La desesperación de Alcaraz ante Dimitrov en tres actos: gritos, patadas a la pelota y un “no puedo seguir con esta mierda”

El español cae en uno de los peores partidos que se le recuerdan, perdido y descentrado ante el juego del búlgaro, acaba frustrado consigo mismo. “Qué inútil soy”, brama tras fallar un paralelo

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Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (Geoff Burke-USA TODAY Sports).
Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (Geoff Burke-USA TODAY Sports).

“Tengo que centrarme de una vez”. “Qué inútil soy”. “No puedo seguir haciendo esta mierda”. Alcaraz es un mar de dudas mientras que Dimitrov navega en la satisfacción de quien está consiguiendo lo planeado previamente. Con su distinguido revés a una mano vuelve a romper el saque del español y no sólo se apunta el set, sino que comienza sacando en el segundo, cuyo guion es idéntico al primero. El búlgaro sabe que no puede ni debe modificar reglón alguno de su guion si quiere que su interpretación sea de Oscar.

“¡Cruzada, hostias; qué inútil soy!”, se quejó Carlitos tras fallar un drive paralelo, molesto también por el grosor de las bolas debido a la humedad. “Van sin peso”. El colmo fue que Dimitrov se apuntó el primer set con un revesón a contrapié que no vio venir el murciano. “¡Anímate!”. “¡Tírale alto, tírale alto!”, le insiste desde la esquina Ferrero, pero esta vez la reacción de Carlitos es tardía e insuficiente. Para cuando se produce, ya está obcecado. Como la mayor parte del partido. Dimitrov vuelve a meter un punto inverosímil y Alcaraz comete un error no forzado en el siguiente punto. Ahí, el murciano explota consigo mismo. “No puedo hacer esa mierda. No puedo. Tengo que centrarme de una vez...” exclamó visiblemente frustrado.

El número uno del mundo en tenis, Carlos Alcaraz, tiene tres hermanos. Dos de ellos están también metidos en el mundo del tenis

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Querer y no poder

No fue la única ocasión en la que Alcaraz perdió los papeles. En el primer set se le escapó otro exabrupto tras tirar una derecha al pasillo de dobles. Dimitrov se había colado en su mente. En el juego de Alcaraz no hubo nada rescatable, ni el servicio, ni su derecha, ni mucho menos su resto. Agobiado por la alta velocidad de la pista y por el peso de las bolas -distintas a las del Masters 1000 de Indian Wells-, se sumergió muy pronto en un mar de dudas y no supo salir a flote. Alcaraz se desvaneció. El número dos del mundo, inmerso en un marzo de ensueño después de su título en Indian Wells y su brillante inicio en Miami, dudó y las dudas le devoraron.

Al principio fue con su propio servicio: ¿Cómo sacar para que Dimitrov no le devolviera un ganador con su resto? No halló la respuesta. Y la inquietud se extendió a todas las situaciones. En su continua comunicación con su palco, Alcaraz admitió que ya no sabía si meterse dentro de la pista o retrasarse hasta tocar el muro, si buscar el golpe directo o los largos intercambios. “No sé desde dónde tengo que restar”, le decía desesperado a su entrenador con la esperanza de que él encontrara la solución. “Domina el punto, que te note”, le decía Ferrero, pero Alcaraz ya estaba obcecado y sin posibilidad alguna de salir de ahí.

Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (Geoff Burke-USA TODAY Sports).
Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (Geoff Burke-USA TODAY Sports).

“No puedo seguir con esta mierda, no puedo seguir haciendo esto”, reniega tras perder un punto que empezó con buen criterio pero ganado por el búlgaro. La frustración es tal que se le escapa incluso alguna leve patada a la pelota antes de sacar. No obstante, una vez acabado el partido, Alcaraz expresa al detalle sus sentimientos dentro de la pista. “Creo que jugué un buen tenis. No perfecto pero sí bueno. Fueron muchas frustraciones, me hizo sentir como si tuviera 13 años. Fue una locura. Estaba hablando con mi equipo diciendo que no sé que tengo que hacer, cuál es su debilidad. No sabía nada. Por eso me siento ahora mismo frustrado”.

Carlitos comenzará a preparar la gira de tierra batida cuando digiera esta derrota, la cuarta del año. Lo hace con el buen sabor de boca de haber retenido la corona en Indian Wells y haberse reencontrado consigo mismo tras una fase de dudas. Aunque con 160 puntos menos en el ranking, porque en Florida defendía las semifinales de 2023. Y si Sinner se llevara el trofeo el domingo, le quitaría el número dos del ranking. Miami, donde se ha sentido “un chaval de 13 años” en manos de Dimitrov, ya es pasado.