Nadal se venga de De Miñaur en Madrid y demuestra que sigue muy vivo

El balear sorprende a todos, incluido a él mismo, con un partido eléctrico ante el australiano, que le derrotó en idéntica segunda ronda en Barcelona (7-6, 6-3): ya está en tercera ronda en la capital española

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Nadal celebra un punto contra De Miñaur (REUTERS/Ana Beltran)
Nadal celebra un punto contra De Miñaur (REUTERS/Ana Beltran)

Rafa Nadal está empeñado en ser como el ave fénix. Dan igual los castigos a los que le someta su cuerpo: siempre vuelve. O, al menos, él pone todo de su parte para intentarlo. En un partido sorprendente para todos, pero en especial para sí mismo, la leyenda volvió a demostrar por qué algunos le tildan de GOAT. Hace unos días, Alex de Miñaur fue su verdugo en la segunda ronda de Barcelona. Este sábado, en idéntica jornada pero en Madrid, el australiano tuvo que hincar la rodilla ante el español. Que ni mucho menos está muerto. Todo lo contrario, ya lo ha demostrado: morirá matando (7-6 [6], 6-3).

Este choque con el número 11 del mundo no tuvo nada que ver con el anterior. Sobre todo, porque Nadal, desde el arranque, pareció otro. Por momentos, el de siempre en tierra batida. Felipe VI, Zidane, Sergio Llull, Vinicius… Nadie se quería perder el espectáculo, por si era la última vez que tenía lugar en Madrid. Pero nada más lejos de la realidad. Rafa se ha ganado una vida extra en un torneo que le ha dado más alegrías que a ningún otro jugador y que volvió a brindarle, en sus gradas, un calor de escándalo.

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Poco o nada importó que el escenario, por los chaparrones que cayeron en algunos tramos del día en la capital española, fuese bajo techo. Si Rafa está bien, le da igual que el polvo de ladrillo esté a cubierto o al descubierto: es quien mejor ha conocido y conoce los secretos para dominarlo a su antojo. De ahí que empezase el choque con un 2-0 alentador, rompiendo el saque a De Miñaur en cuanto dispuso de la primera ocasión para ello.

Nadal en acción contra De Miñaur (REUTERS/Ana Beltran)
Nadal en acción contra De Miñaur (REUTERS/Ana Beltran)

Después, aconteció la escena del partido, por lo anecdótico: Nadal hecho una furia con el juez de silla por una bola de su rival que el ojo de halcón demostró que era mala y que no pudo rectificarse porque, según el árbitro, el manacorense había pedido demasiado tarde el challenge. La polémica sirvió para que De Miñaur le devolviese la rotura a Nadal. Más adelante, amenazó con irse en el marcador, colocándose 4-3 gracias a otro break. Sin embargo, el cuento era muy distinto al del Godó. Y Nadal volvió.

Un ‘tie-break’ decisivo

Con su repertorio clásico sobre el albero, Nadal se contagió del “¡Sí se puede!”, que le gritó en varias ocasiones el respetable, para devolver el empate al set, que acabó necesitando de un tie- break para resolverse. Fue en el mismo cuando se demostró, por enésima ocasión en todos estos años, que Rafa no debe envidiar en absoluto a los gatos: tiene siete, e incluso más, vidas. Cuando se había colocado 6-2, empezaron los problemas: una doble falta, una bola que se le fue por poco, la reacción indudable de De Miñaur… ¿Conclusión? El aussie salvó hasta cuatro bolas de set.

Pero, ya se ha dicho, Nadal nunca dice que no a una buena resurrección. Con un paralelo de fábula, volvió a adelantarse. Ya de forma definitiva: a De Miñaur se le marchó fuera la siguiente pelota y el 50% de la gesta ya estaba en el bolsillo de ‘la cabra’. Quien, lejos de bajar revoluciones, siguió a pleno rendimiento cuando acababa de empezar la segunda manga.

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Nadal en acción en la Caja Mágica (REUTERS/Ana Beltran)
Nadal en acción en la Caja Mágica (REUTERS/Ana Beltran)

Al igual que en el inicio, Rafa se puso 2-0, poniendo la directa hacia el triunfo. De Miñaur intentaba recomponerse como podía, cuando el reloj señalaba claramente que ya se llevaba más tiempo de juego que el que necesitó Nadal para deshacerse del júnior Blanch. No lo consiguió y, caprichos del destino, la repetición acabó devolviéndole al ídolo local algún punto. Justicia poética, y ni siquiera le hizo falta gozar de un saque portentoso para imponerse. Pedro Cachín espera el lunes en tercera ronda, ya sin poder descartar nada de antemano. Es lo que se ha ganado ahora el mito de Manacor.