Rosa Montero lo hizo otra vez

En su nuevo libro “El peligro de estar cuerda”, la autora española parece estar hablándonos. Mientras busca qué relación hay entre locura y creatividad, expone sus propios ataques de pánico, cuenta las vidas mas de otros e interpela a sus lectores.

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Peligrosamente cuerda. La escritora Rosa Montero en las presentaciones de su último libro. (>Foto EFE)
Peligrosamente cuerda. La escritora Rosa Montero en las presentaciones de su último libro. (>Foto EFE)

Los que seguimos la trayectoria literaria de la escritora y periodista española Rosa Montero, y estamos pendientes de la publicación de un nuevo libro de su autoría, nos acostumbramos a que cuando leemos algunos de ellos se produzca una extraña y mágica ilusión: no estamos leyendo nosotros, es Montero que nos cuenta esa historia. Lo hace mientras tomamos un café en un bar, sentados en un tren que nos lleva a alguna parte, recostados al sol en alguna playa. Lo hizo con La loca de la casa (que publicó Alfaguara en 2003). Lo volvió a hacer con La ridícula idea de no volver a verte (Seix Barral, 2013). Lo acaba de hacer con El peligro de estar cuerda (Seix Barral, 2022).

Extravagancia, rareza, alucinación, desdoblamiento, el nuevo libro de Montero propone una investigación casi detectivesca, para responder a la pregunta: ¿qué relación hay entre la locura y la creatividad? Y si algún varón supone que al decir “cuerda” se refiere a un asunto de mujeres, error, Montero habla de ella, de nosotras, de nosotros. En su libro nos acerca cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud): cerca del 25 por ciento de la población sufre o sufrirá trastornos mentales en algún momento de su vida. Y esta cifra, señala, se duplica cuando se trata de artistas.

Lejos de ser una lectura de nicho, para el interés de sólo aquellos que andan cerca de creación y rarezas, el libro de Montero provoca e interpela profundamente a la mayoría de quienes lo leen.

A través de un género híbrido que mezcla ensayo, biografía, ficción, investigación periodística, fotos y poemas, la escritora va hilando, con maestría y estilo propio, anécdotas personales y de otros artistas, en un mosaico de vidas geniales con finales diversos, algunos trágicos, otros felices. Un muestrario de aquellos que “necesitamos fomentar en nosotros cierto nivel de euforia porque la vida no nos es suficiente (…) Así vamos todos por el mundo, a la caza de esas pequeñas burbujas de vida extraordinaria.” En ese equilibrio entre locura y creación, burbujas que se convertirán en materia literaria o artística.

A poco de empezar el libro, sabremos que cuando Montero era una niña muy pequeña, - con apenas dos años y medio -, un médico le diagnosticó tetania latente, una enfermedad que se origina por el bajo nivel de calcio. La dolencia, además de contracciones y espasmos, puede traer depresiones, alucinaciones, ansiedad, híper reacción al stress y ataques de pánico. Montero sufrió ataques de pánico durante muchos años, lo ha contado en distintas oportunidades, pero los padeció sin saber que un médico había visto, a tan temprana edad, que esto podía sucederle en algún momento de su vida.

En Madrid. Rosa Montero hace un espectáculo para presentar sus libros.
En Madrid. Rosa Montero hace un espectáculo para presentar sus libros.

Recién lo supo cuando ya había superado sus crisis de pánico, mientras ordenaba papeles de su madre que murió durante la pandemia. Encontró un viejo informe donde el médico escribió no sólo el diagnóstico sino sus recomendaciones: una hipersensibilidad que pedía poca leche y evitar el café. “Y lo que yo me pregunto ahora es, ¿cómo demonios pudo ver ese médico, que más que una eminencia debía ser adivino, que ese botón de carne que es una niña de dos años va a sufrir ataques de pánico, gestionar el estrés de manera calamitosa y hasta tener migrañas?”.

Montero también nos cuenta la relación entre la locura y los trastornos mentales en los casos de otros reconocidos artistas como Virginia Woolf, R.L Stevenson, Emmanuel Carrere, Sylvia Plath, Dalí, Camille Claudel, F.S. Fitzgerald, Pablo Picasso, Louis Althusser, Siri Hustvedt o Janet Frame. Y señala que hace rato, incluso antes de escribir este libro, ella advirtió que algo se repite en la mayoría de los narradores: una experiencia muy temprana de decadencia y pérdida, la pérdida temprana y violenta del mundo de la infancia.

Ante el espanto de la muerte

Apelando a la cercanía que provoca la segunda persona del singular, nos advierte sobre el dolor que producen esas crisis de pánico y el cortocircuito que provoca en el razonamiento, “te espanta la muerte y para no sufrir ese espanto escogerías morir”. Pero también comparte cuál fue la solución que encontró: el padecer terminó cuando empezó a publicar ficción. “Todos tenemos claro que escribir nos salva. O, al menos, todos aquellos que nos vemos forzados a juntar palabras para poder aguantar el miedo de las noches y la vacuidad de las mañanas”.

Pero lejos de ser una lectura de nicho, para el interés de sólo aquellos que andan cerca de creación y rarezas, el libro de Montero provoca e interpela profundamente a la mayoría de quienes lo leen. Porque como ella aclara en las primeras páginas: “(…) hay muchas otras personas que, aunque no se hayan dedicado de manera profesional al arte, son igual de imaginativos y de maniáticos.” Y declara que no tiene dudas de que mucha gente se debe sentir identificada con la primera frase de su libro: “Siempre he sabido que algo no funcionaba bien dentro de mi cabeza”.

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Esta identificación de los lectores, artistas o no, con lo que cuenta El peligro de estar cuerda es inmediata. Me resultó evidente en la presentación del libro de Montero, que se realizó a fines de abril en el Ateneo de Madrid. Dos horas antes del horario previsto, ya había personas haciendo cola para no quedarse sin sitio. El lugar, que cuenta con trescientas butacas, estaba completo mucho antes de arrancar la charla. Desde hace tiempo, las presentaciones de los libros de la autora española son famosas por la dedicación, preparación, esmero y creatividad que ella le pone al evento.

Cuando otros escritores y escritoras ya no sabemos qué vuelta darles a esas reuniones en las que se celebra la salida de un nuevo libro para que no sean más de lo mismo, Montero monta un espectáculo, una suerte de pieza teatral ágil, entretenida, ilustrativa del texto. Desde la primera vez, cuenta con la participación de la actriz española Pastora Vega. En esta ocasión, se sumó a la perfomance otra actriz, Isabel Torrevejano, cuyo papel es fundamental: la impostora, una mujer que. a lo largo de la vida de Rosa Montero, finge ser ella. Un personaje perturbador y pertubado, que mantiene el suspenso y la tensión narrativa de este peculiar libro, en la cuerda de la ficción. O no, porque cada lector y cada lectora deberá decidir cuánto le cree o no a Montero, experta en crearnos burbujas de vida, para ensanchar la de ella y las de sus lectores.

El peligro de estar cuerda es uno de esos libros que una quiere regalar, prestar, estimular para que todos lean. Porque escribir salva, y leer también.

Quién es Rosa Montero

♦ Nació en 1951 en Madrid, España.

♦ Su padre fue torero.

♦ Estudió Periodismo y Psicología.

♦ Colaboró con grupo de teatro independiente.

♦ Desde 1976 trabaja para el diario El País.

♦ En 2017 ganó el Premio Nacional de las Letras, en España.

♦ Entre otros títulos, publicó: Crónica del desamor (1979), Te trataré como a una reina (1983), Amado Amo (1988), Bella y Oscura (1993), La hija del caníbal -Premio Primavera de Novela en 1997)-, El corazón del Tártaro (2001), La Loca de la casa (2003) -Premio Qué Leer 2004 al mejor libro del año, Premio Grinzane Cavour al mejor libro extranjero publicado en Italia en el 2005,-; Historia del rey transparente (2005), Instrucciones para salvar el mundo (2008) -Premio de los Lectores del Festival de Literaturas Europeas de Cognac-; Lágrimas en la lluvia (2011), La ridícula idea de no volver a verte (2013) -Premio de la Crítica de Madrid (2014) y Prix du Livre Robinsonnais 2016- El peso del corazón (2015), La carne (2016), Los tiempos del odio (2018), La buena suerte (2020) y El peligro de estar cuerda (2022).

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