Cien científicos tardaron dos años en cambiar el nombre de los virus aéreos por errores durante la pandemia

En un esfuerzo por mejorar las directrices de salud pública, la Organización Mundial de la Salud ajusta su lenguaje científico para combatir con más eficacia las infecciones respiratorias y proteger a las poblaciones

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La OMS actualiza guías sobre enfermedades aerotransportadas, influenciando políticas de salud pública mundial (Aula de la Farmacia)
La OMS actualiza guías sobre enfermedades aerotransportadas, influenciando políticas de salud pública mundial (Aula de la Farmacia)

Los virus aerotransportados pasarán a denominarse “patógenos que se transmiten por el aire”, según una nueva terminología que la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que ponga fin a una desavenencia científica que obstaculizó la pronta respuesta al Covid-19.

Tras dos años de consultas en las que participaron más de 100 científicos, un grupo de trabajo dirigido por la OMS acordó el término para describir las enfermedades causadas por partículas infecciosas que suelen multiplicarse en las vías respiratorias y propagarse desde la nariz y la garganta de una persona infectada mientras respira, habla, canta, tose o estornuda.

Aunque el debate pueda parecer trivial, conlleva importantes consecuencias económicas y de salud pública. La forma en que se transmiten los patógenos determina qué medidas de control son más eficaces para evitar su propagación. Cuando Covid entró en erupción a principios de 2020, la OMS mantuvo durante meses que el virus, de rápida propagación, no se transmitía por el aire, lo que retrasó las recomendaciones sobre el uso de mascarillas y la ventilación en interiores, y frustró a los científicos especializados en aerosoles, que creen que los consejos erróneos costaron vidas.

“La ciencia cambia”, declaró en una entrevista Jeremy Farrar, que asumió el cargo de científico jefe de la agencia con sede en Ginebra hace aproximadamente un año. “Todo lo que puedes hacer honorablemente es compartir lo que crees que son las mejores pruebas disponibles en ese momento”.

Las pruebas reunidas en los cuatro años siguientes han impulsado la actuación de los gobiernos de todo el mundo para mitigar las enfermedades transmitidas por el aire. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos detallaron el mes pasado las medidas que pueden adoptar los ciudadanos para reducir el número de partículas respiratorias que circulan en el interior de los edificios, un año después de que la Casa Blanca estableciera el reto del “aire limpio en los edificios”. La propia OMS publicó en marzo un manual de 83 páginas que puede utilizarse para evaluar el riesgo de propagación de Covid en el aire.

Algunos investigadores también han propuesto imponer normas de calidad del aire interior en los edificios públicos. Sin embargo, la lucha contra las infecciones transmitidas por el aire sigue siendo controvertida. El largo proceso de consulta en torno a la nueva terminología de la OMS fue “extremadamente complejo y delicado”, según el informe del grupo de trabajo, publicado el jueves.

Implicaciones mundiales

Más de 100 científicos colaboran durante dos años para actualizar la terminología de virus aerotransportados. (Imagen ilustrativa Infobae)
Más de 100 científicos colaboran durante dos años para actualizar la terminología de virus aerotransportados. (Imagen ilustrativa Infobae)

El informe llega a un consenso sobre el término “partículas respiratorias infecciosas”, se aleja de una dicotomía estricta de tamaños de partículas y acepta que las partículas respiratorias infecciosas más pequeñas pueden transmitirse tanto a corta como a larga distancia.

Sus posibles consecuencias, sin embargo, fueron un punto de fricción para algunos de los autores del informe. Las infecciones capaces de propagarse a grandes distancias por el aire a través de partículas respiratorias diminutas podrían exigir medidas de control de infecciones rigurosas y costosas, como el uso de mascarillas respiratorias con filtro de partículas y salas de hospital especializadas en los centros sanitarios.

“Esto tendría consecuencias jurídicas, logísticas, operativas y financieras que repercuten a escala mundial en la equidad y el acceso”, añade el informe.

La terminología establece un lenguaje común que ingenieros, físicos, clínicos y epidemiólogos podrán aplicar para determinar las amplias implicaciones de las partículas suspendidas en el aire, junto con la eficacia de contramedidas como mascarillas y respiradores, explicó Farrar.

“En las primeras horas, días y semanas de una nueva pandemia respiratoria, se plantean cuestiones como ‘¿funcionan las mascarillas? Y, si funcionan, ¿qué tipo de mascarilla?’, lo que tendrá una enorme repercusión en la capacidad de proteger a las comunidades y a los trabajadores sanitarios”, afirmó.

Viejas enseñanzas

Nuevas directrices de la OMS buscan resolver desavenencias científicas surgidas durante el Covid-19. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Nuevas directrices de la OMS buscan resolver desavenencias científicas surgidas durante el Covid-19. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En marzo de 2020, la OMS publicó unas directrices para el personal sanitario que atiende a pacientes de Covid en las que se afirmaba que el virus se propaga principalmente a través del contacto directo y de “gotitas” respiratorias de entre 5 y 10 micrómetros de diámetro. La determinación -basada en enseñanzas de control de infecciones de hace décadas- significaba que las mascarillas faciales se consideraban una opción aceptable durante la escasez de respiradores, a menos que el paciente se sometiera a un procedimiento médico susceptible de generar aerosoles.

La OMS también recomendó distanciarse más de 1 metro -dentro del cual se pensaba que estas gotitas caían al suelo- junto con lavarse las manos, limpiar las superficies y estornudar por los codos. Ante la escasez de equipos de protección personal, se aconsejó a la población no usar mascarillas a menos que estuvieran enfermos o cuidando a alguien que lo estuviera.

La nueva terminología reconoce que las partículas respiratorias infecciosas existen en un espectro continuo de tamaños, y recomienda no aplicar puntos de corte definitivos para distinguir las partículas más pequeñas de las más grandes.

“Es un paso positivo”, afirma la física Lidia Morawska, catedrática de la Facultad de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia), que trabajó en el informe de la OMS. A principios de 2020, Morawska encabezó un grupo internacional de 36 científicos que advirtió sobre la propagación por el aire y pidió a la agencia de las Naciones Unidas que cambiara sus orientaciones sobre la transmisión de Covid.

La OMS debería haber reconocido la propagación por el aire “mucho antes, basándose en las pruebas disponibles”, declaró a Science Soumya Swaminathan, antiguo científico jefe del organismo, antes de dejar el cargo a finales de 2022.