El milagro de Leo: ofrecen millonaria recompensa para capturar a quien lo ató con cinta y lo arrojó a un basurero

La sociedad protectora de animales que rescató a Leo notó que a pesar de su triste situación no sufría heridas graves más allá de una irritación leve de piel

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Leo fue encontrado "gritando" por ayuda tras ser abandonado con la cabeza pies atados con cinta adhesiva dentro de un basurero. (Facebook/Nebraska Humane Society)
Leo fue encontrado "gritando" por ayuda tras ser abandonado con la cabeza pies atados con cinta adhesiva dentro de un basurero. (Facebook/Nebraska Humane Society)

Leo, un perro de raza mixta, sufrió una de las peores facetas del maltrato y abandono animal, luego de que un desconocido lo arrojara a un contenedor de basura ubicado a las afueras de un edificio de Omaha, en Nebraska, con sus patas, cola y hocico completamente envueltos con cinta adhesiva.

Fue encontrado gracias a que la trabajadora de un edificio cercano lo escuchó. La mujer contactó con los rescatistas de la Nebraska Humane Society (NHS), sociedad protectora de animales del estado, donde retiraron la cinta adhesiva y descubrieron que a pesar de lo triste de su condición, se encontraba bien.

Más tarde, sus rescatistas dieron con su dueña gracias al microchip que tenía implantado. Su “madre” declaró sentirse consternada por no saber quién sería capaz de hacer algo así a su mascota, a quien calificó como “el perro más dulce del mundo”.

Amarrado con cinta y lanzado al basurero

Especialistas médicos unieron esfuerzos para retirarle la cinta adhesiva de sus patas, cola y hocico.
Especialistas médicos unieron esfuerzos para retirarle la cinta adhesiva de sus patas, cola y hocico.

Con un comunicado emitido a través de las redes sociales, encargados de la NHS compartieron la historia de Leo; relatan que la mañana del 15 de abril, empleados de Animal Control del condado respondieron a la llamada de ayuda del personal de Sweet and Associates, quienes encontraron a la mascota dentro de un contenedor ubicado detrás de su edificio.

Durante la noche de ese mismo día, una empleada escuchó lo que creía se trataba de un mapache hurgando en la basura, sin embargo, al estar oscuro, no se sintió lo suficientemente cómoda como para revisar, por lo que esperó hasta que amaneciera.

Ya con la luz del día, el personal se sorprendió al descubrir que quien causaba tal alboroto era un perro. “(Los empleados) estaban angustiados por la condición en que se encontraba”, escribieron los encargados de redes sociales.

La cabeza de Leo estaba “completamente” envuelta en cinta adhesiva, al igual que sus patas delanteras, traseras y cola, las cuales estaban atadas entre sí. Sus rescatistas pronto notaron que tenía restos de comida y otros desechos en su piel. “Nunca había visto nada igual”, dijo Kevin W, uno de los miembros del personal que hizo el descubrimiento.

La deplorable condición del animal entristeció a sus rescatistas, quienes lo trasladaron de inmediato hasta el NHS, donde el personal lo sedó, quitó toda la cinta y limpió la mugre. Los especialistas en medicina veterinaria tuvieron que afeitarlo para retirar todos los restos de comida y desechos en su pelaje.

A pesar de la forma en que fue abandonado, Leo únicamente sufría una leve irritación en la piel y “parecía estar de buen ánimo a pesar de su condición”. “Después de que la cinta fue retirada, se animó y movía la cola mientras nuestro equipo lo evaluaba cuidadosamente”, escribieron los encargados de las redes sociales del NHS en la publicación de Facebook.

La recompensa para encontrar a su agresor

Gracias a la intervención oportuna de sus rescatistas, Leo sobrevivió y se encuentra bien.
Gracias a la intervención oportuna de sus rescatistas, Leo sobrevivió y se encuentra bien.

Gracias al microchip implantado en Leo, dieron con su dueña, quien denunció su desaparición el 11 de abril. La mujer tiene la creencia de que escapó cuando vio una oportunidad mientras llevaba a su hijo a la escuela.

La dueña declaró que su mascota “es el perro más dulce del mundo” y no entiende cómo es que alguien era capaz de hacer algo así y le dijo a la NHS que le daría un “buen baño” antes de llevarlo con su veterinario para un chequeo completo.

Debido a que no existen cámaras de videovigilancia en la zona donde se encuentran los contenedores, las autoridades no cuentan con información sobre la persona que realizó un acto tan atroz, por lo que los directivos de la NHS ofrecieron una recompensa de 1.000 USD a quien proporcione datos suficientes que culminen en su arresto.

Ronal Schlabs, director de operaciones de campo del NHS declaró en entrevista para el medio local KETV que “definitivamente es un delito. No hay razón para vendar las patas y la cabeza de un perro y tirarlo a un contenedor de basura. La intención obviamente era matarlo”.

A través de la sección de comentarios, empleados de la NHS confirmaron que las autoridades del departamento del Sheriff del condado se pusieron en contacto con ellos y ya están “revisando la cinta adhesiva”.