Colombiano desaparecido en España fue encontrado muerto y enterrado en un jardín en Asturias: el crimen fue fruto de un conflicto familiar

La Policía Nacional de España ha resuelto el caso de la desaparición de Jhon Jairo Pérez Chavarro, un ciudadano colombiano de 52 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en una finca del municipio de Siero, en Asturias.

Pérez Chavarro, que se había trasladado a España meses atrás y trabajaba para una empresa de limpieza en Oviedo, fue reportado como desaparecido desde el 25 de marzo de 2024.

Las autoridades han detenido a dos individuos, también de nacionalidad colombiana y familiares de la víctima, quienes enfrentan cargos por sus presuntos vínculos con el homicidio, informó el diario local El Comercio.

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Las circunstancias que rodean el caso sugieren que Pérez Chavarro perdió la vida a causa de una confrontación familiar durante una reunión en la citada finca, donde posteriormente su cuerpo fue enterrado para ocultar el crimen.

Según investigaciones, el desenlace fatal pudo haber ocurrido en medio de una fiesta en la que participaron varios familiares y allegados.

A pesar del esfuerzo por esconder el cuerpo debajo de la tierra, la policía, con la ayuda de técnicas avanzadas de investigación y testimonios, logró descubrir el lugar exacto donde yacía, identificándolo gracias a un tatuaje distintivo. Los detenidos, uno considerado autor material del asesinato y el otro su cómplice en el ocultamiento del cadáver, han sido presentados ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Siero.

El Comercio detalla que la investigación comenzó tras el reporte de desaparición presentado por los familiares de Pérez. La policía, sospechando incongruencias en el relato, procedió a las búsquedas y análisis forenses que culminaron con el hallazgo. La autopsia reveló que la víctima sufrió múltiples heridas de arma blanca, lo que le causó la muerte de manera casi instantánea. Este trágico evento ha conmocionado a la comunidad de Granda, donde vecinos y conocidos lamentan el violento suceso y recalcan la discreción y amabilidad de la familia involucrada.

La investigación sigue en curso para esclarecer los motivos detrás del asesinato y determinar si existen otros cómplices o encubridores. La Nueva España de Siero sugiere que el conflicto familiar puede tener raíces en su país natal, Colombia. A medida que el caso avanza, la comunidad espera justicia por la muerte de Pérez Chavarro, quien es recordado como un trabajador diligente y padre devoto.

David Knezevich fue detenido en Miami como sospechoso principal de la desaparición de su esposa, Ana María Knezevich Henao, una ciudadana colombiana de 40 años, cuyo paradero se desconoce desde el 2 de febrero de 2024, tras haber viajado de Estados Unidos a Madrid, España. La investigación, que involucra al FBI, se intensificó después de que las autoridades recibieran información clave que apunta a Knezevich, quien está en proceso de divorcio con la desaparecida.

La desconcertante desaparición de Ana María Knezevich Henao ha conmovido a su familia y amigos, especialmente después de recibir un mensaje sospechoso que ella supuestamente envió, indicando que pasaría unos días en una casa de campo con una persona recién conocida, cerca de Madrid. Este mensaje, sin embargo, levantó dudas entre sus allegados debido a su redacción inusual y aparentemente traducida del inglés, como destacó su hermano Felipe Henao en declaraciones a la W Radio. A través de investigaciones posteriores, se descubrió que David Knezevich solicitó a una mujer colombiana la traducción de un mensaje al español que coincidía con el recibido por los amigos de Ana María, intensificando así las sospechas hacia él.

Las evidencias acumuladas incluyen una conversación de WhatsApp en la que David Knezevich pide ayuda para traducir un mensaje del inglés al “español colombiano”, necesidad que justifica con la excusa de un amigo serbio relacionado con el mundo de la actuación. El diálogo traducido es idéntico al mensaje en cuestión recibido por los allegados de Ana María, según detalles revelados por El Tiempo. Además, el seguimiento de la actividad en torno a las cámaras de seguridad cerca del hogar de Ana María en Madrid y las inconsistencias en el relato de Knezevich sobre su paradero, contribuyen a las dudas sobre su participación en la desaparición.

Los esfuerzos por encontrar a Ana María continúan, mientras su imagen y la información sobre su desaparición se difunden en las calles de Madrid y a través de las redes sociales. La comunidad y la familia de Ana María siguen buscando respuestas, aferrándose a la esperanza de localizarla, apoyados por las acciones de las autoridades internacionales.