Los servicios de urgencias no suelen detectar epilepsia en niños con convulsiones “no motoras”

Una investigación reveló que dos tercios de los niños en EE.UU. con un tipo sutil de ataques epilépticos no son percibidos lo que lleva a diagnósticos erróneos o falta de diagnóstico

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Si las convulsiones no se tratan, puede producirse daño cerebral permanente
Si las convulsiones no se tratan, puede producirse daño cerebral permanente

LUNES, 6 de mayo de 2024 (HealthDay News) -- Dos tercios de los niños que sufren un tipo sutil de ataque epiléptico no son diagnosticados cuando buscan tratamiento en la sala de emergencias, muestra una investigación reciente. “No sabemos cuántas personas andan por ahí con convulsiones de las que no son conscientes, y de las que nosotros no somos conscientes”, señaló la investigadora Jacqueline French, profesora de neurología de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU.

Ese número es absolutamente desconocido, pero sospecho que es mayor de lo que nos gustaría pensar”. Ella y su equipo analizaron datos de 83 preadolescentes y adolescentes que recibían tratamiento para la epilepsia en 34 hospitales de EE. UU., Europa y Australia. El setenta por ciento buscó atención de emergencia antes de ser diagnosticado con el trastorno neurológico.

La epilepsia es un trastorno crónico en el que grupos de células cerebrales envían ráfagas excesivas de señales eléctricas, lo que desencadena convulsiones. Un paciente es diagnosticado con la afección si experimenta dos o más convulsiones sin causa aparente. El equipo de French se enfocó en las convulsiones no motoras, una forma más sutil de la enfermedad en la que los niños “se desconectan” y miran fijamente al espacio o se mueven inquietos.

Durante estas convulsiones, también pueden experimentar cambios repentinos en las emociones, pensamientos o sensaciones. Por el contrario, las convulsiones motoras hacen que los músculos se muevan con movimientos bruscos y espasmódicos. Estas convulsiones no motoras pueden ocurrir repetidamente antes de que se desarrollen convulsiones motoras u otros signos obvios de epilepsia.

Los investigadores querían entender si los médicos y los pacientes reconocen estos episodios no convulsivos por lo que son. Publicaron sus hallazgos en la edición del 1 de mayo de la revista Neurology. Mientras que cuatro niños acudieron a urgencias por síntomas de una convulsión no motora, el estudio mostró que 44 tenían antecedentes de ellas.

En comparación, 21 niños buscaron atención para su primera convulsión motora, de un total de 39. Stephanie Tischler, pediatra de Stony Brook, Nueva York, que está afiliada al Centro Médico Regional del Buen Samaritano-Suffern, no se sorprendió de que las convulsiones sutiles no se reconocieran.

“La gente corre a la sala de emergencias o llama al 911 por una convulsión motora porque es muy obvia, pero los padres a menudo pueden inventar una razón para una convulsión no motora”, dijo. “Por ejemplo, si tienes una alucinación visual o auditiva, pueden llamarla de cualquier manera, desde esquizofrenia hasta migraña”.

El estudio encontró que incluso cuando se buscaba tratamiento, era poco probable que los síntomas por primera vez se diagnosticaran correctamente. Los médicos de urgencias identificaron correctamente un 33 por ciento de las convulsiones no motoras, en comparación con un 81 por ciento de las convulsiones motoras, encontraron los investigadores.

“El hecho de que los proveedores del departamento de emergencias no reconocieran que esos niños tenían una convulsión no motora antes de que llegaran significaba que no se les diagnosticaba correctamente la epilepsia”, señaló la autora principal, Nora Jandhyala, estudiante de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en la ciudad de Nueva York. La epilepsia es uno de los trastornos cerebrales más comunes en los niños, y afecta a 470,000 menores de 17 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Si las convulsiones no se tratan, puede producirse daño cerebral permanente, así como pérdida de memoria y, en algunas circunstancias, la muerte. Los investigadores apuntaron que los niños con convulsiones no motoras no diagnosticadas podrían experimentar una interrupción significativa en la vida cotidiana, incluidas las actividades escolares y extracurriculares. Los retrasos en el diagnóstico también se han relacionado con lesiones prevenibles y accidentes automovilísticos.

También hay un costo emocional, ya que muchos padres atribuyen erróneamente los síntomas de una convulsión no motora a problemas de comportamiento. Esto puede conducir a períodos de terapia y un impacto perjudicial en la salud mental. Los investigadores anotaron que, con frecuencia, el personal de la sala de emergencias no hacía las preguntas correctas. Aunque casi el 40 por ciento de los adolescentes tenían antecedentes de convulsiones no motoras, a ninguno se le preguntó al respecto. “Cuando un niño llega con convulsiones, parte de la revisión de los sistemas no incluye hacer preguntas exhaustivas sobre un historial de convulsiones no motoras”, dijo Jandhyala. Los investigadores propusieron algunas preguntas que podrían hacerse en una sala de emergencias. Se centran en cinco características sugestivas de convulsiones: de inicio repentino, de corta duración, extrañas o difíciles de describir, estereotipadas y síntomas inmediatamente después de una convulsión. Tischler enfatizó que estos hallazgos alterarán su práctica diaria.

“Cada formulario escolar ya indica cualquier historial de convulsiones, pero a partir de ahora, me aseguraré de preguntar explícitamente sobre cualquier sensación de déjà vu, episodios de miradas fijas, etc.”, dijo. “Si es así, seré más consciente de derivarlos a neurología para que se hagan más pruebas”. Jandhaylas anotó que este estudio podría subestimar cuán extendido está el problema, porque no incluyó a pequeños departamentos de emergencias con pocos especialistas, y solo incluyó a niños de entre 12 y 18 años de edad.

A muchos niños pequeños también se les diagnostica epilepsia. Se espera que futuras investigaciones aborden estas limitaciones. Por su parte, French anotó que la concienciación pública también es clave para mejorar el diagnóstico de las convulsiones no motoras. Su equipo está explorando formas de concienciar al público sobre los síntomas de la epilepsia. “Al igual que hubo una campaña de concientización pública para las personas que están sufriendo ACV, debería haber una campaña de concientización pública que sugiera que no hay que temblar para tener una convulsión”, planteó

Más información: Obtén más información sobre los síntomas y las causas de la epilepsia en Mayo Clinic.

FUENTES: Stephanie Tischler, MD, pediatra, Centro Médico Regional del Buen Samaritano-Suffern, N.Y.; Nora Jandhyala, estudiante de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, en la ciudad de Nueva York; Dra. Jacqueline French, profesora de neurología de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York; Langone Health de la Universidad de Nueva York, comunicado de prensa, 1 de mayo de 2024; Neurología, 1 de mayo de 2024

*Lori Saxena HealthDay Reporter ©The New York Times