El lado menos conocido de Elon Musk: por qué es un padre fuera de lo común

El universo de Elon Musk, el creador de Tesla, Neuralink y SpaceX, es vertiginoso, vasto y complejo. Pero, entre los coches eléctricos y los cohetes, hay un aspecto poco conocido del magnate: su faceta como padre. Detrás del visionario tecnológico se encuentra un hombre que se enfrenta a los desafíos de la paternidad con numerosas peculiaridades.

Con un enfoque que dista de lo convencional, Musk enfrentó desafíos y contradicciones que moldearon la relación con sus hijos de manera inesperada. Desde la turbulenta y violenta relación con su padre, Errol, hasta la muerte de su primogénito Nevada Alexander, que falleció de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) a las 10 semanas de edad en 2002, y la crianza de numerosos hijos, la paternidad es un asunto que le interesa al magnate.

La relación con sus once herederos es compleja y supo mantener los detalles de sus vínculos en el ámbito privado. Sin embargo, en algunas entrevistas y en sus redes sociales compartió algunos momentos y experiencias, desde llevarlos a la fábrica de Tesla hasta hablar sobre su visión del mundo y el futuro que les espera.

Elon es afectuoso con sus hijos, presente y participativo, pero de una manera distinta a la que se consideraría habitual, siempre con un mensaje grabado a fuego: la amenaza de que, como decía su madre, “pudiera convertirse en su padre”.

Según la biografía Elon Musk, de Walter Isaacson, “Musk puede tener sentimientos intensos y ser muy demandante emocionalmente” y cuenta que “echa de menos tener a alguien a su lado (...) Pero es cierto que lo que le falta de intimidad lo compensa con intensidad”.

El libro da detalles íntimos sobre la relación con sus hijos, frutos de distintas relaciones, que fueron testigos de la complejidad de su padre. “Hay algunas cosas que directamente no puede hacer, porque su programación emocional es un poco diferente”, dice Zilis, su actual pareja sobre su paternidad.

“Feliz día del Padre. Adoro a todos mis hijos”, escribió a las dos de la madrugada el 19 de junio de 2022 en una de sus redes sociales. Entre lo dulce y lo tierno, se encondían huracanes.

Los primeros seis hijos del multimillonario los tuvo con Justine Wilson, a quien conoció en la Universidad de Queen, en Canadá. En un ensayo de Marie Claire que Justine escribió después de que ella y Elon se separaran, relató sobre la muerte de Nevada, su primer hijo, con 10 semanas de vida: “Nevada se fue a dormir una siesta, se colocó boca arriba como siempre y dejó de respirar. Cuando los paramédicos lo reanimaron, había estado privado de oxígeno durante tanto tiempo que tenía muerte cerebral”.

Elon dio otra versión ante el dolor y dijo que su primogénito había muerto en sus brazos y pudo escuchar el último latido de su corazón. La pérdida de su primer hijo fue una de las situaciones más dolorosas y angustiantes de su vida.

Tras la muerte de Nevada, Justine y Elon decidieron enseguida volver a tener otro hijo. Fueron a una clínica de fertilidad para hacer un tratamiento in vitro y en 2004 Justine dio a luz a gemelos, Griffin y Xavier.

Griffin, hoy adolescente, se destaca por su empatía y dulzura. Es brillante en ciencias y matemáticas, y tiene una personalidad sociable. Tiene una relación cercana con su padre y ha demostrado comprenderlo bien, acompañándolo en eventos importantes a pesar de sus propios deseos.

En cuanto al gemelo no idéntico de Griffin, cuyo nombre venía, en parte, del personaje favorito de Musk de los X-Men de Marvel, Xavier, hoy decidió llamarse Jenna y la relación con su padre es distante tras cambiar su nombre y afirmarse públicamente como transgénero.

El distanciamiento con Jenna generó controversia y, según se lee en el libro, le produjo a Musk más dolor que ninguna otra cosa en su vida desde que muriera su primer hijo, Nevada. “He hecho muchos acercamientos, pero ella no quiere pasar nada de tiempo conmigo”, supo decir.

Dos años después, de nuevo por este método, tuvieron trillizos: Kai, Saxon y Damian.

Damian es descrito como introvertido y talentoso en música clásica, siendo un prodigio en el piano y en matemáticas. Su decisión de volverse vegetariano a una edad temprana muestra la conciencia ambiental que Musk supo inculcarle. El genio tecnológico también compartió orgullosamente los logros musicales y académicos de Damian, demostrando su apoyo y admiración por su hijo.

Por su parte, Kai es más extrovertido y práctico. Mostrando interés en los aspectos técnicos del trabajo de su padre, Kai ha acompañado a Musk a eventos importantes, como los lanzamientos de cohetes en Cabo Cañaveral. A pesar de su interés en la tecnología, también ha expresado momentos de tristeza al rechazar pasar tiempo con su padre.

Según Musk, sus momentos de mayor tristeza son cuando sus hijos le dicen que no quieren pasar el rato con él.

En 2020, Musk tuvo otro hijo, X Æ A-12 (posteriormente cambiado a X AE A-Xii por cuestiones legales de nomenclatura), con la cantante Grimes porque sentía “el gusanillo de la maternidad muy intensamente”, dijo. Según contaron, X le “transmitía una dulzura etérea que a Musk lo calmaba y le encantaba. Anhelaba su presencia y lo llevaba con él a todas partes”.

Incluso hay escenas entrañables sobre cómo le cambió X la vida a Musk: “X permanecía sentado en el regazo de su padre durante largas reuniones, quien lo llevaba a caballito por las fábricas de Tesla y de SpaceX; gateaba por los lugares donde instalaban los techos solares, usaba los espacios de descanso de Twitter como patio de recreo y se lo oía parlotear de fondo durante las reuniones telefónicas nocturnas. Su padre y él veían juntos vídeos de lanzamientos de cohetes repetidamente, y X aprendió a contar hacia atrás desde diez antes que a contar de uno en adelante”.

También dijeron que Musk nunca fue sobreprotector y que “X nunca fue pegajoso ni dependiente. Había mucha interacción, pero no demasiados abrazos”.

El impulso maternal de Grimes se vio avivado aún más por la evangelización de Musk sobre lo importante que era que la gente tuviera muchos hijos. En diciembre de 2021, la pareja dio la bienvenida a su segunda hija, Exa Dark Sideræl Musk, mediante subrogación y a Tau Techno Mechanicus, de quien se desconoce la edad.

Los mellizos con una de sus empleadas de Neuralink, Zilis, nacieron siete semanas antes de tiempo, pero sanos: un niño llamado Strider Sekhar Sirius y una niña llamada Azure Astra Alice. “Musk terminó pasando mucho tiempo con los gemelos y generando una relación estrecha con ellos, aunque a su estilo emocionalmente distraído”, apuntaron y señalaron que no hace tantos mimos como un padre tradicional, aunque los ojos de los mellizos se iluminan cuando lo ven.

“Los mellizos solo tienen ojos para Elon, y eso también lo ilumina a él”, dijo Zilis.

Uno de los aspectos más destacados sobre la vida familiar de Musk es su involucramiento en la educación de sus hijos. Su iniciativa de fundar Ad Astra, una escuela privada ahora conocida como Astra Nova, para sus hijos y los de algunos empleados de SpaceX, señala un claro interés en ofrecer una educación innovadora que rompa con los modelos tradicionales, enfocándose en la resolución de problemas, la ética y la ciencia.