El cráter de Ngorongoro: la maravilla africana en mitad de la sabana que es uno de los mejores destinos del continente

El viaje permite contemplar animales típicos de esta región como leones, elefantes o rinocerontes, a la vez que brinda rutas de senderismo que ofrecen unas vistas de infarto

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Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).
Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).

El continente africano es uno de los lugares más ricos de la Tierra. Gracias a sus espectaculares fenómenos naturales se pueden encontrar parajes que dejan con la boca abierta a cualquier visitante. Desde las zonas desérticas del norte hasta la basta y extensa sabana africana, y los prados del interior continental, sus recursos son mundialmente conocidos. Los paisajes que brinda son toda una experiencia para los sentidos, pues parecen sacados de otro planeta.

Además, son enclaves bastante desconocidos que permiten disfrutarlos en su estado más virgen. Así, uno de los más espectaculares tanto por su belleza como por ser lugar de reunión de miles de animales durante todo el año es el impresionante cráter de Ngorongoro. Ubicado en Tanzania, es uno de los lugares más especiales del país gracias a sus impresionantes dimensiones y a su carácter volcánico. Gracias a sus 20 kilómetros de extensión y 600 metros de altura, acoge una de las reservas de animales salvajes más impresionantes del mundo.

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Un oasis para los amantes de los animales

La formación del cráter de Ngorongoro tuvo lugar hace miles de años, cuando el núcleo de la montaña se hundió en la tierra y las escarpadas laderas cayeron hacia el interior hasta reducirse a la altura actual, formando este maravilloso escenario natural. Dada la majestuosidad de este paraje se dice que la montaña pudo haber sido más alta que el Monte Klimanjaro.

Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).
Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).

Así, hoy en día se puede contemplar un paisaje de película. “Las altas paredes volcánicas esconden un paisaje virgen, con una vasta sabana, zonas de bosques de acacias y relucientes lagos y pantanos. Los prismáticos convierten rápidamente las manchas lejanas en manadas de búfalos y revelan la espectacular escala de esta caldera ininterrumpida de 264 kilómetros cuadrados”, explica el libro Las 101 Maravillas del Mundo, de Lonely Planet.

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Y es que no es para menos que la prestigiosa guía de viajes lo haya incluido entre su lista de maravillas del mundo, pues gracias a su alto valor natural y ecológico se pueden avistar algunos de los animales salvajes más impresionantes del planeta.

Así, el visitante queda asombrado con la visita de ñus, cebras, gacelas y búfalos, que son el sustento de otros depredadores, como es el caso del rey de la sábana, el león de melena negra, o también de las hienas. Tampoco pueden faltar animales de gran tamaño como son el elefante, el rinoceronte negro o los hipopótamos. En definitiva, se trata de una experiencia única en el planeta que permite conocer y observar un impresionante paisaje plagado de secretos.

Unas vistas de infarto

Por si fuera poco, se pueden realizar actividades alrededor de los bordes del cráter que brindan imágenes de postal. Estas permiten disfrutar de unas vistas desde las alturas, algunas de más de 3.00 metros. Así, existen varias rutas por las tierras altas que descubren todos los secretos ocultos de este tesoro natural.

Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).
Cráter de Ngorongoro, en Tanzania (Shutterstock).

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“Una fantástica opción es la empinada subida por la ladera llena de cenizas del volcán Ol Doinyo Lengai, que limita con el Área de Conservación de Ngorongoro. Otras magníficas excursiones recorren el perímetro del cráter, como la caminata de Olmoti a Empakaai o de Empakaai al lago Natron”, explica Lonely Planet.

Por otro lado, tal y como indica la guía, no existe una mala época del año para visitar los increíbles confines del cráter de Ngorongoro. Sin embargo, si se quiere coincidir con las migraciones de los animales, hay que tener en cuenta algunas cosas: de enero a marzo un millón de ñus se reúne en el sur del Serengueti; su migración alcanza su apogeo en Kenia entre mayo y julio; y en octubre, miles de elefantes llegan al Parque Nacional del Tarangire.