“¿Trajiste coca?”: interrumpieron a comediante colombiano durante su presentación en México y su respuesta se hace viral

En un video compartido a través de sus redes sociales, el comediante colombiano Samuel Vela mostró cómo en una de sus presentaciones en México un espectador intentó sabotearlo que creyó gracioso bromear con el narcotráfico, una vez se subió al escenario.

“Jamás me habían gritado esto y menos, cuando apenas me subía a la tarima”, lamentó, en la descripción del video en el que, lejos de intimidarse, se ve cómo encontró una salida ingeniosa a la agresión, haciéndola parte de su acto.

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Agresor: ¿Trajiste coca?

Comediante: ¿Qué?

Agresor: ¿Trajiste coca de Colombia?

Comediante: Wow empezamos rápido ¿no? Mira, se te cayó (al piso) un poquito de xenofobia ahí, mi rey.

Con las risas del público, en una muestra de apoyo a lo dicho por Vela, este continuó su intervención compartiendo el malestar que reacciones similares le generan en el extranjero:

“Yo sé que Colombia tiene una fama y de cafetera no es. Yo lo sé, a ustedes les dicen Colombia y Shakira es como la quinta cosa en la que piensan. El estigma de la coca en Colombia es tan grande que es el único país, el único país en el mundo que tiene una referencia negativa a nivel global. No importa en qué país o en qué idioma yo diga que soy de Colombia, algún imbécil como el de camiseta verde” va a preguntar por la coca.

Y, al igual que hace unos meses hizo el creador de contenido Rafael Solano, se apoyó en el ejemplo de Alemania y el nacismo para dejar en claro el por qué es tan molesta la asociación de los nacionales con las drogas.

“Uno se pregunta ¿es en serio? Nadie conoce a un alemán y hace una referencia al nazismo, nadie. No me molesta que los otros países se burlen de la coca de Colombia, me molesta que un mexicano lo haga ¿con qué cara?”, bromeó, lanzando un dardo al hombre en el público que decidió interrumpir su acto, incluso, antes de que iniciara.

Los comentarios de apoyo a lo dicho por Vela no se hicieron esperara, así como una que otra disculpa de ciudadanos mexicanos que llegaron a cruzarse con el video en las redes sociales:

“Sentí tu empute. Muy bien peinado”, “Era responderle, no humillarlo, pero buena ahí”, “¿Un mexicano hablando de drogas?... que irónico”, “La respuesta correcta era: ¿Cómo crees que voy a traer leña al monte?”. “Cada quien conoce lo que consume”, “Soy mexa y eso misma iba a escribir ¿Cómo que un mexicano hablando de drogas?”, “Una disculpa por el paisano, a veces pasa, pero estuvo bien tu respuesta”, “Soy de Colombia y de visita en México una vez pedí una coca cola y el mesero me preguntó si la quería normal o en polvo”, “Colombia es Gabriel García Márquez, Fernando Botero, Carlos Vives, Shakira, Rodolfo Llinás, César Rincón, Manuel Elkin Patarroyo”.

Tras el estreno el pasado 25 de enero de la miniserie protagonizada por Sofía Vergara para Netflix: Griselda, sobre la vida de la reconocida narcotraficante oriunda de Cartagena, se registraron opiniones divididas, entre la expectativa por una producción de calidad asociada a Colombia y la preocupación por la perpetuación de estereotipos negativos que afectan la imagen del país a nivel internacional.

La producción que llegó a ser la más vista en 89 países, a una semana de su estreno, se suma a otras miniseries y telenovelas que han retratado la vida de narcotraficantes colombianos, tales como Narcos, El cartel de los sapos, Escobar: el patrón del mal y Las muñecas de la mafia.

Sin embargo, el creador de contenido especializado en política Rafael Solano decidió emerger como una voz crítica ante la industria del entretenimiento, cuestionando la ética de “lucrarse” a costas de la imagen de Colombia y lamentando el impacto negativo de estas narrativas en la percepción global del país.

Según sus declaraciones, la continua asociación con figuras como Pablo Escobar y temas de narcotráfico refuerza una visión reduccionista y peyorativa de Colombia en el extranjero. De ahí que Solano planteara un llamado a la acción, instando a los creadores de contenido y a las plataformas de streaming como Netflix, Amazon y cadenas nacionales como Caracol, RCN y Canal 1 a invertir en proyectos que resalten la diversidad y riqueza cultural de Colombia, más allá de su relación con el narcotráfico.

Además, sugirió que el país necesita seguir ejemplos de transformación positiva en la percepción internacional, como el caso de Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial, apuntando que: “Colombia realmente tiene que ponerse las pilas. Los alemanes pasaron de tener el país de la Segunda Guerra Mundial al de los carros lujosos y el milagro económico. Eso requirió muchísimo trabajo. Colombia tiene que darle duro para que algún día, en el futuro, en lugar de que nos vean como el país de las drogas y de Pablo Escobar, nos vena como el país del Encanto y la magia”.

La preocupación central reside en cómo estas representaciones mediáticas influyen en la recibida por los ciudadanos colombianos en el exterior, frecuentemente confrontados con prejuicios y estereotipos ligados al narcotráfico.

Solano argumentó entonces que la responsabilidad del problema y su solución no recae únicamente en las productoras, sino también en sus consumidores, cuya demanda perpetúa la producción y tráfico de drogas, mientras las narrativas de entretenimiento evaden discutir las raíces y consecuencias de este fenómeno global. Además, en su video abogó por un cambio en la narrativa, exaltando producciones exitosas que presentan a Colombia bajo una luz positiva, como Encanto y Betty, la fea, ejemplificando el potencial de cambiar la percepción global del país a través de la diversificación de su representación en los medios.