Qué hacer en caso de disfunción sexual femenina

Muchas mujeres experimentan problemas con la función sexual en algún momento y algunas tienen dificultades durante toda la vida

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Una alteración en la vida sexual de una persona puede perjudicar su día a día de forma importante (imagen ilustrativa infobae)
Una alteración en la vida sexual de una persona puede perjudicar su día a día de forma importante (imagen ilustrativa infobae)

Se conoce como disfunción sexual a los problemas recurrentes y persistentes relacionados con la respuesta sexual, el deseo, el orgasmo o el dolor, según explica la organización sin fines de lucro especializada en salud, Mayo Clinic.

Muchas mujeres experimentan problemas con la función sexual en algún momento y algunas tienen dificultades durante toda la vida.

La disfunción sexual femenina puede producirse en cualquier etapa de la vida. Puede darse solamente en ciertas situaciones sexuales o en todas las situaciones sexuales.

La respuesta sexual implica la interacción compleja de fisiología, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida y relaciones. La disrupción de cualquiera de esos componentes puede afectar el deseo, la excitación o la satisfacción sexual y su tratamiento suele involucrar más de un enfoque.

Síntomas

Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de disfunción sexual que estés experimentando:

  • Poco deseo sexual: Este es el tipo más común de disfunción sexual femenina, que comprende una falta de interés sexual o disposición sexual.
  • Trastorno de excitación sexual: Puede ser que el deseo sexual esté intacto, pero que tengas dificultades con la excitación o no puedas excitarte o mantener la excitación durante las relaciones sexuales.
  • Trastorno orgásmico: Tienes dificultades continuas o recurrentes para alcanzar el orgasmo luego de suficiente excitación sexual o estimulación continua.
  • Trastorno de dolor sexual: Tienes dolores relacionados con la estimulación sexual o el contacto vaginal.

Cuándo debes consultar con un médico

La disfunición sexual puede afectar la relación de pareja (Imagen ilustrativa Infobae)
La disfunición sexual puede afectar la relación de pareja (Imagen ilustrativa Infobae)

Si los problemas sexuales afectan tu relación o te preocupan, programa una consulta con el médico para hacerte una evaluación.

Factores de riesgo

Existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de tener disfunción sexual:

  • Depresión o ansiedad
  • Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos
  • Trastornos neurológicos, como una lesión de la médula espinal o esclerosis múltiple.
  • Trastornos ginecológicos, como atrofia vulvovaginal, infecciones o liquen escleroso.
  • Ciertos medicamentos, como los antidepresivos o los medicamentos para presión arterial alta
  • Estrés emocional o psicológico, en especial con respecto a la relación con la pareja
  • Antecedentes de abuso sexual

Diagnóstico

Para diagnosticar la disfunción sexual femenina, el médico puede:

Hablar sobre tus antecedentes médicos y sexuales: Tal vez sea incómodo hablar con un médico sobre asuntos tan personales, pero la sexualidad es una parte fundamental de tu bienestar. Cuanto más sincera puedas ser sobre tus antecedentes sexuales y problemas actuales, habrá mejores chances de encontrar una forma efectiva de tratarlos.

Realiza un tacto vaginal: Durante el examen, el médico puede revisar cambios físicos que afecten el disfrute sexual, como el adelgazamiento de los tejidos genitales, una menor elasticidad de la piel, cicatrices o dolor.

Pide análisis de sangre: El médico puede recomendar que te hagas análisis de sangre para revisar trastornos médicos no diagnosticados que puedan contribuir a la disfunción sexual.

El médico también puede derivarte a un consejero o terapeuta especializado en problemas sexuales y de relaciones.

Tratamiento

(Getty Images)
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Ten en cuenta que la disfunción sexual es un problema solo si te molesta. Si no te molesta, no necesitas ningún tratamiento.

Debido a que la disfunción sexual femenina tiene muchos síntomas y causas posibles, el tratamiento varía. Es importante que comuniques tus preocupaciones y que entiendas tu cuerpo y su respuesta sexual normal. Asimismo, los objetivos que tengas para tu vida sexual son importantes para elegir un tratamiento y evaluar si es eficaz para ti.

Las mujeres que tienen problemas sexuales la mayoría de las veces se benefician de un enfoque de tratamiento combinado que aborde los problemas médicos, así como aquellos emocionales y de relación.

Tratamiento no médico para la disfunción sexual femenina

Para tratar la disfunción sexual, el médico podría recomendar que comiences con estas estrategias:

Habla y escucha: La comunicación abierta con tu pareja logra una diferencia abismal en tu satisfacción sexual. Incluso si no tienes por costumbre hablar sobre tus gustos y preferencias, aprender a hacerlo y brindar comentarios de manera no amenazante favorece una mayor intimidad.

Practica hábitos de estilo de vida saludable: Limita el consumo de alcohol, un consumo excesivo puede mitigar tu respuesta sexual. Haz actividad física, ya que la actividad física periódica puede aumentar tu energía y levantar tu estado de ánimo, lo que mejora las emociones románticas. Aprende a reducir el estrés, para que puedas concentrarte y disfrutar de las experiencias sexuales.

Busca asesoramiento: Habla con un asesor o terapeuta que se especialice en problemas sexuales y de relación. La terapia generalmente incluye información sobre cómo optimizar la respuesta sexual del cuerpo, maneras de mejorar la intimidad con tu pareja y recomendaciones sobre materiales de lectura o ejercicios para realizar en pareja.

Usa un lubricante: Un lubricante vaginal puede ser útil durante las relaciones sexuales si tienes sequedad vaginal o dolor durante las relaciones sexuales.

Prueba con un dispositivo: La excitación puede intensificarse con la estimulación del clítoris. Usa un vibrador para estimular el clítoris.

Tratamiento médico para la función sexual anormal en las mujeres.

El tratamiento eficaz para la disfunción sexual con frecuencia requiere tratar una afección de salud subyacente o un cambio hormonal. El médico tal vez sugiera cambiar los medicamentos que estás tomando o te recete uno distinto.

Los posibles tratamientos para la disfunción sexual femenina incluyen los siguientes:

Terapia con estrógenos: La terapia localizada con estrógenos se ofrece en forma de anillo vaginal, crema o comprimido. Esta terapia beneficia la función sexual al mejorar el tono y la elasticidad del músculo pélvico alrededor de la vagina, aumentar el flujo sanguíneo en esta zona y mejorar la lubricación. Los riesgos de la terapia hormonal pueden variar según tu edad, el riesgo de padecer otras enfermedades, como cáncer o una enfermedad del corazón o de los vasos sanguíneos, la dosis y el tipo de hormona y si el estrógeno se administra solo o con progestina. Habla con el médico sobre los riesgos y los beneficios. En algunos casos, la terapia hormonal podría requerir que el médico realice un control minucioso.

Ospemifeno: Este medicamento es un modulador selectivo de los receptores de estrógeno. Ayuda a reducir el dolor durante las relaciones sexuales en las mujeres con atrofia vulvovaginal.

Terapia con andrógenos: Los andrógenos incluyen la testosterona. La testosterona desempeña un papel en la función sexual saludable de mujeres y hombres, aunque las mujeres tienen niveles de testosterona mucho más bajos. La terapia con andrógenos para tratar la disfunción sexual es controvertida. En algunos estudios, se observa un beneficio para las mujeres que tienen niveles bajos de testosterona y presentan disfunción sexual; en otros estudios, se observan pocos beneficios o ninguno.

Flibanserina: La flibanserina, originalmente desarrollada como un antidepresivo, cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) como tratamiento para la falta de deseo sexual en mujeres premenopáusicas. Una píldora diaria de Addyi puede estimular el apetito sexual en mujeres con bajo deseo sexual que se sientan preocupadas por esta situación. Los efectos secundarios potencialmente graves incluyen presión arterial baja, somnolencia, náuseas, fatiga, mareos y desmayos, especialmente si el medicamento se mezcla con alcohol. Los expertos recomiendan suspender el medicamento si no se observa una mejora en el deseo sexual después de ocho semanas.

Bremelanotida_ La bremelanotida es otro tratamiento aprobado por la FDA para la falta de deseo sexual en mujeres premenopáusicas. Este medicamento es una inyección que te aplicas tú misma debajo de la piel del vientre o del muslo antes de la actividad sexual. Algunas mujeres experimentan náuseas, que son más comunes después de la primera inyección, pero suelen mejorar con la segunda. Otros efectos secundarios incluyen vómitos, rubor, dolor de cabeza y reacción de la piel en el lugar de la inyección.