Los empleados que podrían quedar fuera de la reducción de la edad de jubilación que se plantea para trabajos penosos o peligrosos

La propuesta emitida por el Gobierno a la mesa de diálogo social no ha sido bien recibida por los agentes sociales (sindicatos y patronales), que demandan mayor protección para los empleos peligrosos y feminizados

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Los empleos penosos o peligrosos que se quedarían fuera de la reforma de la jubilación parcial. (EFE/Mariscal)
Los empleos penosos o peligrosos que se quedarían fuera de la reforma de la jubilación parcial. (EFE/Mariscal)

El pasado lunes, se evidenció la crispación y el desacuerdo entre los agentes sociales y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en torno a las modificaciones legales para el acceso a la jubilación parcial. Según informaron los sindicatos y la patronal, ambos agentes sociales descartaron la postura propuesta por el Ministerio y piden al Gobierno adelantar cuatro años la edad de acceso a la jubilación parcial anticipada.

Una de las áreas de tensión es al de aprobar un reglamento relativo a los coeficientes reductores para disminuir la edad de jubilación en los empleos considerados tóxicos, peligrosos, insalubres o penosos. Los agentes sociales y la Seguridad Social han creado una mesa técnica particular para este problema, pero actualmente “hay problemas para determinar qué colectivos pueden tener acceso”, según indica Carlos Bravo, secretario de Protección Social del sindicato Comisiones Obreras (CCOO).

El desacuerdo se produce principalmente en los indicadores objetivos para determinar cuando un trabajo se encuadra en las condiciones mencionadas, pues el Gobierno considera demasiado subjetivos aquellos que propone los sindicatos para determinar los trabajos penosos.

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En riesgo la reforma para trabajos penosos, peligrosos y feminizados

Este aspecto afecta principalmente a los trabajos penosos y peligrosos. Estos empleos son aquellos que, por su naturaleza, condiciones laborales o por el entorno en el que se desarrollan, exponen a los trabajadores a riesgos significativos para su salud física o mental. Estos riesgos pueden deberse a la exposición a sustancias tóxicas, condiciones extremas de temperatura, ruido excesivo, riesgo de accidentes o lesiones graves, así como el esfuerzo físico intenso o prolongado. Algunos de estos empleos incluyen:

  • Minería subterránea: Exposición a gases tóxicos, riesgo de derrumbes y accidentes graves.
  • Construcción: Trabajo en alturas, manejo de maquinaria pesada, exposición a sustancias peligrosas.
  • Trabajos con amianto: Riesgo de inhalación de fibras de amianto, potencialmente causantes de enfermedades respiratorias graves.
  • Industria química: Exposición a sustancias tóxicas y peligrosas.
  • Trabajos forestales y de extinción de incendios: Riesgos físicos, químicos y biológicos, incluyendo la exposición prolongada a altas temperaturas y humo.
  • Pesca de altura y marítima: Condiciones de trabajo extremas, riesgo de accidentes y naufragios.
  • Trabajos en mataderos y manipulación de animales grandes: Riesgo por el manejo de maquinaria cortante y exposición a agentes biológicos.
  • Recolección y tratamiento de residuos: Exposición a sustancias tóxicas, agentes patógenos y riesgos ergonómicos.
  • Policía, bomberos y servicios de emergencia: Exposición a situaciones de alto riesgo, estrés y violencia.
  • Sanitarios en determinadas áreas: Exposición a enfermedades contagiosas y agentes patógenos, especialmente en áreas de alto riesgo como enfermedades infecciosas.

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Además, la tensión en la mesa de diálogo afecta a los trabajos considerados como feminizados, aquellos que están predominantemente ocupados por mujeres, y que históricamente han estado asociados con roles de género tradicionales. Estos empleos a menudo implican cuidados, educación, servicios domésticos y de salud, y tienden a estar menos valorados económicamente en comparación con sectores dominados por hombres, a pesar de su importancia social y económica. Algunos de estos empleos son:

  • Asistencia domiciliaria y cuidado de personas: Incluye el cuidado de niños, personas mayores, y personas con discapacidad o enfermedades. Los riesgos incluyen el estrés emocional, físico y, en ocasiones, exposición a comportamientos agresivos.
  • Trabajo doméstico: Los trabajadores, mayoritariamente mujeres, enfrentan a menudo condiciones precarias, falta de seguridad laboral, exposición a productos químicos de limpieza y, en casos extremos, abuso por parte de los empleadores.
  • Enfermería y trabajo en sectores de la salud: Aunque altamente especializados, estos trabajos implican largas horas, estrés emocional y físico, y exposición a enfermedades contagiosas y a ambientes altamente demandantes.
  • Educación infantil y enseñanza: Estrés emocional y físico relacionado con el manejo de grupos grandes de niños y las demandas de los sistemas educativos.

Pese a que estos trabajos no están clasificados directamente como “peligrosos” o “penosos”, conllevan sus propios desafíos y riesgos ocupacionales. Según indicó la secretaria de Política Institucional de UGT, Cristina Estévez, con la propuesta del Gobierno “seguirían quedando fuera profesiones feminizadas con altos ratios de penosidad”, uno de los motivos por los que el acuerdo no ha sido alcanzado todavía.