la última jornada en los Campos Elíseos, imponiéndose en el esprín a un especialista como Mark Cavendish. Muestra de que se les puede vencer es ‘Rigo’, quien, en los Juegos Olímpicos Londres 2012, enfrentándose a los pesos pesados del ciclismo, obtuvo la medalla de plata.

En ese entonces, ‘El Toro de Urrao’ tenía apenas 25 años y, aunque ya hacía parte del Sky, una de las mejores escuadras del mundo, llegó a las olimpiadas con bajo perfil. El equipo lo completaron Sergio Luis Henao, que no estará en Tokio, y Fabio Duarte. Y entre sus rivales sobresalía, nada más y nada menos que el italiano Vincenzo Nibali (ganador de las tres grandes vueltas), el kazajo Aleksandr Vinokúrov y el español Alejandro Valverde, además de los velocistas Cavendish y Philippe Gilbert.

Cavendish, por ser local, y Gilbert, uno de los mejores velocistas del momento, eran los máximos favoritos a ganar la presea dorada, dado que el recorrido era en su mayoría llano. Pero algunos ataques, en los que fueron protagonistas pedalistas con características de escaladores, les impidió disputar el esprín final.

A los últimos metros de los 249 km de la prueba, frente al Palacio de Buckingham, llegaron solos Vinokúrov y Urán. El colombiano, sin embargo, cometió el error de mirar hacia atrás para ver qué tan lejos estaba del pelotón, cuando el kazajo lo atacó. ‘Rigo’ buscó sobreponerse esprintando con todas las fuerzas que tenía en sus piernas, pero no le alcanzó para llegar primero. El tercero del podio fue el noruego Alexander Kristoff.

“Las piernas ya no me daban más, antes llegue segundo”, fueron las palabras del antioqueño aquel 12 de julio, cuando le dio la primera medalla a Colombia en esas olimpiadas. Esa vez, el país ganó la segunda medalla de oro en su historia, a través de Mariana Pajón, y su primera de plata en atletismo.

Pero, ¿qué pensaba ‘Rigo’ en ese momento? Esta fue su versión a revista Bocas, un año después:

“Cuando faltaba un kilómetro dije: “¡Ay jueputa, aquí hay una medalla olímpica y sin siquiera pensarla… ¡Ayyyyyy, papá!”. Así que, cuando llegamos a los 400 metros, empezamos a “esprintar”. Cuando yo miro hacia atrás, me arrancó Vinokúrov por el otro lado y, cuando volví a arrancar, la fuerza ya no me daba. Yo simplemente seguí “esprintando”, pero la distancia que él me sacó fue suficiente para ganar”.

Al ‘Toro’ también se le preguntó qué sintió cuando llegó segundo, y afirmó: “Nunca sentí perder porque sólo sentí dicha: una medalla de plata para Colombia en una olimpiada que no teníamos ni el mínimo pensamiento”.

El triunfo, sin embargo, no solo estuvo dedicado al país, también a su papá, quien fue asesinado por grupos paramilitares en Urrao después de haber sido llevado al monte para que, obligado, junto con otros pobladores, robara el ganado de una finca. Ese día de agosto de 2001, don Rigoberto había salido como de costumbre a entrenar un su bicicleta.

“Luego de ganar la medalla de plata de Londres 2012 me fui al cementerio donde está mi papá, llegué y dije ‘mi viejo, lo logramos’”.

Retrato de Rigoberto Urán cuando era niño y su padre. Twitter / Rigoberto Urán
Retrato de Rigoberto Urán cuando era niño y su padre. Twitter / Rigoberto Urán

El viernes 23 de julio quizá sea la oportunidad para que Rigoberto Urán y los demás ‘escarabajos’ vuelvan a brillar en unos Juegos Olímpicos.

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