Tres compositores vanguardistas se lucieron en la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

Estuvieron junto al pianista Juan Pérez Floristán, el español, nacido en Sevilla, hijo de importantes músicos

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Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

El 4 de mayo pasado, con la batuta de Tobías Volkmann, la Filarmónica de Buenos Aires desarrolló el siguiente programa: de Sergei Prokofiev, el Concierto para Piano n 1 en re bemol mayor, Op.10 I Allegro brioso, II Andante assai III Alegro scherzando. Luego, de George Gershwin, Rapsody in Blue y por fin, de Claude Debussy, El Mar (La Mer), tres bocetos sinfónicos para orquesta, con sus tres movimientos I Del alba al mediodía en el mar II Juegos de las olas III Diálogo del viento y el mar. En las dos primeras piezas, la responsabilidad del piano fue para Juan Pérez Floristán.

Serguéi S. Prokófiev (1891-1953), nacido en Rusia, fue compositor, pianista y director de orquesta, siendo uno de los creadores más destacados de la música clásica del Siglo XX. Graduado en el Conservatorio de San Petersburgo rápidamente se hizo conocido como compositor rupturista y hábil pianista, obteniendo notoriedad con una serie de obras ferozmente disonantes y complejas para su instrumento. Entre otras piezas, creó siete óperas completas, siete sinfonías, ballets, sonatas para piano, conciertos para piano y orquesta. En 1915, Prokófiev hizo una ruptura decisiva en la categoría estándar de compositor- pianista con su orquestal Suite escita, compilada a partir de música originalmente compuesta para un ballet encargado por Serguéi Diáguilev de los Ballets Rusos.

El Concierto para piano n.º 1 en re bemol mayor, Op. 10, de Prokofiev, que hoy convoca nuestra atención, fue compuesto entre 1911 y 1912. Se trata de una obra que se desarrolla en un único movimiento, aunque mantiene tres secciones, como hemos señalado ya (Allegro brioso, Andante assai Allegro scherzando ). La obra se interpretó por primera vez en Moscú el 25 de julio y 7 de agosto de 1912, con el compositor como solista y  Konstantín Sarádzhev en el podio. El autor presenta una relación temática entre la primera sección y la última dado que el concierto comienza y termina con el mismo amplio tema en la tonalidad general del trabajo, mientras en la sección del medio, que es en Sol sostenido menor, se torna más oscuro, digamos, un poco menos épico que la de los otros dos. El climax nos coloca frente al abismo. Es una obra magistral.

George Gershwin (26.9.1898 11.7.1937), nació en Brooklin y falleció en Beverlly Hills, fue músico, compositor y pianista. Es reconocido mundialmente por haber logrado hacer una amalgama perfecta entre la música clásica y el jazz, lo que se llega a evidenciar en sus prodigiosas obras. Estudió piano con Charles Hambitzer y composición con  Rubin Goldmark , Henry Cowell y Joseph Brody. Comenzó su carrera como  song plugger  pero pronto empezó a componer obras teatrales para Broadway con su hermano Ira Gershwin y con Buddy DeSylva. 

Rhapsody in Blue es una de sus reconocidas composiciones para piano solo y banda de jazz, escrita en 1924, en la que se combinan elementos de música clásica con efectos de influencia jazzística. La obra se estrenó el 12 de febrero de 1924 en el  Aeolian Hall  de Nueva York, en un concierto titulado “Un experi mentoen música moderna” (An Experiment in Modern Music), dirigido por Paul Whiteman y su banda, con Gershwin al piano.

Esto señaló un momento importantísimo en la historia de los Estados Unidos de América, el del nacimiento de su propia música sinfónica, creada con elementos autóctonos, como los blues, los espirituales negros y el jazz, que George Gershwin tradujo en ritmos y notas que son ellos mismos, pero con otro muy estudiosamente combinados con música clásica. La versión para piano y orquesta sinfónica, que escuchamos en la velada que comentamos, fue producto de los arreglos de Ferde Grofé (arreglista de aquel gran director) en 1946. Se ha convertido en una de las obras más populares de la música clásica de los Estados Unidos. Gershwin, cuando la compuso tenía 25 años de edad.

En el título, la palabra “blue” se refiere tanto al estilo musical blues (canción de este típico género musical estadounidense) como al estado de ánimo blue, que significa en inglés “triste, melancólico”. De este modo es preciso señalar que la traducción que a veces se ve, Rapsodia en Azul, no es correcta.

Claude Debussy (1862-1918), nacido en Francia, fue uno de los compositores más influyentes de finales del siglo XIX y principios del XX. Es considerado por muchos el primer impresionista. A los 10 años ingresó en el Conservatorio de París. Inicialmente estudió piano, pero encontró su vocación en la composición de vanguardia. A partir de las influencias de sus primeros años, como la música rusa y la del lejano oriente, desarrolló su propio estilo de armonía y colorido orquestal.

El poema sinfónico El Mar (La Mer) (1903-1905), es una de las destacadas creaciones del autor en donde la música está al servicio de la luz, con la narrativa que acompaña la música.

Graduado en la Escuela de Música de la Universidad de Río de Janeiro y egresado también de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Tobías Volkmann recibió varias distinciones entre los que se cuentan el del Concurso Internacional de Dirección Jorma Panula (2012) en Finlandia y en el Festival de Música Olympus de San Petesburgo (2013). Ha dirigido, por caso, la Sinfónica Estatal de San Petesburgo, la Sinfónica Nacional de Chile, la del SODRE. Su desempeño como director de orquesta en el concierto que anotamos ha sido destacado. Un conductor que supo guiar hasta el detalle a todos los músicos, demostrando solvencia y hondo conocimiento tanto de las obras como del oficio.

Por su parte, el pianista Juan Pérez Floristán, español, nacido en Sevilla, es hijo de músicos, su padre es el director de orquesta Juan Luis Pérez García y su madre la pianista y pedagoga María Floristán. Tomó sus primeras lecciones con esta última, luego, en la Escuela Superior de Música Reina Sofía con Galina Eguiazarova  y posteriormente, en la  Hochschule für Musik Hanns Eisler de Berlín, con Eldar Nebolsin, mientras residía en dicha ciudad en 2015.

Entre otros galardones, recibió el primer premio en el Concurso internacional de piano Paloma O'Shea en 2015 y el primer premio en el Concurso internacional de piano Arthur Rubinstein en 2021.

Pérez Floristán lució en el Concierto n 1 de Prokofiev, que es una obra compuesta para virtuosos. El virtuosismo es un plus que se posee o no, es el talento natural. La técnica, el estudio, la concentración y la práctica, entre otras, son herramientas indispensables para llegar a la excelencia pianística. Cuando a ellas se les suma aquel regalo de la naturaleza, estamos frente al virtuoso. Las exigencias que Prokoviev propone para la parte del piano en la partitura, resultan propias de un creador que a su vez era un virtuoso con el instrumento. En la Rapxodia en Blue, el solista le dio el énfasis necesario en cada pasaje, tanto como el swing jazzístico, los ritmos sincopados y notas de blues. Fue intérprete de dos obras absolutamente distintas en las que Perez Floristán hizo notar la comprensión profunda del texto, la excelente técnica y la expresividad. Y luego del temperamental nro. 1 de Prokofiev y de esa Rapsodia in Blue, con notas de blue pero festiva, el pianista hizo para el encore el tema del 2do Concierto para piano de Ginastera, que es de una sutileza sublime. A su término fue premiado vivamente por el público.

El cierre con la obra de Claude Debussy fue un bálsamo, una comunicación con el mar como parte de la naturaleza. La Filarmónica de Buenos Aires demostró permanentemente su alta capacitación, tanto como su compromiso. Téngase en cuenta que, de un tiempo a esta parte, está siendo conducida por distintos directores invitados. En síntesis, excelente concierto.