Video generativo: fusil de la revolución audiovisual

El comunicador y maestro en Gestión Empresarial opinó sobre las oportunidades, limitaciones, desafíos y tendencias que hay a la hora de emplear inteligencia artificial para crear contenido en redes sociales u otros canales de difusión

Compartir
Compartir articulo
Ahora los videos con inteligencia artificial deben ser etiquetados para aclarar la información a los usuarios. (Freepik)
Ahora los videos con inteligencia artificial deben ser etiquetados para aclarar la información a los usuarios. (Freepik)

Veinte años atrás, concebir un video sin un elenco, maquillaje, vestuario, locaciones, iluminación, presupuesto considerable y obtener el material audiovisual a la velocidad del “luces, cámara, acción” rozaba con lo inimaginable. Hoy, el surgimiento del video generativo revoluciona la concepción de la comunicación en su expresión audiovisual, transformando la manera en la que producimos y consumimos las historias del formato más emblemático de la web.

A continuación, las siguientes líneas buscan hacer zoom a las oportunidades, limitaciones, desafíos y tendencias que presenta el video generativo, herramienta de creación de contenido aplicable a diversas industrias.

Para alcanzar el mencionado propósito, entendamos primero qué es un video y el porqué de su relevancia. Un video es una serie de fotogramas (imágenes fijas) reproducidas a gran velocidad, de tal manera que dan la sensación de movimiento. Omnipresente en redes sociales como TikTok, YouTube, Instagram o Facebook, y camaleónico en sus fines (informativos, publicitarios, comerciales, etc.), se consolida como el medio por excelencia de la comunicación en Internet.

Al respecto, el estudio de Adobe (2024) “Tendencias y preferencias de contenido de marketing global” señala que la Generación Z (aquellos nacidos entre 1995 y 2010) y los millennials (aquellos nacidos entre 1981 y 1994) prefieren el video sobre otros formatos digitales, con un 98% y 91%, respectivamente.

A nivel mundial, el citado estudio muestra que los encuestados tienen un 24% más de probabilidades de comprar contenido corto que largo. En ese sentido, dicha preferencia por el contenido breve y conciso se extiende a las redes sociales. Así, un 84% de los usuarios se inclina por los subtítulos cortos, lo cual marca una tendencia hacia la economía de lenguaje y la captura de atención inmediata.

Ahora bien, exploremos la esencia del video generativo ¿Por qué trascendería en la industria de la comunicación audiovisual y cómo va su evolución en la actualidad? El video generativo, es decir, aquel creado por inteligencia artificial (IA) surge a partir de descripciones textuales o simples instrucciones de texto. Su relevancia radica en la democratización en la producción de video.

A finales de 2022, gracias a iniciativas de gigantes tecnológicos como Meta, Google y la startup Runway, surgieron modelos pioneros capaces de transformar texto en video. No obstante, durante los primeros meses del presente año, OpenAI lanzó “Sora”, modelo capaz de generar videos realistas, presentándose como la más avanzada del mercado.

Gracias a un vasto banco de videos a los que tiene acceso, Sora puede generar material audiovisual innovador, útil en la producción cinematográfica y/o manejo de redes sociales. A pesar de que aún presenta fallas, logra escenas con un realismo muy superior al de sus antecesores, una aceptable resolución y, además, una mayor duración (hasta de un minuto en su versión inicial).

Actualmente, OpenAI ha limitado la herramienta a un grupo selecto (académicos, profesionales y un equipo de seguridad), responsable de buscar posibles errores en la plataforma.

Si bien es cierto, la empresa creadora de ChatGPT preside también la carrera tecnológica audiovisual, a partir de estos avances, muchas compañías apuntan a este nuevo mercado. Dos de las empresas más famosas de transformación de texto a imagen, como Midjourney y Stability AI, empiezan a incursionar en el formato video.

Cabe señalar que el potencial de esta tecnología ya se observa en la realización de ciertos cortometrajes. Un ejemplo reciente es “Somme Requiem” (2024). En esta producción, de 2,5 minutos de duración, realizada por la productora Myles de Los Ángeles, se muestra a soldados atrapados por la nieve durante la tregua navideña en la Primera Guerra Mundial. Las tomas se generaron utilizando la herramienta de inteligencia artificial Runway.

Oportunidades y limitaciones

Como señalamos inicialmente, el video impulsado por la IA marca un hito en la creación de contenido audiovisual, proporcionando múltiples posibilidades. Su contribución se expresa en términos de eficiencia en costos. Así, se simplifican procesos complejos y propios de la industria como la redacción de guiones o la edición de video. El uso de algoritmos avanzados y técnicas de aprendizaje automático reducen los tiempos de preproducción, producción y posproducción.

Para dichos fines, según IE Business School (2024), cabe destacar también herramientas de creación de video como Pictory (simplifica la creación, edición y resumen de videos), Synthesia (genera videos con avatares digitales), Raw Shorts (facilita la creación de videos explicativos y promocionales), Quickvid.ai (especializada en videos cortos para YouTube), FlexClip (crea videos animados) y Deepbrain AI (genera videos a partir de texto).

Asimismo, Fliki (crea videos sociales con integración de texto a voz), Lumen 5 (produce video para redes sociales), Rephrase.ai (crea videos con personas hablando a partir de textos) y Designs.ai (crea videos, logotipos, pancartas y maquetas) son otras plataformas a tomar en cuenta.

Como consecuencia, los productores de contenido ahora tienen mayores posibilidades para potenciar el proceso creativo. Así, la producción de video de calidad se vuelve más accesible para empresas de cualquier tamaño.

Sin embargo, pese a que el video generativo avanza a pasos agigantados, presenta distintas limitaciones técnicas. No resulta extraño encontrar errores como, por ejemplo, personajes con muchos dedos o dedos muy grandes. De esta manera, mantener diversos elementos en una secuencia de video es un gran reto. Por lo tanto, la coherencia es un factor crítico por la que las herramientas actuales solo producen segundos en este formato.

Además, los algoritmos todavía no pueden transmitir las emociones humanas propias de las narrativas audiovisuales, lo que genera problemas en la autenticidad del contenido. Sin embargo, los expertos creen que pueden ir solucionando los defectos a medida que capaciten sus sistemas con más y más datos.

Desafíos y tendencias

Recientemente, YouTube eliminó más de 100 videos luego de que Forbes US descubriera que la plataforma mostraba dónde descargar aplicaciones de pornografía y cómo emplear la inteligencia artificial para quitar la ropa a personas en cualquier imagen.

Por lo expuesto, se suscitan profundas preocupaciones sobre el uso malintencionado de estas herramientas y las posibles consecuencias de su masificación.

Según MIT Tecnology Review (2024) existen cuatro consideraciones clave en el avance del video generativo. En primer lugar, la innovación constante. Con “Sora” a la cabeza, esta tecnología enfrenta retos en coherencia y realismo para vídeos largos. La segunda consideración son las aplicaciones amplias. A pesar de su extraordinario potencial, aún hay límites en el control y precisión del video generativo.

Respecto a la tercera, la preparación para una nueva realidad. Adoptar esta tecnología exige una sinergia responsable tanto de los desarrolladores como del público. Por último, no podemos dejar de mencionar a la desinformación y deepfakes (archivos de video, imagen o audio manipulados con IA haciéndolos pasar por contenido auténtico a fin de engañar).

Finalmente, la edición de video en tiempo real, la comprensión de las emociones por parte de los algoritmos y la hiperpersonalización del contenido, son algunas de las principales tendencias en materia de video generativo, según sostiene la incubadora online Faster Capital (2024).

En conclusión, a medida que avanza la tecnología, el video generado por IA conectará con los espectadores en un nivel más profundo. Los algoritmos adaptarán a cada usuario video con mayor precisión en función a sus intereses. Ello abrirá nuevas oportunidades y cambiará las funciones de los creadores de contenido.

No obstante, a la misma velocidad con la que crea contenido, la IA también genera dicotomías y dilemas éticos. La preferencia entre una tecnología más potente o más segura. Entre la eficiencia y la creatividad. Entre el inexorable mar de banalidades y el desierto de contenidos reflexivos. Entre lo viral y lo moral.

Para muestra una serie de Netflix. El episodio “Joan es horrible” de la serie británica de ciencia ficción “Black Mirror, refleja algunas de las mencionadas controversias. La protagonista se enfrenta al hecho que toda su vida cotidiana se reproduce en la pantalla, prácticamente en tiempo real, siendo una serie muy sintonizada en una plataforma de streaming, disponible no solo para ella, sino también para cualquier suscriptor de dicho servicio. El éxito de la serie radica en el morbo de los usuarios por ver los antivalores de la protagonista. El capítulo plantea el debate sobre la ética de la inteligencia artificial y la privacidad ante la generación de contenidos a gran velocidad.

Así pues, nos encontramos en una revolución tecnológica sin precedentes. Sobre la base de principios éticos, construyamos espacios audiovisuales que fomenten la creatividad sin límites, la calidad de la información y, por qué no, el pensamiento crítico. El futuro de la sociedad dependerá de nuestro compromiso para abrazar estos cambios con responsabilidad, evitando caer en la tentación del éxito comercial a cualquier costo, preservando así aquellos valores que nos hacen humanos. Es justo y necesario.

Walter Vasquez Lamadrid.
Walter Vasquez Lamadrid.