Quién es Josh O’Connor, el actor que acompaña a Zendaya en ‘Rivales’ y protagoniza ‘La quimera’

El joven actor británico ha estrenado en apenas dos semanas dos de los grandes títulos de lo que va de año

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Josh O'Connor durante la presentación de 'Rivales'
Josh O'Connor durante la presentación de 'Rivales'

Ha sido el príncipe Carlos de Gales, un Peaky Blinder, un granjero de Yorkshire enamorado desesperadamente o incluso un zahorí de tumbas etruscas. El currículum de Josh O’Connor a sus 33 años no puede ser más curioso, y a él acaba de añadir otro papel de lo más extraordinario: el de un tenista de élite en medio de un triángulo amoroso. Hace 10 años nadie sabía quién era este actor británico. Ahora está en todas las portadas, y con ello intentamos desentrañar su gran misterio: por qué se ha tardado tanto en descubrirle.

Nacido en la ciudad portuaria de Southampton, O’Connor creció en el seno de una familia ilustre en el mundo del arte: los Bunting. Su abuelo materno fue un importante escultor y su tía una escritora de renombre, Madeleine Bunting. Aun con todo, el joven tiene antepasados de todo tipo: irlandés, inglés, escocés e incluso judío asquenazí y sefardí. En definitiva, un joven marcado por un pasado lleno de culturas muy diferentes que harían de él alguien mucho más formado y vinculado a sus orígenes.

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Los primeros pasos de O’Connor en el mundo de la actuación ya marcarían por completo su vínculo con el cine. Su primer gran papel, cuando tenía apenas siete años, fue dar vida al Espantapájaros en la obra de teatro de El mago de Oz. Aun así, el joven no se veía del todo preparado para dedicarse a ese mundo: “Elegía arte dramático porque no quería hacer demasiadas asignaturas serias”. Pero todo cambió con su entrada en secundaria y la llegada de la adolescencia.

“Llegó un profesor de arte dramático que tenía unos conocimientos increíbles sobre teatro. De repente nos íbamos de excursión y veíamos obras increíbles de Samuel Beckett. Todo mi mundo pasó de ser ‘esto es muy divertido’ a ‘esto me fascina’. Antes, iba a clase de literatura y leía a Shakespeare y me parecía exasperante. Ahora, de repente, el disléxico Josh podía leer Romeo y Julieta y, aunque no necesariamente entendía cada palabra, podía visualizar la magia teatral. Me obsesioné”, confesaba O’Connor en una entrevista.

Josh O'Connor en 'Tierra de Dios'
Josh O'Connor en 'Tierra de Dios'

Tras conseguir pequeños papeles en series británicas como Lewis o Doctor Who y aparecer de secundario en películas como Riot Club o Cenicienta, O’Connor comenzaría a brillar en el cine indie. En concreto, interpretando a un granjero adicto al alcohol y al sexo que se enamoraría de un inmigrante rumano en Tierra de Dios, por la que obtendría sendos reconocimientos y captaría las miradas de grandes productores y directores. Entre ellos los de The Crown, la aclamada serie de Netflix centrada en la familia Real Británica y en la que O’Connor pasaría a dar vida al Príncipe Carlos de Gales (ahora Carlos III) en las temporadas 3 y 4. Aun con todo, el actor ha reconocido que no era un papel con el que se sintiese del todo cómodo, que no estaba hecho para él.

“Me encanta The Crown, pero fue un momento en el tiempo, un momento increíble, y estoy eternamente agradecido por ello, pero era un personaje para el que realmente no tenía ningún concepto”, admitía el británico en una entrevista reciente en la que comparaba su personaje en aquella serie con el que ahora presenta, el de Arthur en La quimera. “Por supuesto, nunca tengo un concepto completo de ningún personaje, pero encontré a Arthur más fácil de acceder porque en cierto modo deseaba lo que él tenía. Estaba intrigado por él, por su interés en los artefactos y, sí, incluso por su capacidad para ver lo invisible”.

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Un actor preparado para todo

Llegamos hasta 2024, el año de la eclosión de Josh O’Connor como actor, con dos títulos tan radicalmente distintos como La quimera y Rivales, ambas estrenadas en apenas dos semanas. En la primera el actor encarna a Arthur, un misterioso joven inglés que regresa a un pueblo de Italia para reencontrarse con los tombaroli, una cuadrilla de amigos que se dedica a saquear tumbas de los antiguos etruscos para sacar algo de dinero y subsistir. Además, Arthur cuenta con un poder sobrenatural que lo hace indispensable: como si de un zahorí se tratase, el joven es capaz de detectar bajo el suelo no el agua, sino las tumbas que buscan sus amigos. Pero detrás de cada tumba se esconde también una trágica historia unida por un fino pero fuerte hilo.

Josh O'Connor junto a Alice Rohrwacher en el rodaje de 'La quimera'
Josh O'Connor junto a Alice Rohrwacher en el rodaje de 'La quimera'

¿Cómo acaba un actor británico de nombre ilustre codeándose con italianos y saqueando tumbas? Pues la respuesta está en el nombre de Alice Rohrwacher, directora italiana autora de Lazzaro Feliz y responsable de que O’Connor se convirtiese en el protagonista. “Vi Lazzaro feliz, y luego vi El país de las maravillas y Corpo Celeste, y le escribí una carta. Y tuvimos una llamada de Zoom. Yo estaba en Ciudad de México en ese momento. Tuvimos una llamada increíble, y yo la amaba. Y ella dijo: ‘No tengo ninguna película para ti. Pero tal vez en el futuro lo haré'. Y dos meses después, me dijo: ‘Bien, estaba haciendo esta película con un actor mayor, y ahora la reescribiré para que puedas hacerla’. Fue increíble”, reconocía O’Connor.

La increíble historia detrás de este impensable encuentro fue a mejor, puesto que el rodaje de La quimera se convirtió en una auténtica fábula como las que encierra la propia película. “Yo vivía en una caravana, me levantaba y me iba a dar un baño al lago. Entonces volvía con el resto de tombaroli y nos dirigíamos al set de rodaje, el más especial que he vivido jamás. Alice (Rohrwacher) trabajaba con muchos de sus amigos, familiares o gente del pueblo, todos con almas maravillosas. A la hora de comer nos sentábamos todos juntos en largas mesas y era siempre algo muy especial”, reconoce O’Connor, al que ni siquiera le importaba el viaje cuando tenía que acercarse a por algo. “A veces la única forma de ir a por comida era subirte a una canoa y atravesar la bahía al pueblo más cercano. Tenía una bicicleta, pero los italianos odian a los ciclistas”, explicaba el actor entre carcajadas, describiendo un ambiente de rodaje de ensueño.

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Tras La quimera, O’Connor vuelve a la carga con Rivales, la película dirigida por Luca Guadagnino y en la que comparte pantalla con Zendaya y Mike Faist (West Side Story). En ella se cambia de las tumbas etruscas al tenis, dando vida a un joven deportista que se ve involucrado en un triángulo amoroso junto a su expareja Tashi y su amigo de toda la vida, que ha pasado a convertirse en rival. No se trata de la primera película deportiva del actor, que cuando estaba empezando realizó una sobre fútbol. Habrá que verle sobre la pista, pero parece claro que pocos actores más polivalentes hay ahora mismo que Josh O’Connor.