Tres muertos en el cayuco que llegó a Brasil son mauritanos, según el alcalde de su pueblo

Compartir
Compartir articulo

Nuakchot, 29 abr (EFE).- Al menos tres de los fallecidos de una patera que llegó a Brasil tras haber cruzado el Atlántico en su intento de llegar a Canarias se corresponden con ciudadanos mauritanos del municipio de Tachott, según informó este lunes a EFE su alcalde, Bouyagui Camara.

En conversación telefónica, Camara afirmó que le ha sido comunicado que estas tres personas murieron en el cayuco encontrado hace dos semanas a la deriva en la costa del país sudamericano.

Añadió que el número de residentes en la zona que iban en esa embarcación serían en realidad ocho, pero se mostró cauto a la hora de confirmar este aspecto en espera de recibir información de las autoridades brasileñas.

El municipio de Tachott se ubica en la región mauritana de Guidimakha, en el este del país y fronteriza con Mali.

Según Camara, algunas de las personas que iban en la embarcación procedían de otro pueblo vecino llamado Aweicha Soninké.

Las autoridades brasileñas sepultaron el pasado jueves los cadáveres de los nueve migrantes africanos encontrados en la barca, pero no han revelado aún sus identidades.

Según documentos identificativos encontrados dentro, la embarcación habría salido desde Mauritania con destino al archipiélago español de Canarias antes de perder el rumbo y continuar a la deriva durante 4.800 kilómetros.

Hecha de fibra de vidrio y con cerca de 13 metros de eslora, fue avistada por primera vez hace dos semanas por unos pescadores en la costa del estado de Pará, al norte de Brasil.

En ella, además de los cadáveres en avanzado estado de descomposición, los agentes encontraron 25 chubasqueros, por lo que la Policía sospecha que la barcaza transportaba por lo menos el mismo número de pasajeros y que todos murieron por la falta de agua y comida.

Los migrantes desaparecidos al intentar alcanzar por mar las islas Canarias desde el continente africano han aumentado un 20 % en lo que va del año, según un reciente informe de la OIM. EFE

mo/mt/jgb