Boric está dispuesto a hablar con Maduro sobre el Tren de Aragua, tras la polémica con la dictadura que negó la existencia de la banda criminal

Chile, que vive un incremento de la criminalidad y que ha detectado la presencia de bandas internacionales como la venezolana, llamó a consultas a su embajador en Caracas la semana pasada, en señal de protesta

Compartir
Compartir articulo
El presidente de Chile, Gabriel Boric, en una fotografía de archivo. EFE/ Ailen Díaz
El presidente de Chile, Gabriel Boric, en una fotografía de archivo. EFE/ Ailen Díaz

El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este martes estar “disponible” para dialogar con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, después de que éste lo emplazara a “conversar personalmente” sobre el crimen organizado que afecta a ambos países, en especial la banda internacional Tren de Aragua.

“Nosotros estamos disponibles para tener todas las instancias de diálogo que sean necesarios para combatir el crimen internacional y el crimen trasnacional, porque es un problema que tenemos en toda la región, en toda América Latina y que no se puede enfrentar solamente encerrado en las fronteras nacionales”, señaló el mandatario en un punto de prensa desde el aeropuerto de Calama, al norte del país.

Maduro invitó el lunes a Boric a dialogar durante una intervención en su programa semanal de televisión, en el que denunció que desde Chile “lanzan acusaciones al aire, que después los medios de comunicación y las redes sociales convierten en campañas contra Venezuela”.

“Más allá de la retórica y de las palabras, lo importante es que haya colaboración concreta y lo que le corresponde a Venezuela es colaborar”, añadió Boric.

Las relaciones entre Venezuela y Chile atraviesan un momento complejo después de que la semana pasada Boric llamó a consultas a su embajador en Caracas, Jaime Gazmuri.

El impasse diplomático tuvo lugar días después de que el régimen venezolano y, en especial el canciller Yván Gil, negara la existencia de la banda criminal Tren de Aragua y asegurara que es una invención de los medios internacionales.

El mismo Boric dijo que las declaraciones de Gil eran un “insulto” para los países de la región que están sufriendo el impacto de esta banda, nacida en una cárcel venezolana y con tentáculos por toda la región, y acusó al régimen de Maduro de no cooperar en la lucha contra la migración irregular y el crimen organizado.

Integrantes del Tren de Aragua (Composición: Infobae Perú)
Integrantes del Tren de Aragua (Composición: Infobae Perú)

Días después, en su cuenta de X, Gil rectificó, reconoció la existencia de la organización criminal y aseguró que el régimen de Maduro “ha acabado con la banda criminal Tren de Aragua en Venezuela”.

Sobre eso, Maduro apuntó el lunes en su programa de televisión que detrás “del relato del Tren de Aragua hay gente como (el senador republicano) Marco Rubio en Estados Unidos”, que tratan de trasladar una imagen de que “es una especie de ISIS, de nuevos talibanes o un nuevo Cartel de Medellín”.

El Gobierno chileno también le ha pedido información a Venezuela sobre el homicidio del ex militar venezolano Ronald Ojeda, ocurrido en febrero pasado en Santiago y cuya autoría y circunstancias aún no se han esclarecido, pero que según el fiscal chileno “se organizó desde Venezuela”.

“Lo que le corresponde a Venezuela es colaborar y ojalá cumplir y entregar a los delincuentes que cometieron un crimen gravísimo como es el asesinato del exteniente Ojeda. Vamos a trabajar en esa línea, si para eso es necesario hablar con Maduro, no tengo ningún problema”, agregó Boric.}

Tren de Aragua

El Tren de Aragua se ha extendido por varios países latinoamericanos, como Colombia, Perú, Bolivia y Chile, donde las autoridades la acusan de cometer numerosos delitos, como narcotráfico, extorsión, secuestros y homicidios.

Según InsightCrime, que investiga amenazas a la seguridad nacional en América Latina, el Tren de Aragua es la estructura criminal más poderosa de Venezuela y el único grupo local que ha logrado afianzarse fuera de sus fronteras.

El origen de esta banda, con base en la cárcel venezolana de Tocorón, se remonta al año 2005, cuando un sindicato de obreros que trabajaban en la construcción de una línea ferroviaria entre los estados Aragua y Carabobo empezó a extorsionar a las empresas contratistas a cambio de seguridad.

La existencia y operación de esta organización delictiva ha generado preocupación en varios países. Sin ir más lejos Perú la ha catalogado como el “enemigo número uno”.

Con el fin de combatirlo, Perú ha creado el Grupo Especial contra el Crimen Organizado, que “llevará a cabo en contra de esta organización operaciones especiales a nivel nacional para desarticular sus redes periféricas”, anunció en marzo ante el Congreso el primer ministro, Gustavo Adrianzén.

(Con información de EFE)