En Plena Semana Santa, profanaron la iglesia de la Medalla Milagrosa de Palmira

A pocas horas de iniciar la Semana Mayor, en la madrugada del domingo 28 de marzo, delincuentes irrumpieron en la parroquia de la Medalla Milagrosa, en el municipio de Palmira, ubicada en la Carrera 3 con Calle 35D, donde profanaron el templo y hurtaron algunos elementos.

Los religiosos notaron la ausencia de los elementos cuando el sacristán se disponía a organizar la eucaristía del día de ramos.

El padre Johan Alexis Gómez, director de comunicaciones de la Diócesis de Palmira, dijo que se llevaron el copón con las hostias y habían dejado tirados algunos elementos del templo.

“Cuando el sacristán fue a organizar la celebración del Domingo de Ramos encontró que había sido robado el copón con las ostias y tirados algunos elementos del templo. Nuestra voz de solidaridad con el padre Fabio Cortés, canciller de nuestra Diócesis y párroco de esta comunidad”, aseguró.

Añadió que “estamos unidos en la oración y pedimos a Dios por la conversión de las personas que han hecho esto, porque no conocen el valor, la grandeza de lo que contenían estos recipientes. El valor fundamental está en Cristo, lo físico, lo ornamental, los objetos litúrgicos se pueden recuperar pero es un atentado contra la Eucaristía. Pedimos al Señor que tenga misericordia de esta comunidad para que pueda celebrar su Semana Santa y lo pueda hacer desde la fe. Pedimos también al señor que le dé ese camino de conversión a aquellos que hicieron esto”.

El presbítero, Fabio Cortes, cura párroco del templo, aseguró que se cometió un sacrilegio contra la parroquia. Pues, además de los copos de ostias, se llevaron las alcancías, un micrófono y un bafle.

Al lugar de los hechos llegaron las Unidades de la Policía y la Sijín, para verificar lo sucedido e iniciar una investigación que permita establecer la identidad de los responsables.

No es el primer robo de una sede religiosa en el país en esta semana, pues el lunes atracaron la sede de la Conferencia Episcopal en la ciudad de Bogotá, ubicada en la carrera 58 con calle 80. De acuerdo con testigos, la banda que perpetró el atraco estaba integrada por diez hombres que llegaron armados y encapuchados al lugar. Los delincuentes se movilizaban en cuatro vehículos.

Monseñor Elkin Fernando Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal, dio a conocer detalles y señaló que los hechos tuvieron lugar el lunes entre las 6:00 p. m. y las 7:00 p. m.

“Según las versiones que he recibido de quienes estuvieron en los hechos, hacia las 7 p. m., quizá un poco antes, haciéndose pasar por policías y en un vehículo que parecía ser de la policía, o al menos adaptado como tal, ingresaron dos personas a la Conferencia y procedieron a amordazar a los vigilantes, a otras dos personas colaboradoras que estaban allí en el lugar. Y luego entraron seis personas más en vehículos, que empezaron por toda la sede a romper las oficinas, terminaron por saquear varias oficinas y llevarse algunas cajas fuertes de la institución, de las dependencias administrativas”, aseguró el secretario general de la Conferencia Episcopal.

En el lugar, de acuerdo con la Policía, apenas había dos celadores que fueron sometidos con armas de fuego. Los ladrones permanecieron en la sede de la Iglesia católica durante casi dos horas, registraron todo el lugar y finalmente se llevaron cinco cajas fuertes.

“No tenemos un monto exacto en estos momentos, valoramos los hechos. También estamos cuidando de no tocar las cosas hasta que los organismos oficiales puedan adelantar las investigaciones completas. Hasta ahora sacamos que se hurtaron una caja fuerte del área contable de la Conferencia Episcopal y del área de Pastoral Social. También de allí, de las oficinas”, agregó monseñor Elkin Fernando Álvarez en diálogo con Caracol Noticias.

Y aseguró que “Los destrozos son muchos. En esas cajas habría algunos documentos, no habría cantidades grandes de efectivo porque no las tenemos. Algunos títulos valores de todos los proyectos de la Conferencia que se manejan para la ayuda pastoral y humanitaria a las comunidades y para la misión misma de la Conferencia Episcopal”.

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