La historia de la isla que se hizo famosa por el búnker secreto que allí construyó John F. Kennedy durante la crisis de los misiles

El fortín adquirió una importancia estratégica vital para Estados Unidos. Ahora, la instalación histórica, cercana a Miami, está en proceso de apertura para ser una atracción para los visitantes

Compartir
Compartir articulo
Los búnkeres de Kennedy, potenciales Monumentos Históricos Nacionales. (Peanut Island/Facebook)
Los búnkeres de Kennedy, potenciales Monumentos Históricos Nacionales. (Peanut Island/Facebook)

En el condado de Palm Beach, Florida, se encuentra una isla con una historia particular como su belleza natural. Conocida como Peanut Island, esta pequeña porción de tierra ha pasado de ser un sitio de desechos a convertirse en un popular destino recreativo. Sin embargo, su fama se debe en gran parte a un aspecto más inusual, pues albergó un búnker nuclear construido para el expresidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, durante la Guerra Fría.

El búnker, conocido como el Hotel Detachment, fue construido en secreto por la Marina estadounidense en diciembre de 1960. Este refugio subterráneo, ubicado a solo cinco minutos en helicóptero desde la finca de descanso de Kennedy en Palm Beach, estaba diseñado para albergar a 30 personas durante un mes, equipado con salas de descontaminación y comunicaciones para mantener al presidente informado en caso de un ataque, así fue informado por EFE.

Tuvo un valor de construcción de USD 90 mil y tardó 10 días en construirse. El lugar «super secreto» era a la vez un centro de mando y un refugio antiaéreo.

Motivo de la construcción del Búnker de Kennedy

Cómo un desecho se transformó en el paraíso Peanut Island (Peanut Island/Facebook)
Cómo un desecho se transformó en el paraíso Peanut Island (Peanut Island/Facebook)

En noviembre de 1957, Nikita Krushchev, líder del Partido Comunista Soviético, desafió a Estados Unidos durante una rueda de prensa al elogiar la efectividad de los misiles soviéticos. Cuatro años después, en 1961, el recién elegido presidente John F. Kennedy se enfrentó a la amenaza de una guerra nuclear en medio de una complicada coyuntura política internacional, informó EFE.

En mayo de ese mismo año, Nelson Rockefeller, presidente del Comité de Defensa Civil de la Conferencia de Gobernadores, instó a Kennedy a iniciar un programa nacional de refugios contra la lluvia radiactiva. Con USD 207 millones en fondos, el gobierno federal comenzó a inspeccionar escuelas y otros edificios públicos para convertirlos en posibles búnkeres. Estos refugios, una vez identificados, fueron marcados y equipados con suministros.

Durante la construcción de los búnkeres, las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética aumentaron, culminando en la crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962. Ante este contexto, Kennedy alentó la creación de búnkeres privados en todo el país como medida de seguridad adicional.

La Casa Blanca decidió construir dos búnkeres: uno en Nantucket, Massachusetts, y otro en Palm Beach, cerca de la casa de vacaciones de los Kennedy. Estos refugios tenían como objetivo proporcionar un lugar seguro desde donde el presidente podría seguir liderando el país en caso de emergencia.

Origen de Peanut Island

Peanut Island ofrece variadas actividades recreativas sin impactar su biodiversidad. (Peanut Island/Facebook)
Peanut Island ofrece variadas actividades recreativas sin impactar su biodiversidad. (Peanut Island/Facebook)

El origen de Peanut Island se remonta a 1918, cuando se formó como resultado de la creación de la ensenada de Lake Worth. Originalmente llamada Inlet Island, sirvió como depósito de desechos para el mantenimiento del puerto local. Sin embargo, en 1923, su destino cambió cuando se convirtió en un parque recreativo público, gracias a un acuerdo a largo plazo con el condado de Palm Beach, se detalló por medio de una nota de The Miami Herald.

Aunque durante años el búnker fue una atracción para los visitantes, en 2017 fue cerrado al público y su contenido trasladado al Museo Marítimo en Currie Park, West Palm Beach. Sin embargo, en enero de 2022, los comisionados del condado votaron a favor de renovar y reabrir las instalaciones, un proceso que aún está en marcha.

Peanut Island es un sitio con historia que se ha convertido en un lugar perfecto para descansar el fin de semana gracias a su parque recreativo (Google maps)
Peanut Island es un sitio con historia que se ha convertido en un lugar perfecto para descansar el fin de semana gracias a su parque recreativo (Google maps)

Hoy en día, Peanut Island ofrece una amplia variedad de actividades recreativas para los visitantes. Desde playas vigiladas y áreas para bucear hasta senderos para caminatas y zonas de acampada, el lugar es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura. Sin embargo, de acuerdo a sus redes sociales, se debe tener en cuenta que el consumo de alcohol está restringido y se prohíbe el uso de globos en un esfuerzo por proteger el entorno natural, incluidas las tortugas marinas que anidan en la zona.

Para llegar a Peanut Island, los visitantes pueden optar por servicios de taxi acuático desde el puerto de Palm Beach, con tarifas asequibles que oscilan entre los USD 20 y USD 25 por persona. Empresas locales como Peanut Island Shuttle Boat ofrecen salidas regulares durante todo el día, facilitando el acceso a este tesoro tropical.

El búnker antinuclear de Kennedy, a un paso de desaparecer bajo el mar

El escondite bajo tierra de Kennedy que el mar podría tragarse (Google earth)
El escondite bajo tierra de Kennedy que el mar podría tragarse (Google earth)

En un remoto rincón de la isla de Nantucket en el estado de Massachusetts, Estados Unidos, un recordatorio silencioso de la Guerra Fría enfrenta un nuevo enemigo: la erosión del mar. Construido en 1962, un búnker secreto se erigió en un momento de alta tensión internacional, diseñado durante el Gobierno del presidente John F. Kennedy, tiene capacidad para albergar a 30 personas durante más de un mes en caso de un ataque nuclear, así fue detallado por EFE.

Ubicado en las proximidades de la residencia playera frecuentada por John F. Kennedy, este complejo subterráneo estaba meticulosamente equipado para resistir las explosiones atómicas que acechaban en el horizonte de aquellos turbulentos años. Sin embargo, mientras que su robustez contra el poder destructivo de las armas nucleares ha sido probada, su futuro se ve ahora comprometido por una amenaza más lenta, pero igualmente implacable, la cual es la erosión costera.

En el apogeo de la Guerra Fría, cuando la imaginación colectiva temía lo peor, se construyeron dos búnkeres para Kennedy, siendo el de Nantucket uno de ellos. El segundo se ubicaba en Peanut Island, cerca de la mansión familiar en Palm Beach. Ambos refugios ahora están en consideración para ser designados como Monumentos Históricos Nacionales, según la clasificación en curso de estructuras construidas durante aquel periodo tenso de la historia mundial.

Sin embargo, los esfuerzos por preservar esta edificación de la Guerra Fría enfrentan desafíos significativos. En el año 2020, hubo planes para restaurar el búnker de Nantucket, pero estos se estancaron cuando un estudio exhaustivo del terreno reveló su vulnerabilidad a la erosión costera. “No queremos invertir recursos en algo que el océano pueda reclamar”, declaró en ese momento Charles Polachi, gerente de parques de Nantucket.

Tras el trágico asesinato de Kennedy en noviembre de 1963, el búnker cambió su propósito, siendo renombrado oficialmente como “área de almacenamiento de botellas de combustible para el despegue asistido por jet” hasta que fue desactivado en 1976. En los años posteriores, el búnker pasó por varias etapas de uso, lo que incluyó un breve periodo como oficina del parque natural de Nantucket, antes de quedar abandonado y cerrado al público.

Caroline Kennedy, hija del difunto presidente, expresó su interés en recaudar fondos para restaurar el búnker, señalando que permitir que una parte de la historia de la Guerra Fría se desvanezca sería una tragedia. A pesar de los esfuerzos por mantenerlo a salvo de la erosión, el búnker permanece cerrado en la actualidad, resistiendo el constante embate del mar que poco a poco lo va desgastando.