Qué significa la reclasificación de la marihuana y qué efectos tendrá

La marihuana dejaría de ser considerada una de las drogas más arriesgadas y estrictamente controladas, según una recomendación del Fiscal General Merrick Garland para relajar las restricciones sobre el cannabis.

Garland aboga por reclasificar la marihuana de su criticado estatus de sustancia de la Lista I. Esto no legalizaría ni despenalizaría el cannabis, pero reduciría los obstáculos a la investigación y mejoraría los resultados de las empresas legales.

La medida, de aprobarse, supondría un cambio histórico en la política federal hacia una droga que la mayoría de los estadounidenses ya pueden comprar legalmente en sus estados. Pero las implicaciones de la reclasificación siguen siendo oscuras, y los defensores del cannabis sostienen que no pondría fin a la guerra contra las drogas ni eliminaría los problemas de regulación.

La Ley de Sustancias Controladas regula las drogas y las clasifica en una de las cinco “listas”, en función de sus beneficios médicos y su potencial de abuso. Las listas no son una clasificación de lo perjudiciales que son las drogas para los consumidores o la sociedad, sino una guía para que médicos, farmacéuticos y pacientes tengan un acceso limitado a la sustancia.

La clasificación en la Lista I, que incluye la heroína y el LSD, significa que el gobierno federal considera que no existe un uso médico aceptado y que existe un alto potencial de abuso. La ley federal prohíbe el cultivo y la posesión de drogas de la Lista I, excepto para estudios de investigación aprobados.

Se considera que las sustancias de la Lista III, incluidos los medicamentos de venta con receta como los esteroides anabolizantes, la ketamina y la testosterona, tienen un uso médico y un potencial de dependencia física y psicológica de moderado abajo.

La agrupación de la marihuana con la heroína ha sido motivo de indignación durante mucho tiempo. Sin embargo, es importante señalar que esto no significa que el gobierno federal esté diciendo que las drogas sean igual de peligrosas, sino que ambas deberían estar estrictamente controladas.

Las drogas más mortíferas y adictivas, como los analgésicos opiáceos, están en categorías menos restrictivas, por ejemplo, porque tienen usos terapéuticos establecidos en la medicina convencional.

Los defensores del cannabis y algunos congresistas han saludado la reclasificación de la marihuana como un avance positivo. Pero también afirman que no es suficiente y que la droga debería eliminarse de la lista y dejar de considerarse una sustancia controlada. De este modo, se trataría la marihuana como el alcohol y el tabaco, y se daría formalmente a los estados la libertad de regular los mercados, como ya están haciendo.

El líder de la mayoría en el Senado, Charles E. Schumer (Nueva York), y otros demócratas abogan por una legislación que elimine la marihuana como sustancia controlada.

La Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca debe revisar la medida, según personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos administrativos internos. La propuesta, en caso de ser aceptada, se publicaría formalmente y no entraría en vigor hasta pasados unos meses, hasta que el público tuviera la oportunidad de hacer comentarios.

También podría haber desafíos legales que podrían retrasar aún más el cambio. Donald Trump, el probable candidato presidencial republicano, no se ha pronunciado sobre la reprogramación, lo que deja abierta la posibilidad de nuevas complicaciones si derrota al presidente Biden y vuelve a la Casa Blanca.

La marihuana es ilegal a nivel federal independientemente de cómo esté clasificada, y la reclasificación por sí sola no cambiaría las penas para los principales casos federales de marihuana.

La posesión de sustancias de la Lista I es un delito federal, pero pocas personas van a la cárcel sólo por tener marihuana, y la mayoría de los enjuiciamientos se producen a nivel estatal.

La reclasificación de la marihuana sería bueno para las empresas de cannabis, que se enfrentan a desafíos con la caída de los precios, la competencia con un mercado ilícito y los altos impuestos.

Bajo la Sección 280E del Código de Rentas Internas, las empresas que venden sustancias de la Lista I no pueden deducir gastos comerciales, lo que resulta en una tasa impositiva sustancialmente más alta para las empresas que cultivan y venden marihuana. Pero con la reclasificación de la marihuana, podrán acogerse a las exenciones fiscales.

Los grupos de la industria dicen que el cambio podría impulsar a algunas empresas a la rentabilidad cuando ya no tienen que pagar una tasa impositiva efectiva de aproximadamente el 70% o más.

Algunas organizaciones marihuaneras temen que la Administración de Alimentos y Medicamentos prohíba la marihuana recreativa y exija a los productos terapéuticos el alto nivel necesario para vender medicamentos si se reclasifica la droga, requisitos que solo las grandes empresas farmacéuticas podrían superar de forma realista.

Pero otros expertos descartan esa preocupación por infundada, argumentando que es poco probable que la FDA de repente tome medidas enérgicas contra la marihuana después de tomar un enfoque en gran medida de manos libres durante años.

La eliminación de la marihuana de la Lista I aliviaría algunas restricciones al estudio de la droga, pero los investigadores advierten que seguirían existiendo barreras.

Para tener acceso a la marihuana, los investigadores deben registrarse en la Administración para el Control de Drogas (DEA) con arreglo a normas que no se aplicarían si estudiaran sustancias de la Lista II, como la cocaína y el fentanilo. Deben presentar protocolos de investigación a la DEA que deben ser revisados por la FDA.

Y deben cumplir estrictos requisitos de almacenamiento de fármacos en cajas fuertes, electrónicas o cámaras acorazadas que, según algunos investigadores, son demasiado caros y onerosos de cumplir.

A pesar de estas restricciones, se sigue investigando mucho sobre la marihuana sin manipular nunca la droga física, como los estudios observacionales que comparan los efectos del consumo de marihuana en los que la consumen y los que no.

Los investigadores dicen que es crucial estudiar directamente la marihuana tal y como se vende y comercializa a los consumidores, en particular los comestibles, los cartuchos para vapear y las formas altamente concentradas como las ceras. Esto seguiría siendo difícil en la Lista III porque la droga seguiría siendo tratada como un producto terapéutico y no como un producto recreativo cada vez más popular.

(*) The Washington Post

(*) Fenit Nirapil es reportera del equipo de Salud y Ciencia que cubre salud pública, enfermedades infecciosas y cuestiones LGBTQ. Anteriormente, cubrió la política local.