Varios países impulsan el etiquetado de bebidas alcohólicas para advertir sobre el riesgo de enfermedades

Irlanda ya promulgó una ley para advertir que puede causar cáncer o patologías hepáticas. La medida la respaldan décadas de investigación científica. Otros países como Tailandia y Canadá consideran medidas similares y podría desencadenar más acciones regulatorias en todo el mundo

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El Parlamento canadiense presentó un proyecto de ley que exigiría que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas  (Imagen Ilustrativa Infobae)
El Parlamento canadiense presentó un proyecto de ley que exigiría que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas (Imagen Ilustrativa Infobae)

(Science Times) - Hay 20 palabras que están molestando a la industria global de las bebidas alcohólicas. A partir de 2026, una ley exigirá que los envases de cervezavino y licor que se vendan en Irlanda tengan una etiqueta con dos advertencias en letras mayúsculas rojas: “Hay un vínculo directo entre el alcohol y los tipos mortales de cáncer” y “El consumo de alcohol provoca enfermedades hepáticas”.

Este requisito, que se convirtió en ley el año pasado, está respaldado por investigaciones científicas de varias décadas y va mucho más allá de lo que cualquier otro país haya emitido hasta ahora sobre los riesgos para la salud derivados del consumo de alcohol. El requisito ha desatado una fuerte oposición por parte de todas las empresas de bebidas alcohólicas en el mundo, pero también está haciendo que algunos otros países presionen para tomar medidas parecidas.

“Es un paso importante”, señaló Timothy Naimi, director del Canadian Institute for Substance Use Research de la Universidad de Victoria. “Las personas que consumen alcohol deben tener derecho a conocer la información básica del alcohol del mismo modo que la tienen sobre otras bebidas y alimentos”.

Según el periódico Bangkok Post, en Tailandia, el gobierno está en las etapas finales de redactar una normativa que requiere que los productos que contienen alcohol lleven imágenes gráficas acompañadas de advertencias con textos como “las bebidas alcohólicas pueden ser causa de cáncer”.

En diciembre, pese a las objeciones de la OMS, el Parlamento Europeo aprobó un informe que no ratificaba la necesidad de poner etiquetas de advertencia y en cambio pedía información sobre “el consumo de alcohol responsable y moderado (Freepik)
En diciembre, pese a las objeciones de la OMS, el Parlamento Europeo aprobó un informe que no ratificaba la necesidad de poner etiquetas de advertencia y en cambio pedía información sobre “el consumo de alcohol responsable y moderado (Freepik)

El Parlamento canadiense presentó un proyecto de ley que exigiría que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas hablen de un “vínculo causal directo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de tipos de cáncer mortales”. La semana pasada, la legislatura de Alaska celebró una audiencia del comité para discutir un proyecto de ley que exigiría que las empresas que venden alcohol publiquen leyendas de advertencia sobre el riesgo de desarrollar cáncer.

Ya con anterioridadIrlanda ha sido un país pionero en establecer políticas contundentes de salud pública. En 2004, se convirtió en el primer país en prohibir que la gente fumara en espacios interiores de los lugares de trabajo, entre ellos bares y restaurantes, una política que desde entonces han adoptado más de 70 países. El requisito de las etiquetas de advertencia sobre los riesgos del alcohol podría ser el principio de cambios similares en el modo en que se envasan las bebidas y un medio para despertar la conciencia sobre los peligros del consumo de alcohol, sin importar que este se beba muy poco.

Una larga lucha

Las pruebas que vinculan el consumo de alcohol con el cáncer están bien fundadas. En 1988, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por su sigla en inglés) de la Organización Mundial de la Salud concluyó que el alcohol es un cancerígeno para los seres humanos. Las investigaciones en las décadas que siguieron no han hecho más que apuntalar esa conclusión, por ejemplo, en relación con el cáncer hepático, de mama, colorrectal y de esófago. En el mes de noviembre, la OMS y el IARC declararon en un comunicado conjunto: “No se puede determinar ninguna cantidad segura de alcohol para no desarrollar cáncer”.

Pese a esto, no se conoce bien la conexión que hay entre el alcohol y el cáncer. En Estados Unidos, una encuesta reciente a nivel nacional reveló que más o menos uno de cada tres estadounidenses sabe que el consumo de alcohol incrementa el riesgo de desarrollar cáncer.

La Comisión Europea debía proponer para fines de 2023 el texto de advertencia sobre los daños que el alcohol ocasiona a la salud como parte de su plan para vencer el cáncer, pero no cumplió con ese plazo
La Comisión Europea debía proponer para fines de 2023 el texto de advertencia sobre los daños que el alcohol ocasiona a la salud como parte de su plan para vencer el cáncer, pero no cumplió con ese plazo

De acuerdo con un estudio reciente, a nivel global, solo una cuarta parte de los países exige algún tipo de advertencia sanitaria relacionada con el alcohol, y el lenguaje que debe usarse en esta casi siempre es impreciso. La última vez que Estados Unidos modificó sus etiquetas de advertencia fue en 1989, cuando introdujo un discurso que desalentaba el consumo de alcohol durante el embarazo o antes de conducir o manejar maquinaria pesada, con lo que se reconocía un poco que el alcohol “puede provocar problemas de salud”.

El requisito de etiquetado en Irlanda tardó más de una década en hacerse realidad, de acuerdo con Sheila Gilheany, directora general de la organización de defensoría Alcohol Action Ireland quien la describió como “la propuesta legislativa más cuestionada en la historia de Irlanda”. Gilheany mencionó que esta iniciativa comenzó en 2012, cuando un grupo de gestión encargado de atender la elevada tasa de fallecimientos relacionados con el alcohol en este país recomendó un paquete de medidas, entre ellas las etiquetas de advertencia.

Muchas de las recomendaciones se atenuaron para cuando se convirtieron en ley en 2018, pero el requisito de etiquetado llegó intacto. Tuvieron que pasar otros cuatro años para que los legisladores elaboraran el texto específico y el diseño que se requeriría.

Mientras se decidían esos detalles, las empresas de bebidas alcohólicas intensificaron sus protestas. A fines de 2022, un grupo de destacados países europeos exportadores de bebidas alcohólicas presentaron objeciones formales a la Comisión Europea, la rama ejecutiva de la Unión Europea, en las que alegaban que las etiquetas de Irlanda entorpecían el libre comercio y no eran ni adecuadas ni proporcionadas para disminuir el daño provocado por el alcohol.

Gauden Galea, un asesor estratégico de la OMS, mencionó que confiaba en que finalmente tuvieran éxito algunas iniciativas de etiquetado más amplias. A sus 63 años, tiene la edad suficiente como para recordar cómo las empresas tabacaleras solían anunciarse en las primeras páginas de los diarios, añadió
Gauden Galea, un asesor estratégico de la OMS, mencionó que confiaba en que finalmente tuvieran éxito algunas iniciativas de etiquetado más amplias. A sus 63 años, tiene la edad suficiente como para recordar cómo las empresas tabacaleras solían anunciarse en las primeras páginas de los diarios, añadió

Cuando esta comisión no planteó ninguna objeción, Antonio Tajani, el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, calificó la propuesta de Irlanda como “un ataque a la dieta mediterránea”. El texto de las etiquetas “no toma en consideración la diferencia entre consumo moderado y abuso de alcohol”, escribió en Twitter.

Una oposición coordinada de la industria

Las empresas de bebidas alcohólicas están dando la batalla en varios frentes para evitar que entre en vigor el requisito de etiquetado de Irlanda. En las reuniones de comités de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en los meses de junio y noviembre, las agrupaciones comerciales y once países exportadores de bebidas alcohólicas, entre ellos Estados Unidos, manifestaron sus inquietudes, cuestionaron la validez científica de la advertencia de desarrollo de cáncer y alegaron que las etiquetas de Irlanda atentarían contra el libre comercio.

En comentarios presentados a la OMC, el Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas de Estados Unidos tildó las etiquetas de “imprecisas” y “engañosas”. Este grupo también insinuó que “este importante objetivo de salud pública se gestionaría mejor” si fuera parte de una labor paralela para atender el cáncer en la Unión Europea, una zona donde se ha demostrado que la industria de las bebidas alcohólicas tiene una mayor influencia.

La Comisión Europea debía proponer para fines de 2023 el texto de advertencia sobre los daños que el alcohol ocasiona a la salud como parte de su plan para vencer el cáncer, pero no cumplió con ese plazo. En diciembre, pese a las objeciones de la OMS, el Parlamento Europeo aprobó un informe que no ratificaba la necesidad de poner etiquetas de advertencia y en cambio pedía información sobre “el consumo de alcohol responsable y moderado”.

Mientras se decidían esos detalles, las empresas de bebidas alcohólicas intensificaron sus protestas (Getty)
Mientras se decidían esos detalles, las empresas de bebidas alcohólicas intensificaron sus protestas (Getty)

En el informe final, los autores moderaron varias veces el texto sobre la participación del alcohol en las enfermedades y limitaron la advertencia a solo el consumo “excesivo” o “perjudicial”.

Gauden Galea, un asesor estratégico de la OMS, mencionó que confiaba en que finalmente tuvieran éxito algunas iniciativas de etiquetado más amplias. A sus 63 años, tiene la edad suficiente como para recordar cómo las empresas tabacaleras solían anunciarse en las primeras páginas de los diarios, añadió.

Galea espera que, a la larga, “la gente no recuerde la época en que se necesitaba una etiqueta de advertencia en los pesticidas, pero sí se podía vender sin etiquetar un cancerígeno como el alcohol impunemente”.

*Ted Alcorn ©The New York Times