El cierre del tapón del Darién provocaría una crisis, denuncian los pobladores de la región

Una de las propuestas de campaña del presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, fue cerrar la ruta migratoria

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No se conoce la cifra exacta de muertos que hay en el Darién, solo el número de cadáveres encontrados - crédito Infobae
No se conoce la cifra exacta de muertos que hay en el Darién, solo el número de cadáveres encontrados - crédito Infobae

La única frontera terrestre que existe entre Colombia y Panamá es el tapón del Darién, una jungla que inicia en el municipio de Acandí, en territorio sudamericano, y termina en las comunidades indígenas de Canáan Membrillo o Bajo Chiquito en Centroamérica.

Debido a las crisis que se registra en varios países sudamericanos, principalmente en Venezuela, en 2023 se registró el paso de más de 500.000 personas por la selva de más de 17.000 kilómetros, en la que las personas pueden tardar entre cinco y diez días para completar la travesía.

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Esto ha generado múltiples problemas de salubridad en los países que hacen parte de la ruta que los migrantes recorren para llegar a Estados Unidos, principalmente en Panamá y Costa Rica, en donde se planteó la posibilidad de poner a disposición de los migrantes rutas directas al siguiente país para evitar que permanecieran varias semanas en albergues improvisados.

Es por ello que el triunfo de José Raúl Mulino en las elecciones presidenciales de Panamá ha generado múltiples reacciones, ya que este afirmó durante la campaña que una de sus primeras acciones como mandatario sería cerrar el Darién por completo.

La crisis migratoria no solo afecta a Colombia y Panamá - crédito Reuters
La crisis migratoria no solo afecta a Colombia y Panamá - crédito Reuters

La propuesta de Mulino ha generado malestar en los sectores comerciales y en los migrantes que se encuentran en Colombia y tienen planeado viajar a Panamá; estos aseguran que no se retiraron de su país de origen por gusto, sino producto de la falta de oportunidades.

Nosotros somos migrantes que solo vamos de paso a ese país, no estamos en estadía ni nada, me parece injusto”, afirmó a Voz de América Justin Padilla, un venezolano que busca llegar a Estados Unidos.

En Necoclí, Turbo y Acandí la preocupación es similar, pero allí se debe a que los espacios que hace varios años eran exclusivamente para el turismo, ahora tienen a cerca de 1.500 migrantes que se transportan hasta Panamá a diario, lo que ha mejorado la economía de la región.

En febrero de 2024 se registró un paro de transportadores que pedía seguridad para poder trabajar, esto hizo que una gran cantidad de migrantes quedara varado durante varias semanas, provocando que las alcaldías de estos municipios pidieran ayuda al Gobierno nacional.

Ante el triunfo de Mulino, la preocupación ha derivado en el pronunciamiento de las administraciones locales, las cuales han comparado lo registrado en febrero con las posibles consecuencias que tendría un cierre del tapón.

“Tal decisión podría desencadenar un significativo represamiento de migrantes en nuestro territorio”, indicó la Alcaldía de Necoclí, sobre un posible cierre del paso migratorio.

Pobladores en las zonas más cercanas al Darién han convertido el flujo migratorio en un negocio - crédito TheNewYorkTimes/FedericoRios
Pobladores en las zonas más cercanas al Darién han convertido el flujo migratorio en un negocio - crédito TheNewYorkTimes/FedericoRios

El negocio del Darién

El proceso que se ha registrado en el Darién fue expuesto en septiembre de 2023 por The New York Times, que en un informe presentó cómo la llegada de migrantes se ha convertido en un negocio en Colombia, lo cual ha sido aprovechado por líderes sociales de la zona: “El trayecto en lancha para llegar al bosque tropical: 40 dólares. Un guía que te lleva por la ruta peligrosa cuando empiezas a caminar: 170 dólares. Alguien que carga tu mochila en las lomas lodosas: 100 dólares. Un plato de pollo con arroz tras un día de escalar laboriosamente: 10 dólares. Paquetes especiales con todo incluido para que el esfuerzo riesgoso sea más rápido y soportable (con tiendas, botas y otros básicos): 500 dólares, o más”.

Aunque este tipo de procesos podrían ser considerados como trata de personas, los pobladores se refugian en líneas delgadas para asegurar que lo que hacen no sea un delito, puesto que las juntas de acción comunal han creado un proyecto en el que más de 2.000 guías indican a los migrantes qué camino tomar. Sin embargo, se protegen al afirmar que solo reciben propinas por consejos, pero ellos no cruzan la frontera.