El VAR marca el Real Madrid - Bayern: dos goles revisados y polémica por no hacer lo mismo con la última del partido

El tanto que hubiera supuesto el 1-1, de Davies en propia puerta, no valió al tirar de revisión, considerándose que hubo falta previa. Sin embargo, el 2-1 definitivo de Joselu sí subió al marcador, tras decretarse inicialmente fuera de juego. Además, los bávaros reclamaron el posible 2-2 de De Ligt, anulado por posición antirreglamentaria

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Joselu celebra el gol decisivo del Madrid (REUTERS/Susana Vera)
Joselu celebra el gol decisivo del Madrid (REUTERS/Susana Vera)

La polémica no puede faltar en un partido de enjundia que se precie. Este Real Madrid - Bayern de Múnich de vuelta de semifinales de la Champions no iba a ser menos. Sobre todo, con la posibilidad de clasificación para la gran final encima de la mesa. Ambos equipos se jugaban mucho y cualquier decisión cuestionable corría el riesgo de ser muy protestada por uno y otro contendiente. Por eso, no pasaron desapercibidos los dos goles de los blancos para los que hubo que hacer uso del VAR en términos de validación. Uno, el del 1-1, subió y bajó del marcador en cuestión de segundos. Otro, el 2-1 definitivo, no se oficializó primero, pero sí después.

El videoarbitraje apareció primero en el 72. Cuatro minutos antes, el Bayern había logrado marcar el 0-1. Precisamente, cuando más dominio mostraba el Madrid, a pesar de que este no se traducía en goles. Finalmente, la diana iniciática se la apuntaron los bávaros, que aprovecharon una pérdida de Rodrygo para salir al contragolpe a las mil maravillas. Primero, Kane hizo un cambio de juego descomunal. Después, Davies encaró a Rüdiger y urdió un derechazo inapelable que se coló por el fondo de la red.

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Davies celebra el gol del Bayern (REUTERS/Susana Vera)
Davies celebra el gol del Bayern (REUTERS/Susana Vera)

Sin embargo, el goleador del Bayern estuvo a punto de ser tanto héroe como villano. Fue así porque, a la salida de un córner, tocó la pelota de forma fatal para introducirla en su propia portería y convertir, igualmente, el 1-1. Sin embargo, la alegría duró poco en las filas del Madrid, puesto que se revisó la jugada ipso facto y se decretó falta previa: Joshua Kimmich había acabado en el suelo y se quejó de un empujón de Nacho, efectuado antes de que el balón entrase. Por tanto, se recuperaba el 0-1.

Las tablas sí llegaron en el 88, cuando Joselu empezó a cimentar su entrada con mayúsculas en la historia del Madrid gracias a esta gran noche, posiblemente la mejor de su vida. Después de un chut de Vinicius que le botó mal a Neuer, el ariete nacido casualmente en Alemania no perdonó al rechace y provocó el delirio del Bernabéu. Nada en comparación con la euforia colectiva que llegó a los pocos minutos, ya con el billete para Wembley debajo del brazo.

Corría el 90 cuando el estadio madridista cantaba gol primero para pasar a ser dominado por el suspense acto seguido. Sucedió que el doblete de Joselu tuvo que pasar el examen del VAR para quedar ratificado, al considerarse en un primer momento que su segundo tanto había sido en fuera de juego. La moviola permitió comprobar que no había sido así, como se llegó a creer: ni el propio Joselu ni Rüdiger estaban en posición antirreglamentaria y el 2-1 podía ser una realidad ya en el 91.

Amago de lío en el añadido

Las emociones fuertes amenazaron con provocar la mayor de todas las indignaciones cuando el choque ya transitaba por el descuento. Uno en el que el gran protagonista fue el colegiado Szymon Marciniak, que realmente llegó a sacar de quicio al Bernabéu antes del pitido definitivo. El motivo de enojo fue la excesiva duración del añadido, que superó con creces los nueve minutos que decretó el polaco.

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Neuer y Marciniak (REUTERS/Violeta Santos Moura)
Neuer y Marciniak (REUTERS/Violeta Santos Moura)

De hecho, que se alargase tanto el tiempo extra fue lo que estuvo a punto de cambiar el encuentro de forma irremediable. En el 103, durante la última jugada, el Bayern llegó a marcar por mediación de De Ligt, pero se señalizó otro fuera de juego. Con amago de que se diese una nueva revisión, que no prosperó, los futbolistas visitantes se ‘comieron’ a Marciniak, al considerar que la acción debió valer. Para tranquilidad del Madrid y de su parroquia, las cosas se quedaron como estaban y tan sólo se trató de un (tremendo) susto.

Al final, la ‘bestia blanca’ prevaleció, con el Borussia Dortmund como último rival en el camino a la Decimoquinta el próximo sábado 1 de junio. El Madrid lo ha vuelto a hacer y estará en un nuevo duelo por el título continental, con el VAR dándole una de cal y otra de arena.