La escritora Carolina Sanín siguió dándole duro a Petro por sus trinos sobre el ataque terrorista de Hamas: “Es un tipo extremadamente inculto que posa de ser informado”

La escritora bogotana Carolina Sanín de nuevo ha mostrado su desacuerdo con el Presidente Gustavo Petro, a raíz de las palabras que ha expresado el mandatario sobre el conflicto que estalló en Medio Oriente, entre Israel y los palestinos.

La escritora, quien, incluso desde la candidatura, había apoyado el Presidente, ha declinado su apoyo al jefe de Estado y ahora lo está tildando de “loco”, como consecuencia la respuesta diplomática que ha emitido Petro con respecto al conflicto internacional que explotó entre Israel y la franja de Gaza, luego de una ofensiva sorpresa de la organización terrorista Hamás contra el Estado de Israel, el 6 de octubre del 2023.

La infortunada y repudiable declaración que hizo Petro sobre la similitud entre los campos de concentración de Auschwitz y la Franja de Gaza dejó al mandatario mal parado frente a la comunidad judía en Colombia y fuera del país, a la comunidad internacional, y, en general, a una buena parte de la sociedad colombiana que considera que sus palabras no solo fueron ofensivas y “trivializadas”, sino también desinformadas.

Es también el caso de Carolina Sanín, quien últimamente se ha pronunciado en repetidas ocasiones en contra de Petro, además, permitiendo un análisis del conflicto político-religioso de cara a otros temas de alto interés que resultan permeados por la histórica controversial, como la defensa a los derechos de las mujeres.

Desde su cuenta de X (Twitter) calificó al Presidente como loco, cuando apuntó contra Petro al decir que “lo grave es habernos enterado de que estamos siendo gobernados por un loco”.

Y es que el mensaje de Petro le ha salido caro, pues distintos líderes de opinión en redes sociales le han hecho afrenta al presidente por su respuesta a los acontecimientos. Son cada vez más los que lo corrigen, y los que lo señalan como “charlatán”.

De hecho, la misma Sanín, quien ha estado propiciando en su perfil la conversación sobre el antisemitismo, las ideologías y los derechos, ha enfatizado que el Presidente es “una vergúenza”. Un trino de Dani Dayan, Presidente del Directorio Ejecutivo de Yad Vasehm, y previo Cónsul General de Israel en Nueva York, en el que se ataca la comparación del mandatario colombiano entre el campo de exterminio con la Franja de Gaza, afirmó que Petro “no entendió absolutamente nada de lo que vio en Auschwitz, o se negó a verlo. Usted tiene el dudoso honor de ser el único líder mundial fuera de Irán que trivializa así - en realidad niega- el Holocausto”. Allí, en contestación a Dayan, el comentario de Sanín reafirmó que Petro fue “El único. Una vergüenza diplomática como nunca habíamos sufrido. Es la verdad”.

Para Carolina Sanín es evidente que la salida de Gustavo Petro no fue acertada. En su constante defensa a Israel y a los judíos, ha destacado que el apoyo a Hamás es antisemitismo. En una de sus recientes publicaciones aseveró que “Desde Nabucodonosor hasta Petrico, odian a los judíos, pues se ha decidido que son el objeto aceptable y unificador de la envidia. Envidia de cuando el humano envidia: de saber, de poder, de creer, de que sean realmente una comunidad, y de su fértil individualidad”.

De manera que, para la escritora, este odio hacia los judíos, como se lee en otro de sus trinos, “procede de muchos lugares; de la envidia y de que nadie pueda en realidad (a pesar de la conversión) volverse judío. Como sabemos, el humano no soporta ese límite: el límite del nacimiento les recuerda demasiado vívidamente el límite de la muerte”.

Y dentro del odio Sanín también cobija al mandatario, pues afirmó desde su cuenta de X que “Petro borra hasta los gestos de cooperación y paz que se hacen en Colombia durante su mandato. Es un odiador”. Por tanto, como había señalado previamente, Israel debería romper relaciones con Colombia, “cuyo presidente es abiertamente antisemita y hostil. Claro, para eso, Colombia tendría que importar, y Petro, el delírico, tendría que importar al menos la mitad de lo que se cree (sic)”, enfatizó la novelista.