¿Estamos preparados para hacer frente a un accidente de aviación?

Luis Franco

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Es fundamental tener en cuenta que el servicio de búsqueda y rescate (SAR) responde a un protocolo, pero también es importante aclarar algunos conceptos esenciales, sobre todo a la luz de las declaraciones oficiales luego de hallado el LV-MCV.

En primer término, hay que puntualizar que, en un accidente, en este caso aéreo, las posibilidades de supervivencia se reducen con el paso del tiempo, por eso la rapidez de la localización resulta literalmente vital. Además de este sensible asunto humanitario, es primordial que el tiempo no deteriore los restos de una aeronave accidentada, porque de ellos dependen los datos que ayudarán en las pericias de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac) para descubrir las causas del siniestro y emitir recomendaciones.

La búsqueda y el salvamento requieren de una gran preparación técnica, coordinación y organización. En el caso del MU2 LV-MCV, surgen fundadas suspicacias sobre la reacción de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para comenzar y desarrollar el procedimiento. Todo indica que hubo improvisación.

Es cierto que el protocolo de búsqueda y rescate tiene fases, pero no es menos verdadero que, ante una situación de duda, al no obtenerse información sobre una aeronave, lo que normalmente se hace es empezar a actuar en vez de esperar la verificación sobre la posibilidad de un accidente. En otras palabras: la información siempre debe ser evaluada cuidadosamente, pero si existen razonables dudas sobre la posibilidad de que una aeronave se encuentre en peligro, hay que proceder rápidamente y sin dudas. No se debe demorar la fase de incertidumbre, primera de las etapas del protocolo, porque, como se ha dicho, el tiempo es literalmente vital.

La fase de incertidumbre (Incerfa) se declara cuando: 1) Existen dudas razonables sobre la seguridad de la aeronave. Lo que se hace es vigilar la situación y recopilar la mayor información. En términos de tiempo, Incerfa se declara cuando no se han recibido comunicaciones de una aeronave en los 30 minutos posteriores a la hora en que se debía recibir o en el momento en que se intentara fallidamente, por primera vez, establecer contacto con dicha aeronave. 2) Cuando una aeronave no llega a destino en un plazo de media hora después de la última hora de llegada notificada o estimada por el Servicio de Tránsito Aéreo (ATS), excepto cuando no existan dudas respecto de la seguridad de la aeronave.

La fase de alerta (Alerfa) se activa cuando una aeronave enfrenta dificultades y necesita ayuda, pero no se halle en una situación de peligro inminente. Se declara Alerfa cuando: 1) Después de una fase de incertidumbre, hayan fracasado los intentos subsiguientes de establecer contacto con la aeronave o hayan fracasado las indagaciones con cualquier otra fuente oportuna para obtener información sobre esta. 2) Se haya autorizado a una aeronave a aterrizar y esta no haya aterrizado en los cinco minutos posteriores a la hora prevista de aterrizaje y no se haya reanudado el contacto con la aeronave. 3) Se tenga la certeza de que la aeronave está sufriendo interferencias ilegales.

La fase de peligro (Detresfa) se dispara cuando se tiene la certeza de que la aeronave precisa asistencia inmediata. Se declara Detresfa cuando: 1) Tras la fase de alerta, se produzcan nuevos intentos fallidos de establecer contacto con la aeronave y se generalicen las indagaciones sin éxito, lo cual indica que es probable que la aeronave esté en peligro. 2) Se considere que el combustible se agotó o no sea suficiente para permitir a la aeronave salir de la situación de peligro. 3) Se reciba información o se evalúe que la aeronave no podría estar en vuelo por alguna circunstancia. 4) Se reciba información y no haya dudas de que la aeronave esté a punto de efectuar un aterrizaje forzoso o lo haya efectuado ya, excepto cuando existan indicios de que la aeronave y sus ocupantes no necesiten asistencia inmediata.

Cuando se pone en marcha el sistema SAR, se activan ciertos procedimientos básicos que deberán considerarse conforme a la fase en que se está ingresando. En Incerfa, lo recomendable es tomar las siguientes decisiones: 1) Designar un coordinador de misión SAR. 2) Verificar la información disponible hasta el momento. 3) Establecer el recorrido de la aeronave, su derrota (recorrido real) y establecer las zonas en que se establecería una búsqueda. 4) Coordinar las comunicaciones para no perder detalle de lo que reciba el servicio de tránsito aéreo o las aeronaves que operan en las zonas donde se perdió el contacto. 5) Evitar la duplicidad de esfuerzos. 6) Realizar una detallada búsqueda de información de todo sistema de control de vuelo cercano que pueda aportar datos sobre la aeronave que se intenta localizar (radares militares, de países limítrofes, ayuda satelital, etcétera). 7) Establecido el recorrido de la aeronave, su ruta y la probable derrota, indagar en los aeródromos de las zonas por información que pudieran tener. 8) Si se cuenta con aeronaves de voluntarios que están dispuestos a colaborar, coordinar su colaboración o, si es necesario pedir colaboración, hacerlo utilizando todos los recursos disponibles, sean públicos o privados.

En Alerfa se deberá: 1) Cerciorarse de que se ha informado a todas las partes interesadas en la aeronave que es objeto de búsqueda. 2) Asentar en registro cronológico pormenores de las actividades en curso, y cada decisión o acontecimiento que vaya sucediéndose. 3) Verificar nuevamente la información recibida hasta el momento. 4) Buscar información sobre la aeronave de fuentes con las que no se haya establecido contacto anteriormente. 5) Intentar establecer posibles puntos de escala o aterrizaje a lo largo de la ruta prevista y la posible derrota a partir del plan de vuelo, las condiciones, y estimar el tiempo en que la aeronave no tendría más combustible para seguir en el aire. 6) Monitorear que no se dupliquen acciones. 7) Verificar en una carta las zonas donde sería probable que se encuentre la aeronave. 8) Iniciar la planificación de la búsqueda y notificar cualquier medida adoptada a la unidad de servicios de tránsito aéreo. 9) Comunicar al propietario de la aeronave toda la información recibida y las medidas adoptadas, a la vez de interiorizarse sobre detalles del vuelo. 10) Contener a familiares que comiencen a recabar información sobre lo que se está realizando e intentar obtener datos sobre los tripulantes.

Como se puede observar, son muchas las actividades que se multiplican al avanzar el tiempo luego de la desaparición de una aeronave. Lo que se deberá establecer es cuántos de estos procedimientos se ejecutaron en el caso del Mitsubishi que se encontró en el Paraná Guazú o, en su defecto, qué fue lo que sistemáticamente se hizo. Es absolutamente necesario saber si la ANAC estaba preparada para hacer frente a un accidente de aviación.

El autor es piloto profesional, periodista especializado en temas de aviación, director de la revista "Aeromarket" y magíster en Economía y Ciencias políticas.