Una encuesta reveló que la amplia mayoría de los chilenos aprueba que los militares colaboren en la lucha contra la inseguridad

Las últimas cifras de Data Influye mostraron que un 68% de los chilenos está de acuerdo con que exista un despliegue militar para la vigilancia de calles y poblaciones, mientras que un 60% permitiría incluso que realicen allanamientos

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Un 58% de los chilenos estuvo de acuerdo incluso con que los militares realicen controles de identidad.
Un 58% de los chilenos estuvo de acuerdo incluso con que los militares realicen controles de identidad.

(Desde Santiago, Chile) Tras la llegada de bandas internacionales como el Tren de Aragua y sus distintos brazos, los constantes atentados incendiarios en La Araucanía y el aumento de delitos como portonazos, secuestros y sicariato, poco comunes antes en el país, no son pocos los chilenos que hablan de una crisis de seguridad y que piden que los militares salgan a la calle a apoyar la labor de Carabineros, una idea tradicionalmente ligada a la derecha.

Sin embargo, en las últimas semanas, varios alcaldes oficialistas han tomado la bandera de esa discusión, como el de Maipú, Tomás Vodanovic. Renuentes, desde el Gobierno del Presidente Gabriel Boric han dejado entrever que no se cierran a ninguna opción, pero que apuestan principalmente por el fortalecimiento de la policía uniformada.

En esa línea, los resultados de la última encuesta Data Influye, correspondientes a marzo del 2024, revelan que un 68% de los chilenos está de acuerdo con que los militares dejen sus cuarteles y salgan para apoyar la vigilancia de calles, poblaciones, supermercados, malls y otros espacios públicos.

Un 60%, en tanto, permitiría incluso que las Fuerzas Armadas realicen allanamientos en barrios y campamentos, y un 58% que realicen controles de identidad.

Además, según los resultados, un 74% afirma que las FF.AA. deben hacer resguardo de infraestructura crítica.

En conversación con El Mostrador, Axel Callís, sociólogo, analista político y director de Tú Influyes, afirmó que los resultados son sorprendentes, pero que apuntan a lo que se ha venido hablando recientemente: la sensación de inseguridad y de que la paciencia ya se agotó, por lo que no es raro que pidan presencia militar, como en un “estado de excepción”.

Lo que más le llamó la atención a Callís fue que la ciudadanía ya no sólo espera que las fuerzas armadas protejan infraestructura crítica, que es lo que se venía discutiendo, sino que ahora realice funciones que son propias “de un estado de excepción continuo”, como controles de identidad.

Desde el último gobierno de Sebastián Piñera, La Araucanía vive en un constante estado de excepción con la presencia de militares en sus calles.
Desde el último gobierno de Sebastián Piñera, La Araucanía vive en un constante estado de excepción con la presencia de militares en sus calles.

Efecto La Araucanía

Si bien Callís dice que en dichos números puede influir el respaldo que ha entregado el alcalde Vodanovic a la idea de sacar a los militares a las calles, y a las recientes polémicas que han protagonizado Carabineros y la Policía de Investigaciones - el director de la primera institución será formalizado en mayo por su responsabilidad en los excesos de la policía en el estallido social de 2109, mientras que el director de la segunda tuvo que renunciar tras filtrar información reservada -, para Callís es fundamental ver lo que ocurre en La Araucanía, región en donde se vive desde los últimos años del gobierno de Sebastián Piñera hasta el presente en un verdadero estado de excepción, con militares en las calles, debido al llamado “conflicto mapuche”.

Según el investigador, el resto de Chile ha visto que los resultados en dicha región son alentadores, pues con la presencia militar han disminuido notoriamente los atentados relacionados con artefactos explosivos y con el robo de madera. Además, los chilenos ya se acostumbraron a la presencia militar en las calles, pues “en los últimos 5 años”, las FF.AA. han estado presentes en el control del estallido social y la pandemia.

Es por eso que, para Callís, como la situación de seguridad que afecta a gran parte de los chilenos -algunos que viven en “un toque de queda de facto”- ya no da para más, los resultados en materia de seguridad en La Araucanía serían “alentadores”, por lo que la ciudadanía ve cada vez con mejores ojos extender esa medida al resto del país, a riesgo de vivir en un país militarizado.